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martes, 2 de febrero de 2021

La estrategia dejará sin vacuna a los dependientes en lista de espera y cuidadoras no profesionales

Política y Normativa
lauraibanes
Mar, 02/02/2021 - 13:00
Covid-19
Araceli Hidalgo, residente del centro Los Olmos de Guadalajara, fue la primera española en recibir la vacuna.
Araceli Hidalgo, residente del centro Los Olmos de Guadalajara, fue la primera española en recibir la vacuna.

Los agujeros de la estrategia de vacunación contra la covid estarían dejando a la espera todavía de vacunación a más de 300.000 grandes dependientes de grado III (el más alto) no institucionalizados en residencias de los que 32.000 además no llegarán a ser vacunados por estar todavía en lista de espera para ser valorados como dependientes y prevén excluir de vacunación a los más de 130.000 cuidadores no profesionales que les atienden. 

Así lo ha denunciado la Asociación de Directivos y Gerentes de Servicios Sociales, que estima en concreto que hay 313.696 los grandes dependientes de grado III que no viven en residencias y que deberían ser vacunados en las próximas semanas, en la segunda etapa de la inmunización contra a covid al pertenecer al grupo 4 de vacunación, tras el grupo 1 de personas institucionalizadas en residencias y y personal sanitario y sociosanitario de esas residencias, el grupo 2 de personal sanitario de primera línea y el grupo 3 de otro personal sanitario.

Según calculan los directivos y gerentes sociales, de estos más de 300.000 grandes dependientes todavía a la espera de ser vacunados habrá además un 10% de ellos, unos 32.000, que no podrán vacunarse puesto que formalmente todavía no disponen de una valoración de su grado de dependencia, por estar en lista de espera para ser evaluada su solicitud. Al no disponer del informe que acredite su grado de dependencia, los directivos y gerentes sociales temen que se deje a estas personas “al albur de que un médico o médica acredite enfermedades que requieren apoyos para la vida diaria, como si el personal de medicina estuviese especializado en la valoración de la dependencia” o fuese adecuado en un momento tan complicado de evolución de la pandemia como el actual “sobrecargar aún más de trabajo y saturar más si cabe los servicios sanitarios” para tratar de hacer estas valoraciones que les permitan acceso a la vacuna a los grandes dependientes en lista de espera para ser valorados.

“Dejar esto en manos de los médicos es una barbaridad. Igual que desde servicios sociales no prescribimos una operación a un paciente, no se puede cargar sobre los médicos la valoración de la dependencia. El Gobierno sigue sin enterarse que desde servicios sociales atendemos a 7 millones de personas que son diferentes que las de los servicios sanitarios y que la dependencia no sólo es padecer una gran enfermedad”, explica José Manuel Ramírez, presidente de la Asociación de Directivos y Gerentes de Servicios Sociales.

Con todo, su mayor crítica a la estrategia de vacunación no está en la espera que están sufriendo ya los grandes dependientes y el problema añadido para los más de 32.000 grandes dependientes en espera de ser valorados, sino en la decisión de excluir de la inmunización prioritaria a los cuidadores no profesionales. Los gerentes sociales han cargado contra la decisión de excluir de vacunación en en los grupos 3 y 4 de vacunación a los cuidadores no profesionales que se hacen cargo de los citados grandes dependientes no institucionalizados.

Según sus cálculos, de las 450.517 personas con derecho a prestación económica para cuidados en el entorno familiar por tener algún grado de dependencia, hay 133.679 con el grado más alto de dependencia, el grado III (y al que corresponde vacunarse dentro del grupo 4 de vacunación). Estas personas dependen de los cuidados que les proporcionan al menos otras tantas personas que actúan como cuidadores no profesionales.

Sin embargo, tal y como se ha redactado la estrategia de vacunación, dentro de los grupos 3 y 4 de vacunación no se inmunizará a los cuidadores no profesionales sino tan sólo a los cuidadores profesionales de grandes dependientes. 

Concretamente, la actualización de la estrategia realizada hace tan sólo unas semanas especifica que “en cuanto al personal sociosanitario que no es considerado de primera línea, sólo se vacunará al que atiende de manera profesional a grandes dependientes que no están institucionalizados. Aunque este personal se considera grupo 3, si es más factible podrá vacunarse en la misma visita que las personas a las que asisten, es decir, en el grupo 4”. Esto dejaría, por tanto fuera, a todos los cuidadores no profesionales que, si enferman, dejan a su vez sin cuidados a grandes dependientes que los precisan para su día a día.

“Esto es una auténtica temeridad: si esos cuidadores no profesionales, en su mayoría mujeres, enferman, vamos a tener un gravísimo problema para realojar y atender a esos grandes dependientes de los que se encargan. El castigo a este colectivo de cuidadores no profesionales es permanente, primero expulsándolas de la Seguridad Social, y ahora excluyéndolas de la estrategia de vacunación”, afirma Ramírez.

La asociación de directivos y gerentes de servicios sociales advierte además que hay algo más de medio millón de dependientes de grado II (506.355 concretamente), con importantes limitaciones para su actividad diaria, que no están incluidos en ninguno de los grupos prioritarios definidos hasta ahora y que el grueso de sus cuidadores son también no profesionales, lo que elevaría la cifra de cuidadores no profesionales de dependientes que quedan al margen de la vacunación  en otras 187.833 personas. 

En conjunto, por tanto habría 321.512 cuidadores no profesionales de dependientes de grado III y grado II que no estarían contemplados en la estrategia de vacunación de momento y 313.696 dependientes de grado III no institucionalizados a la espera de ser vacunados (32.000 de ellos que se enfrentarán a problemas para acceder a la vacuna por estar en lista de espera para obtener su informe de dependencia) y 505.832 dependientes de grado II reconocidos que deberían ser vacunados según los gerentes de servicios sociales por su gran dependencia pero que no lo serán según la estrategia salvo que tengan más de 80 años, en cuyo caso entrarían como quinto grupo prioritario de inmunización previsiblemente en el segundo trimestre del año.

Se da la circunstancia, además, de que al vincularse con frecuencia la idea del sistema de dependencia al de una ayuda económica, podría haber un grupo importante de personas con dependencia que no hayan solicitado formalmente nunca ser valorados como tales, lo que podría elevar la cifra de los 32.000 grandes dependientes que quedarán en el limbo a la espera de un informe médico, “porque en la primera estrategia se especificó que si algún dependiente no había sido valorado podría contar con un informe médico sobre las enfermedades discapacitantes”.

Según la propia estrategia de vacunación, los grandes dependientes representan casi una de cada cuatro personas dependientes en España reconocidas como tales. De este conjunto, el 73% tiene 65 o más años y más de la mitad supera los 80 años. Se estima el número de grandes dependientes en 366.975 personas.

Las críticas de los gerentes sociales a la exclusión de dependientes de grado II y cuidadores no profesionales de dependientes de grado III y grado II de la estrategia de vacunación han coincidido en el tiempo con la sugerencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este martes por redes sociales, de priorizar en la vacunación a hosteleros, taxistas, cajeros de supermercado y docentes entre otros colectivos prioritarios por su alto grado de exposición. 

Servicios sociales advierte que hay cerca de 32.000 grandes dependientes a la espera de ser valorados y más de 130.000 cuidadoras no profesionales que no accederán a la vacuna. coronavirus Off Laura G. Ibañes Off

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