Las alianzas que proliferaban entre compañías del sector farmacéutico global a finales del siglo XX y comienzos del XXI, encaminadas fundamentalmente a reforzar o complementar los pipelines propios, han ido cediendo terreno ante los nuevos acuerdos que de un tiempo a esta parte buscan más la aplicación de nuevas herramientas y tecnologías en determinadas áreas o desarrollos.
La base es la misma: la innovación requiere no solo una sólida apuesta e inversión en el conocimiento científico interno, sino también la búsqueda de oportunidades interesantes extramuros; solo que ahora lo que más busca el sector extramuros es tecnología. "Los avances científicos y tecnológicos, como el big data, la automatización o la inteligencia artificial (IA), están abriendo nuevas vías de innovación científica, permitiendo un giro hacia una atención más personalizada y una mayor agilidad en el desarrollo de tratamientos. Además, la tecnología digital promete transformar la manera de llevar a cabo los ensayos clínicos para ofrecer datos de alta calidad, y en menos tiempo", afirma Ricardo R. Suárez, presidente de AstraZeneca (AZ) España.
Su compañía creó el año pasado la A. Catalyst Network, su red global de hubs de innovación que tiene el objetivo de articular e impulsar los esfuerzos de innovación de AZ a nivel mundial. "Nuestras soluciones han impactado en 1,2 millones de pacientes a través de más de 20 hubs de innovación en los 5 continentes, hemos firmado más de 500 acuerdos con partners, tenemos 100 soluciones en desarrollo, hemos acompañado a más de 300 startups y hemos escalado 20 soluciones".
Identificar empresas emergentes
Ahora, la filial española que dirige Suárez acaba de anunciar una alianza estratégica con South Summit Madrid a la que ha dado continuidad con el acuerdo recién alcanzado con Wayra, la iniciativa de innovación abierta de Telefónica, por la que ésta última le proporcionará a la farmacéutica acceso al ecosistema emprendedor y a su red de inversores, al mismo tiempo que identificará empresas emergentes cuyas soluciones puedan aplicarse a los principales retos sanitarios a los que quiere contribuir AZ.
Para Wayra, es un paso más en su apuesta por la innovación abierta, en la que Telefónica lleva 11 años trabajando, según explica Paloma Castellano, directora de Wayra Madrid. Esta apuesta implica el apoyo a los proyectos seleccionados mediante ayudas para desarrollar el ecosistema en el que operan. Wayra ya ha invertido por esta vía en más 900 compañías de todo el mundo; unas 170 en España. "Uno de los principales apoyos consiste en ayudar a las start up a trabajar con una corporación, y viceversa; se trata de hacer como de traductores entre ambos mundos", señala Castellano.
"Trabajamos para ello con fondos de inversión, aceleradoras, universidades…, y en 2022 hemos y analizado ya 240 startup e invertido en cinco de ellas, tras un trabajo previo en el que se hace mucho filtrado para validar que hay un negocio viable con expertos internos en el campo de la propuesta", añade.
'Startup' españolas
En concreto en el área de salud, en la que Telefónica está presente, el año pasado se apostó por la inversión en tres startup españolas: Mysphera, especializada en la gestión de flujos de pacientes en el hospital; Idoven, una startup nacida del CNIC en 2018 que tiene entre sus inversores al futbolista Iker Casillas, que desarrolla herramientas y servicios de IA para el diagnóstico y la atención cardiovascular, y Made of genes, especializada en estudios moleculares y análisis de bases de datos genómicos.
Paloma Castellano considera que la salud es uno de los campos que la IA puede revolucionar. "Estamos en una etapa muy bonita, en la que se han abaratado los procedimientos de recogida y análisis de datos, y el de la salud es uno de los sectores en los que aún falta desarrollo".
En el caso del acuerdo con AZ, es la farmacéutica la que detectará posibles startup a las que apoyar también por parte de Wayra, sin que necesariamente ello implique una inversión "se estudiará en cada caso", señala Castellano, y sin límite inicial de tiempo.
Apuesta por la enfermedad crónica renal
Una de las principales actividades con la que trabajan ya ambas compañías es el Reto CKD (Chronic Kidney Disease). La iniciativa tiene como objetivo impulsar el desarrollo de soluciones tecnológicas para agilizar el diagnóstico y reducir la carga de la enfermedad renal crónica (ERC), que afecta a 1 de cada 7 adultos en España, un 15% de la población total. Para lograr este desafío, tanto Wayra como AZ buscan identificar soluciones innovadoras que contribuyan a realizar un diagnóstico precoz de la ERC apoyándose en las tecnologías más disruptivas, como los biomarcadores digitales, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, el big data y la ciencia de datos, los wearables, los dispositivos médicos, la atención conectada y el internet de las cosas. "Lo que valoramos más es la madurez, innovación y potencial de la solución, no la tecnología en sí", explica Suárez.
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