Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son privadas y tienen cierto estigma, pero la desesperación por los síntomas o el susto ante su posible gravedad llevan a los pacientes a pedir ayuda. Y muchos se la piden al farmacéutico, como apunta Mercedes Herrero Conde, ginecóloga del grupo GINE4 y fundadora de Salud Sexual para todos. Según su experiencia, “los más jóvenes no suelen acudir a los centros médicos, pero sí que van a la farmacia”.
Para guiar la actuación del farmacéutico en este campo, Herrero Conde dará una ponencia en Infarma en la que transmitirá que este profesional, convenientemente formado, puede ser un agente clave derivando en los casos necesarios y actuando activamente para informar sobre riesgos, actuaciones, tratamientos o fomentar las vacunaciones.
Su papel es relevante sobre todo porque las ITS están aumentando. Según Herrero Conde, hay varios motivos: menor educación sexual en la población; el estigma -todo lo relacionado con lo sexual se tiende a ocultar-; aumento de la conectividad y, con ello, más facilidad para tener encuentros sexuales con personas diversas, y la falsa sensación de seguridad motivado, en parte, por realidades como que enfermedades como el sida, que eran mortales, ahora son crónicas. Además, la ausencia de noticias sobre personas con estas patologías puede hacer pensar que no existen. En resumen, “de lo que no se habla, parece que no existe”.
El estigma, la falsa sensación de seguridad, una menor educación sexual y la ausencia de noticias están detrás del aumento registrado en las ITS
Otras causas de ese incremento son que el sexo es un acto privado, “donde no puede haber medidas punitivas si las prácticas no son seguras”, describe la experta, y que se ha producido un aumento de prácticas sin consentimiento, como violaciones y sumisión química. Asimismo, como muchas de estas afecciones son asintomáticas, “al no tener sensación de enfermedad, si no usamos protección, seguiremos propagándolas”, afirma.
¿Y cómo puede actuar la oficina de farmacia? Para la ginecóloga, el mensaje que pueden y deben transmitir los profesionales sanitarios, incluyendo los farmacéuticos, es que “el factor de riesgo es mantener relaciones sexuales sin protección -sin preservativo en la penetración anal o vaginal, y sin campo de látex o preservativo en el sexo oral- y que no hay que acotar las prácticas sexuales, que forman parte de la libertad del individuo, siempre que sean consentidas”.
Dicho esto, Herrero Conde señala que, en primer lugar, “lo más importante para el farmacéutico es ser consciente de sus limitaciones, pues, como no tiene posibilidad de hacer un diagnóstico, debe instar a la persona a que pida ayuda médica si hay síntomas que nos hagan sospechar gravedad. Así, dolor intenso, fiebre, o malestar general, nos hablan de una posible infección sistémica, y no solo local”. Ante sospecha de una posible infección, la experta enfatiza en que siempre se debe “recomendar evitar nuevos contactos sexuales hasta que haya un diagnóstico y tratamiento”, incidiendo en la explicación de que “podrá necesitar hablar con su pareja para que hagan el tratamiento ambos”.
De venta en farmacia
También hay productos que se venden en farmacia que tienen un papel importante en ese escenario. A modo de ejemplo, se pueden ofrecer productos de parafarmacia, sin receta, que puedan mitigar los síntomas, como lavados con efecto antiséptico y calmante, pero siempre teniendo cuidado para que no dificulten un diagnóstico posterior.
“El farmacéutico tiene que ser consciente de sus limitaciones, pues no puede diagnosticar, por lo que debe instar a las personas a que pidan ayuda médica”
Además, hay autotest que pueden ser útiles, pero que requieren del consejo farmacéutico. “Hay autotest a la venta, como los que detectan virus VIH. Cuando se dispensen se debe advertir sobre cómo actuar si hay un resultado positivo”, apunta. Por otra parte, “hay autotest a la venta en farmacias que permiten distinguir entre vaginosis y candidiasis”, apunta la ginecóloga. Hay que recordar que las vaginitis son causa de consulta frecuente y, aunque no todas son una ITS, hay que advertir de que si ha habido relaciones de riesgo, sin preservativo, podría haber otros gérmenes que necesiten diagnóstico y tratamientos específicos”.
Otro campo de actuación del farmacéutico es volcarse en la adherencia terapéutica. Es fundamental “invitar a cumplir la duración de los tratamientos”, ya que “al ser infecciones asintomáticas o que mejoran en los primeros días, se pueden abandonar de forma prematura. Esto es muy relevante porque favorece la resistencia bacteriana a los medicamentos, favoreciendo la aparición de superbacterias”, alerta.
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