Desde que se decretó el confinamiento, el 14 de marzo, tuvieron que transcurrir casi tres semanas para que la curva ascendente de muertes empezara a descender. Es el principal resultado de un estudio dirigido por Dyego Leandro Bezerra de Souza con la colaboración de Albert Oliveras Fàbregas, ambos miembros del grupo de investigación M3O (Methodology, Methods, Models and Outcomes of Health and Social Sciences) de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña, y cuatro instituciones brasileñas, en el que analizan los datos de contagios, muertes e ingresos hospitalarios desde el confinamiento hasta el 25 de abril, el periodo más intenso de la pandemia. Su artículo, titulado The effect of lockdown on the outcomes of COVID-19 in Spain: An ecological study, se publica en la revista Plos One.
Los autores ofrecen una visión horizontal de los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad a lo largo de esos 43 días. Además de esos 18,33 días de media nacional en que la tasa de mortalidad empezó a disminuir, indican que los ingresos hospitalarios comenzaron a reducirse pasados 14,27 días, mientras que en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) lo hicieron al cabo de 13,44 días.
Sin embargo, hubo nueve comunidades autónomas que necesitaron más de 18,33 días para disminuir el ritmo de la mortalidad: Navarra es la que necesitó más días (34), seguida del País Vasco (25), Extremadura y La Rioja (24), además de Murcia, Ceuta, Andalucía, Valencia y las Islas Baleares. Estos datos, apunta Bezerra de Souza, "pueden deberse a la transmisión de asintomáticos en lugares permitidos, tales como supermercados o farmacias, o en puntas de infecciones del personal sanitario".
En cuanto a las comunidades autónomas con mayor incidencia de la pandemia, Madrid y La Rioja fueron las que más mortalidad registraron, y la segunda repite como comunidad con más ingresos hospitalarios. Por último, en Cataluña fue donde se registraron más ingresos en UCI y donde, en el momento más álgido, la tasa de mortalidad fue superior, llegando al 33,96%.
Bloqueos eficaces
"El distanciamiento físico decretado respondía a que el nuevo patógeno no tiene tratamiento o vacuna eficaces, y el confinamiento tenía como objetivo evitar la interacción social de las personas, además de limitar las concentraciones", recuerda Bezerra de Souza, “una manera muy efectiva de allanar la curva de contagios". Al igual que ha ocurrido en muchos otros países, los bloqueos permiten a los sistemas de salud aumentar su capacidad asistencial y reducir la transmisión de la enfermedad en aproximadamente un 60%, teniendo en cuenta que afecta a pacientes sintomáticos y asintomáticos.
Como reflejaba un estudio de movilidad elaborado por Google, y citado por los investigadores, en el período analizado la población disminuyó hasta un 92% su presencia social, un 66% en supermercados y farmacias, un 77% en parques, un 82% en el transporte público y un 62% en los puestos de trabajo. El único, y consecuente, aumento significativo de movilidad fue la estancia en los hogares y residencias habituales, que llegó a ser un 21% más alto de lo habitual.
El estudio de la Universidad de Vic incide en la necesidad de implantar el confinamiento sólo en el momento más oportuno para poder reducir las consecuencias de la pandemia. Así, "en territorios como Ceuta, Melilla o La Gomera (Islas Canarias), con una baja incidencia de la enfermedad, no habría sido necesaria una imposición de confinamiento tan larga y estricta como en el resto del Estado", dice Bezerra de Sousa. "La relajación de las medidas de contención en aquellas áreas unas semanas antes podría haber ayudado a reducir en ellas el impacto económico de la Covid-19".
El estudio también añade que los datos de mortalidad, contagios e ingresos empezaron a cambiar entre la segunda y la tercera semana desde la imposición del confinamiento, momento en el que "podemos considerar que se logró contener la pandemia y reducir el impacto de consecuencias futuras".
Matizan sin embargo que hay que interpretar los datos con cautela debido principalmente a la subnotificación, ya que aproximadamente un tercio de los casos ocurridos en España fueron asintomáticos, más el elevado número de personas enfermas pero no sometidas a pruebas diagnósticas.
Casi tres semanas se necesitaron en España para que la curva ascendente de mortalidad empezara a disminuir desde su cima. Off Redacción Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/32OMFkC
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