lunes, 23 de noviembre de 2020

Transgéneros: los retos médicos que presentan

Medicina Interna
Josezarate
Mar, 24/11/2020 - 20:32
Una sesión del 41 Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna analiza su perfil clínico
Símbolos masculino y femenino.
El complejo recorrido clínico y psíquico de una persona transgénero requiere una atención especializada.

No son muchos y normalmente acuden a unidades especializadas, pero la complejidad que presentan requiere de unos conocimientos que no suelen ofrecerse en todas las facultades de Medicina. Su novedad y los prejuicios sociales que en ocasiones les rodean pueden dificultar además la adecuada atención clínica y sanitaria. De ahí que hayan protagonizado una de las primeras sesiones del 41 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que se desarrolla durante esta semana de forma virtual.

La mesa, Transgénero, un nuevo perfil de paciente, ha estado moderada por Gemma Ortiz, del Grupo de Formación de la SEMI, y en ella han participado Daniel Martín, del mismo Grupo, Rosa Almirall, ginecóloga y directora del Servicio de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva en Trànsit, un servicio gratuito de información y asesoramiento de la salud para las personas transgénero, del Instituto Catalán de la Salud, en Barcelona, y Daniela Fernández, paciente que representaba al colectivo transgénero. El objetivo ha sido obtener todos los puntos de vista sobre la atención médica a estas personas. Según se ha explicado, ante el paciente transgénero, el internista necesita conocimientos no solo clínicos sino también de relación médico-paciente.

La escasez de casos dificulta, entre otras cosas, los estudios clínicos relativos a sus problemas médicos. “Actualmente, apenas existe literatura sobre ellos y, probablemente, por esta razón suponen un reto. Precisamente por esta falta de evidencia científica, hemos pensado que era necesario proporcionar a los residentes de medicina interna algunos conocimientos básicos que puedan ayudarles en la práctica diaria, pues a lo largo de su carrera se pueden cruzar con varios de estos pacientes”, ha comentado Gemma Ortiz.

Tratamientos complejos 

Ese reto es doble: el establecimiento de una buena relación médico-paciente y aspectos relacionados con la atención médica. En referencia al vínculo médico-paciente, Ortiz ha destacado que el internista ve en pocas ocasiones a pacientes con este perfil, a los que es más probable que visite un médico de cabecera o de urgencias. Por ello, la comunicación con el paciente trans puede no resultar sencilla. Puede tener dudas, por ejemplo, de cómo dirigirse a él en el primer encuentro, como hombre o mujer, y un tropiezo inicial puede deteriorar ese vínculo y que no haya una continuidad en la relación.

A pesar de estas dificultades, “el papel del internista en el manejo del paciente transgénero es el mismo que el de la población general, con algunas peculiaridades, dado que reciben tratamientos complejos y puede haber interacciones con sus terapias hormonales más allá de las que a menudo se tienen en cuenta”, ha añadido Ortiz.

Para realizar su cambio de sexo, no solo tienen que someterse a cirugías complicadas, sino también tomar tratamientos hormonales de larga duración. Algunos de los problemas médicos con que pueden encontrarse los internistas u otros especialistas a la hora de atenderles es que estos pacientes sufran interacciones medicamentosas. En la historia clínica es importante que quede bien documentado qué tratamientos hormonales están tomando a fin de evitar tales episodios.

Asimismo, la retirada de estos tratamientos hormonales puede influir en el desarrollo de enfermedades tromboembólicas, bien una tromboembolia pulmonar (TEP) o una trombosis venosa profunda (TPV), ictus o infartos, debido a la pérdida de la protección estrogénica. Esta protección estrogénica la tienen las mujeres de forma natural hasta la menopausia, por lo que es posible que las mujeres trans que provienen del sexo masculino tengan más riesgo de enfermedades cardiovasculares precoces. Otra posibilidad es que se presenten tipos de neoplasias ligadas al género, como mama o próstata, en pacientes en los que no se piensa que puedan tenerlas debido al cambio de sexo.

Atención integral

Los pacientes transgénero, debido a la gran transformación que experimentan, también pueden padecer patología psiquiátrica de tipo ansioso-depresiva. Por eso, han de someterse a un proceso personal de aceptación y decidir si quieren transformar su cuerpo mediante cirugías que son complejas y dolorosas. Además de trabajar su autoaceptación, con el pertinente consejo médico, deben hacer entender a su entorno durante su niñez y adolescencia cómo se sienten, que no se identifican con el cuerpo en el que han nacido y que necesitan un cambio de sexo. Afrontar esta autoaceptación y la del entorno no siempre es fácil, pues a menudo se topan con la oposición del entorno y todo ello puede derivar en problemas psiquiátricos.

Actualmente, existen modelos de asistencia integral dedicados a la promoción de la salud de las personas transgénero. Trànsit es uno de estos recursos. “En el momento en que se crean estos modelos, tales dispositivos asistenciales aumentan el conocimiento y, de hecho, el paciente trans suele confiar en estos profesionales que para ellos se convierten en la puerta de entrada al sistema sanitario”, explica Ortiz.

La contrapartida es que “debemos comprender que el hecho de que los profesionales sanitarios en general no tengan suficientes conocimientos sobre este colectivo no es excusa para que queden desatendidos. Por ello, deberíamos preguntarnos qué necesidades tienen los modelos como Trànsit para seguir creciendo y optimizar la asistencia que prestan”.

Al no ser muy frecuente, la atención del paciente transgénero, por sus peculiaridades, requiere una formación no habitual entre los internistas. Off Redacción Endocrinología Off

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