viernes, 21 de octubre de 2022

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la telemedicina?

Opinión
nuriamonso
Vie, 21/10/2022 - 13:14
Análisis
La telemedicina ha vivido en los últimos meses un impulso equivalente a los 15 años previos a la pandemia.
La telemedicina ha vivido en los últimos meses un impulso equivalente a los 15 años previos a la pandemia.

No cabe duda de que la tecnología es una herramienta con una importancia fundamental y creciente que está ayudando a simplificar procesos y mejorar los resultados y la sostenibilidad en la atención sanitaria. Consultas médicas online, cirugías realizadas por robots y aplicaciones médicas de la inteligencia artificial no son meras proyecciones de ciencia ficción, sino que ya se están aplicando con éxito y seguirán jugando un papel clave en el cuidado de la salud de ahora en adelante.

Llamamos “telemedicina” a la prestación de servicios médicos a distancia usando distintas herramientas tecnológicas. Una opción que ya utiliza un gran número de pacientes y con una clara tendencia al alza, ya que ofrece ventajas tanto para países en vías de desarrollo o del tercer mundo, donde los recursos son escasos, como para el primer mundo, donde la necesidad de ahorrar costes o situaciones como la pandemia mundial de covid-19 hacen que sea una vía más de servicio.

Para poner en contexto el acelerado crecimiento que está experimentando esta industria podemos mirar como ejemplo EEUU, que sirve de termómetro al anticipar tendencias de mercado, y tener una gran influencia sobre terceros países. Podemos observar cómo en 2014 el tamaño del sector de telemedicina era de aprox. 6,1 miles de millones de dólares, en 2022 ya es de 22 millones (un incremento del 260% en 8 años), y se espera que este crecimiento continúe hasta alcanzar en 2025 los 35 mil millones USD. De cumplirse estas predicciones, publicadas en Statista1, se alcanzaría un crecimiento del +473% en tan solo 11 años.

Desafíos

Sin embargo, la telemedicina no solo abre la puerta a un mundo de posibilidades en cuanto a la atención médica, sino que también lleva aparejados algunos desafíos que médicos, hospitales y proveedores de atención sanitaria en general deben tener muy en cuenta. Entre ellos cabe destacar:

  • Riesgos relacionados con los datos: la información médica es especialmente sensible, cuenta con una protección jurídica especial y está muy cotizada por los hackers, por el valor que pueden obtener a cambio. Cualquier incidente relacionado con la revelación o robo de datos médicos puede implicar sanciones de la Agencia Nacional de Protección de Datos (u otras entidades en función del país), una interrupción de la actividad de la entidad sanitaria con impacto directo en los beneficios, daño reputacional e incluso una petición de rescate económico por parte de los ciberatacantes.
  • Fallos tecnológicos: un riesgo que se acrecienta por la falta de control que supone el hecho de que las empresas que prestan servicios sanitarios dependan de un proveedor externo de tecnología. Un error de este tipo puede conducir a un diagnóstico o tratamiento equivocado o a la pérdida de una oportunidad de detección precoz de una enfermedad incipiente, con el consiguiente daño reputacional del médico y el centro sanitario y posibles reclamaciones legales.
  • Falta de familiarización con el servicio por parte de los pacientes: la tecnología, en muchas ocasiones, evoluciona más rápido que las habilidades del usuario medio que las va a utilizar, por ello conviene estar preparado para usos deficientes de la misma. Las omisiones o la falta de actualización de los datos que aportan los pacientes sobre sus condiciones físicas o psíquicas pueden provocar que el software llegue a conclusiones erróneas, con el consiguiente fallo en el diagnóstico o el tratamiento prescrito.
  • Adaptación a un servicio global: la telemedicina permite conectar pacientes y médicos especialistas situados en regiones diferentes sin necesidad de desplazarse, pero las diferencias idiomáticas y culturales entre distintas geografías y tradiciones pueden generar falta de entendimiento entre ellos, y como consecuencia, mala calidad en la atención.
  • Falta de rigor profesional: existe el riesgo de que se haga un uso poco diligente de la tecnología para tratar de maximizar el número de consultas médicas y ampliar la cartera de pacientes en detrimento de la calidad de la atención y el cuidado con respecto al servicio que se ofrecería de manera presencial.
La telemedicina encuentra en la farmacia el puente que une a paciente y médico , La telemedicina genera la misma responsabilidad profesional que la presencial, Madrid opta por la telemedicina para ampliar la atención al ictus
En definitiva, la telemedicina es una oportunidad para hacer mucho más accesible el contacto directo entre pacientes y profesionales sanitarios y pres
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