Un concepto erróneo sobre la solidaridad profesional, una falsa sensación de inmunidad y la evidente facilidad que tienen para hacerse sus recetas. Estas son las principales razones que abocan a los médicos a automedicarse. Es un problema frecuente, casi una tendencia natural, asegura Gerardo Flórez, psiquiatra del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime) del Colegio de Médicos de Orense: “A los médicos no nos suele gustar ir al médico. No queremos molestar a nuestros colegas y nos creemos invulnerables”. Sin embargo, es una conducta de riesgo, igual que en el resto de la población.
Obviamente, tomarse un ibuprofeno para aliviar un cuadro catarral no es grave, pero existen fármacos más peligrosos o con potencial de crear adicción, especialmente los ansiolíticos y los derivados mórficos: “No somos más fuertes por ser médicos, no estamos por encima de todo, somos seres humanos como los demás, tenemos los mismos riesgos y las sustancias nos deterioran igual”, recuerda Flórez.
Es un problema frecuente y muchas veces encubierto: “Tenemos más facilidad para automedicarnos y sólo se ven los casos más destacados”. Como es lógico, son más sensibles los profesionales que están más en contacto con las sustancias más adictivas.
Otro de los riesgos frecuentes del médico es retrasar una consulta por temor a molestar
Tampoco les resulta fácil a los facultativos consultar esa adicción: “Es más sencillo para nosotros seguir administrándonos lo que necesitamos y sufrimos mucho por un posible deterioro de nuestra imagen corporativa: ¿cómo voy a consultarle a un colega que estoy enganchado al trankimazín, por ejemplo”, explica.
Además de una posible adicción, otro riesgo es cometer una equivocación diagnóstica y no realizar las pruebas necesarias, lo que puede derivar en un retraso del dictamen que ponga en riesgo la salud del médico. Otra vez esa sensación de invulnerabilidad puede provocar demoras comprometidas.
Flórez tiene claro su mensaje: “No te automediques, consulta a un colega”. Y apela a la ejemplaridad: “Haz lo que predicas, habla con el especialista adecuado y sométete a las pruebas pertinentes”.
Y si se necesita ayuda y el médico acaba sufriendo una adicción, ha de ponerse en contacto con el Paime, una vía que garantiza la confidencialidad y que puede ayudarle a salir de esa situación y a reintegrarse en la profesión, a pesar de las reticencias a llamar a esta puerta.
Los médicos tienden en ocasiones a medicarse ellos mismos, pero ésta es una conducta de riesgo, de la misma forma que lo es para el resto de la población. Off María R. Lagoa Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3cTTAOa
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