viernes, 23 de julio de 2021

Las cinco causas de la quinta ola

Política y Normativa
soniamoreno
Vie, 23/07/2021 - 08:00
Algunos de los motivos que explican el 'explosivo' repunte de las infecciones por covid-19
Vista de una terraza ayer miércoles en Mahón, Menorca, donde se ha recuperado desde hoy jueves las restricciones para la restauración. (FOTO: EFE/David Arquimbau).
Vista de una terraza ayer miércoles en Mahón, Menorca, donde se ha recuperado desde hoy jueves las restricciones para la restauración. (FOTO: EFE/David Arquimbau).

Un verano más, Spain is different. Al igual que hace un año, España ha sido el primer país de la Unión Europea en sufrir un rebrote al inicio de las vacaciones, adornado esta vez con insólitos viajes de miles de contagios y nuestro ya tradicional caos político y judicial. La quinta ola, que ha llegado antes de que algunas autoridades admitieran que hubo una cuarta, tiene múltiples causas, desde la biología cambiante del virus hasta el estado mental de una población mal informada y exhausta. Repasamos cinco de ellas.

Exceso de confianza

La opinión dominante hace un mes era que no habría quinta ola. Quizá pequeños rebrotes localizados. O un leve aumento general en otoño, cuando el sol nos abandonara y volviéramos a juntarnos en las ciudades. Que los niveles de transmisión en pleno julio se acercaran a los momentos más crudos del invierno era casi inimaginable. Y, sin embargo, aquí estamos.

"Esta quinta ola se caracteriza por dos cosas: una, porque ha sido explosiva; y dos, porque está afectando a una población que es nueva para nosotros, que es la población joven. Cada día está más claro que son los veinteañeros los que están teniendo una incidencia altísima", explica Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) y profesor de las universidades de Alcalá y Johns Hopkins .

"Yo creo que esto se debe a varias causas. Una, es una población que, durante la pandemia, hemos tenido muy protegida. Es una población, hasta cierto punto, virgen, desde el punto de vista de los contagios", continúa Franco. Además, el nuevo incremento "coincide con el verano y, sobre todo, coincide con un momento dulce en España: estábamos vacunando muy bien -seguimos vacunando muy bien- y estaba bajando la incidencia acumulada. Y, de repente, esto nos ha explotado en las manos, de manera, no sorpresiva, pero sí más rápido de lo que pensábamos".

Desorden legislativo

"A veces los epidemiólogos hacemos recomendaciones que son estudiadas o revisadas por políticos, lo que implica un cierto retraso; y, finalmente, las tienen que revisar los jueces, con lo cual se enlentece mucho", señala Joan Caylà, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología y presidente de la Fundación Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona.

"El virus siempre va por delante nuestro, en España y en otros sitios. Pero en España es muy acusado". Ante un brote epidémico, recuerda Caylà, la velocidad de reacción es clave. "A estas alturas de la película, un año y medio de pandemia, debería estar muy bien organizado todo", plantea. "Un juez en una comunidad autónoma dice: 'Confinamiento, sí'; y otro, en otra comunidad, dice: 'No'. La población no lo entiende. Pero lo que cuesta entender es que no esté todo organizado para ir más rápido".

Control de variantes

España nunca había sufrido una oleada de esta magnitud impulsada con claridad por una variante. En la tercera ola, las versiones primigenias del SARS-CoV-2 aún convivían con la variante alpha; en la cuarta ola, alpha era ya dominante, pero la incidencia apenas superó los 200 casos por 100.000 habitantes en 14 días. Ahora, en cambio, ronda los 650.

En el macrobrote de Mallorca, el primero en cambiar la tendencia y dirigirnos hacia la quinta ola, se hallaron algunas muestras de esta variante, aunque la mayoría eran aún de alpha. Menos de un mes después, España ha sumado más de 300.000 nuevos casos, al tiempo que delta consolidaba su dominio.

"Un fallo importante que hubo es que, desde hace más de un mes, se debería haber controlado muy bien a todos los viajeros procedentes de Gran Bretaña, porque ahí ya se veía que la prevalencia de la variante delta aumentaba, era predominante y causaba muchos casos", indica Caylà.

Juventud, ¿inmune?

"Hay que trasladar a los jóvenes el mensaje de que no son inmunes y de que también corren el riesgo de desarrollar complicaciones por la covid-19", advierte la Sociedad Española de Epidemiología. De hecho, las hospitalizaciones se han disparado en las últimas semanas, a pesar de que la población más mayor está ampliamente protegida por las vacunas.

"El virus se había cebado con los más mayores. Ahora tenemos a los mayores protegidos gracias a la vacunación, que en España se ha hecho bien, porque ha sido rápida y se ha hecho de forma ordenada. Hemos protegido a los mayores y esto ha empujado la presión de los contagios a los más jóvenes", refleja Franco. "Ahora nos toca proteger a los más jóvenes", considera. Para ello, desgrana, hay que seguir vacunando tan rápido como se pueda, además de focalizar el estudio y control de contactos hacia la población joven.

"Estudiar los brotes y fortalecer el sistema de rastreo" son dos de las prioridades que plantea Franco, además de "usar bien" los nuevos test de autodiagnóstico: "Lo más importante es que reportemos los positivos, para que se puedan hacer los rastreos y se pueden cumplir las cuarentenas y aislamientos", recalca. "En verano hay mucho trabajo precario, y la gente joven está trabajando. Tenemos que ser conscientes de que la gente joven, cuando se infecte, tiene que dejar de trabajar".

"Los casos deben estar aislados para no infectar a otros y los contactos estrechos deben cumplir una cuarentena estricta", coincide Caylà. "Esto no se ha seguido muy a rajatabla, y es determinante para cortar transmisiones", añade. El problema es que, si "no se ha hecho muy bien" a lo largo de la pandemia, será "difícil" corregirlo ahora, cuando "la atención primaria está saturada", razona. "Hay que incorporar personal. Si no, no se llega".

Contagio en exteriores

Los espacios interiores son mucho más peligrosos, debido a las nubes de aerosoles capaces de flotar en el ambiente con importantes cargas víricas. Pero eso no significa que no nos podamos contagiar también en exteriores, al contrario de lo que a veces se escucha. Ningún entorno nos protege mágicamente del virus.

"La principal vía de transmisión son las gotas de saliva y secreciones respiratorias", aclara Juan Martínez, experto en Salud Pública y autor de Coronavirus: diario de una pandemia (Ediciones 2010). "Cuando nos hablamos a menos de 40 centímetros, o gritando en un ambiente ruidoso y festivo, podemos contagiarnos en exteriores . Además, está el contacto directo -los besos- e indirecto -compartir vasos- ", detalla.

El escaso control ante la variante delta y el caos legal y administrativo son algunas de ellas. La población joven llega, "hasta cierto punto, virgen", ya que el virus "se cebó" con los mayores. coronavirus Off Ángel Díaz Off

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