lunes, 25 de octubre de 2021

Asocian el consumo de ácidos grasos polinsaturados a menor riesgo de discapacidad auditiva en mujeres

Autocuidado
gemasuarez
Lun, 25/10/2021 - 12:22
Hay que consumir más omega 3 y 6

Un estudio desarrollado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp), de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Oviedo ha concluido que los polinsaturados (como los de la familia del omega-3 y omega-6) ejercen un factor protector frente a la discapacidad auditiva en mujeres.

Este trabajo, publicado en European Journal of Nutrition, ha analizado información de más de 105.000 hombres y mujeres a partir de los 40 años, participantes en el estudio UK Biobank, con el objetivo de examinar la asociación entre la ingesta de ácidos grasos y la discapacidad auditiva en un periodo de seguimiento de más de 3 años.

La ingesta dietética por parte de los participantes de ácidos grasos totales
-polinsaturados (PUFA), saturados (SFA) y monoinsaturados (MUFA)- se evaluó al inicio del estudio, examinando, asimismo, la capacidad auditiva de los pacientes. De los 105.000 participantes, 832 hombres y 872 mujeres desarrollaron una discapacidad auditiva al finalizar el estudio.

Los resultados muestran la asociación entre una alta ingesta de ácidos grasos polinsaturados y un menor riesgo de discapacidad auditiva en mujeres, sobre todo en las menores de 60 años. 

En declaraciones a CF, Humberto Yévenes-Briones, Francisco Félix Caballero y Esther Lopez-Garcia, autores del estudio, afirman que, "al menos 15% de la ingesta de energía total, debe provenir de ácidos grasos polinsaturados para ejercer un efecto protector frente a la pérdida auditiva. Como pudimos observar en nuestro estudio de base poblacional, a mayor consumo de ácidos poliinsaturados mayor es el efecto protector". 

Los tres experto recuerdan que son variados los alimentos que contienen ácidos grasos polinsaturados, "entre los más comunes destacan, las semillas de girasol, las nueces y el pescado azul, como el salmón, la trucha, la caballa o el atún blanco".

E insisten en que es importante reemplazar en nuestra dieta habitual el consumo de grasas poco saludables por grasas saludables como los ácidos grasos polinsaturados. En concreto, Yévenes especifica que reemplazar el 5% de la ingesta energética de ácidos grasos saturados por una energía equivalente de ácidos grasos polinsaturados podría reducir el riesgo de discapacidad auditiva en un 25%”.

Los autores especifican que el estudio se basó en el análisis de ácidos grasos dietéticos, es decir, los que se consumen diariamente a través de la alimentación. "Creemos -continúan respondiendo a si es necesario recurrir a los complementos alimenticios con omega 3 y 6 para conseguir ese efecto protector- que una dieta saludable y de calidad, en personas sanas, cumple con los requerimientos de ácidos grasos polinsaturados necesarios para ejercer un efecto protector frente a la discapacidad auditiva".   

La pregunta que surge a continuación es por qué ese efecto protector se da especialmente en las mujeres. A esta pregunta, responden que creen que es debido a algunas hormonas femeninas, como el estrógeno, podrían proteger la función auditiva. "Además -añaden-, existen diferencias en la recepción de estímulos auditivos complejos entre hombres y mujeres debido, principalmente, a diferencias en la activación del procesamiento del lenguaje a nivel cortical y también a las diferencias en la anatomía de la cóclea entre hombres y mujeres. Sin embargo, creemos que es necesario ahondar en esta línea de investigación para comprender más en detalle las vías biológicas que explican las diferencias entre hombres y mujeres".

Por otra parte, subrayan que habría que seguir investigación para dilucidar si la ingesta de ácidos grasos saturados aumenta el riesgo de pérdida de audición.

Impacto de la pérdida auditiva

Para Esther López, “este estudio es muy importante porque la pérdida auditiva es una de las principales causas de años vividos con discapacidad, y se considera invisible porque habitualmente se subestima en comparación con otros problemas de salud, de ahí que podríamos ayudar a desarrollar recomendaciones dietéticas para conservar una audición óptima”.

Desde el Ciberesp recuerdan que en las personas mayores la pérdida auditiva se ha asociado con un mayor riesgo de aislamiento social, depresión, deterioro cognitivo, mala calidad de vida y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Esta es la conclusión de un estudio realizado por el Ciber de Epidemiología y Salud Pública, la UAM y la Universidad de Oviedo, en el que han analizado información de más de 105.000 hombres y mujeres. Off Gema Suárez Mellado Autocuidado Autocuidado Farmacia Comunitaria Off

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