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miércoles, 25 de mayo de 2022

José Antonio Lorente: "Se sigue viendo a la Medicina Legal como una de sus subespecialidades, la patología forense"

Profesión
nuriamonso
Mié, 25/05/2022 - 08:16
Admirables 2022
José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada. Foto: MIGUEL ÁNGEL MOLINA
José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada. Foto: MIGUEL ÁNGEL MOLINA

José Antonio Lorente se define como un "hiperactivo absoluto". Catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Granada y director del Laboratorio de Identificación Genética, en los 90 entró en la academia del FBI para continuar su formación en el uso del ADN para la identificación humana y allí se hizo una inmensa red de contactos que luego le han llevado por todo el mundo. Su carrera ha estado siempre ligada a la genética y genómica, implicándose en proyectos tan diversos como la identificación de personas desaparecidas, el análisis de las células tumorales circundantes o aportar evidencia para resolver el enigma de dónde nació Cristóbal Colón. Esta trayectoria le ha hecho uno de los ganadores de los premios Admirables 2022 en la categoría de Medicina.

PREGUNTA. ¿Usted de pequeño quería ser médico forense?

RESPUESTA. Mi padre era médico rural y yo vivía en la casa del médico, con todo lo bueno y lo malo. Bueno por ver el cariño y el respeto con el que trataban a mi padre, y malo por las horas de trabajo o cuando llegaba de madrugada por una urgencia. En la práctica los médicos rurales hacían de forenses, aunque mi padre hizo las oposiciones y a los tres meses pidió una excedencia. Pero yo no fui a la facultad con la idea de convertirme en forense, a mí lo que me gustaba era la cirugía. 

P. ¿Y cómo es que acaba ahí?

R. Cuando estaba en segundo de carrera, pidieron ayuda a los alumnos para organizar el congreso mundial. Entré en contacto con los del departamento de Medicina Legal de la Universidad de Granada y eran gente excepcional, muy simpática... empezó a picarme el gusanillo... la Medicina Legal tiene muchas áreas. A mí la patología forense no me gustaba, pero sí la parte de criminalística y ética y allí se trabajaba de manera intensa.

P.  El antiguo jefe del departamento, Enrique Villanueva, fue el que le convenció para que se fuera a Alemania...

R. Villanueva era una figura a nivel mundial y quería que los que estuviera con él aprendiesen más de lo que podía enseñar o tener acceso en Granada. Yo estaba estudiando alemán con la que era entonces mi novia y hoy mi mujer. Villanueva me dijo que me fuera primero para completar mi formación en patología forense y porque por entonces surgió el uso del ADN para la identificación humana. En España nadie estaba haciendo eso y los lugares donde había cierto nivel eran Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Villanueva ya vio venir que el ADN iba a marcar la diferencia absoluta en el futuro de la criminalística. Cuando volví monté el laboratorio en Granada y me marché otra vez, a Estados Unidos...

“En Medicina Legal te surge la necesidad de desarrollar cosas centradas en problemas de la sociedad”

P. A formarse y luego dar clase en la academia del FBI. ¿Cómo acabó allí?

R. Casualidades de la vida. En un congreso de Medicina Forense en Colonia (Alemania), donde estaba invitado el jefe de investigación genética del FBI, un profesor alemán faltó a la cena porque tenía que irse y mi jefe me dijo que me sentara al lado del americano para darle palique. Había surgido una técnica nueva, que tenía pocas aplicaciones, que la gente apenas la comprendía, que se llamaba PCR, ¡fíjate de lo que se estamos hablando! (ríe). Tuve que pedir un montón de permisos especiales porque iba a ir a la academia de Quantico sin ser policía y no había antecedentes. Fue una época maravillosa, dos años. Yo me dedicaba a hacer solo investigación en el campo del ADN y desarrollando lo que hoy son las técnicas estándar. Incluso estuve una temporada en la Universidad de Berkeley para aprender a secuenciar ADN mitocondrial, que era la tecnología más novedosa y el FBI aún no la tenía implementada.

P. ¿Qué se lleva de esa experiencia? ¿Recibió formación como el resto?

R. Formación reglada no, aunque sí participé en algunos entrenamientos físicos. Por entonces, a los agentes del FBI se les formaba en 16 semanas, mientras que yo estaba ahí siempre. Me llamaban Doc y yo era la persona de consulta, aunque había dos enfermeras. Por ahí pasaba policía de todo el mundo: conocí a guardias civiles, policías, mossos de escuadra, ertzainas... y también de todos los países de Europa, de Latinoaméria, Asia, África. Entonces no había internet, y yo tiraba del fax y de las tarjetas que me daban. Y la gente se acordaba de mí y me invitaban a ir a sus países para la implementación de laboratorios de ADN.

P.  Usted ha impulsado varias iniciativas como el Programa Fénix para la identificación de desaparecidos o el programa DNA-PROKIDS. ¿Cómo surgen?

R. Cuando estás en el mundo de la Medicina Legal, te surge la necesidad de desarrollar cosas que no estén centradas en casos particulares, sino en problemas de la sociedad. Por ejemplo, en el caso del Programa Fénix, hace años nos mandaron analizar un par de huesos que habían aparecido y las muestras de posibles familiares. No eran de ninguna de las personas que pensábamos, pero era el esqueleto un ser humano cuya familia lo estaba buscando...¿por qué no hacemos un banco con el ADN de todos los no identificados y el ADN de todos los familiares que hayan perdido a alguien? Hasta entonces, se habían hecho identificaciones masivas por catástrofes como un terremoto o un accidente aéreo, pero nunca algo sistematizado. Pero esto no podía hacerlo la Universidad de Granada. Y fíjate la casualidad de que conocía del FBI a un comandante en el gabinete del director general de la Guardia Civil. En seis meses ya se había puesto en marcha, lo cual demuestra dos cosas: que tener una agenda de contactos funciona y que cuando realmente hay voluntad operativa y política de hacer las cosas, se hacen.

Posteriormente, se legisló sobre las bases de datos de identificación de desaparecidos, la Policía y Guardia Civil ya asumieron las identificaciones de forma sistemática y en 2010 ya la universidad dejó el programa porque tampoco nos interesaba hacer un trabajo de rutina, aunque sí participamos en la identificación de restos por la Ley de Memoria Histórica. Yo personalmente sigo teniendo mucha vinculación con el tema, pues estoy en la comisión de Justicia que supervisa la base de satos y soy el presidente de la Fundación QSDGlobal, la de Paco Lobatón.

“Tener una agenda de contactos funciona y cuando realmente hay voluntad operativa y política, las cosas se hacen”

P. ¿Y de dónde surge DNA-PROKIDS?

R. Siempre he viajado mucho por el mundo ayudando en el desarrollo de laoratorios de ADN y de genómica. En uno de mis viajes con la policía de Perú, vimos a muchos niños viviendo en la calle. Me dijeron que a muchos sus padres les mandaban a pedir limosna, pero me reconocieron que algunos no sabían quiénes eran y la frase se me quedó grabada. Era como hacer el programa Fénix pero con el ADN con niños vivos que no se sabía quiénes eran y de padres que habían denunciado la desaparición de sus hijos. Si es que es como el huevo de Colón...

P. Hablando de Colón, ¿cómo se meten en los trabajos para dilucidar su lugar de nacimiento?

R. El proyecto fue idea de un profesor de historia de instituto, Marcial Castro. Yo no me dedico a pensar en enigmas históricos (ríe). Hicimos la exhumación de los huesos de la tumba de Sevilla [hay otra en Santo Domingo] en 2003 para compararlos con los de su hermano Diego y su hijo Hernando. Tuvimos que dejar paralizados los análisis preliminares durante un tiempo porque, aunque estábamos consiguiendo resultados, estábamos gastando mucho hueso para lo poco que nos habían dejado coger, la tecnología era eficaz pero no eficiente. Ahora el principal objetivo de la investigación es tratar de conseguir información objetiva para confirmar cualquiera de las teorías sobre los orígenes de Cristóbal Colón. Es un tema apasionante por el personaje que me tiene totalmente estresado. El análisis está siendo muy lento y difícil y hay cierta expectativa sobre el tema y lo suyo sería conseguir resultados que tengan un nivel de fiabilidad y que sean los historiadores los que lleguen a las conclusiones. Hay teorías que yo llamo cerradas, en las que se identifica quién es la familia de Colón, y otras abiertas, como la misma teoría italiana, que habla de tuvo origen humilde y por tanto, no se sabe dónde están enterrados sus familiares.

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P. Aparte de enigmas históricos, en los últimos años también se está implicando más en la genética clínica. Actualmente es director del Centro Pfizer
Desde la Universidad de Granada ha promovido iniciativas para la identificación de desaparecidos e incluso han analizado los huesos de Colón. aniversario-admirables Admirables Off Nuria Monsó. Madrid Profesión Off

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