La farmacia hospitalaria ha sufrido a lo largo de su historia una (re) evolución necesaria y natural, con el objetivo final de proveer atención farmacéutica de calidad para conseguir el máximo beneficio clínico y contribuir a mejorar los resultados en salud de una manera eficiente.
Atrás quedó la imagen del farmacéutico anclado en su despacho del sótano del hospital, dedicando prácticamente todo su tiempo a la gestión administrativa del medicamento. En la actualidad, nuestro ámbito de actuación va más allá del Servicio de Farmacia y del propio entorno hospitalario, incorporando competencias clínicas a las que venia desarrollando históricamente el farmacéutico de hospital.
En esta transformación, la farmacia oncológica ha sido clave, siendo la punta de lanza en cambios y avances que la especialidad ha ido asumiendo. Para llegar hasta aquí ha sido y es fundamental una formación continua, especializada, de calidad e independiente.
España, al frente de la ‘superespecialización’
Como dato, decir que España es el segundo país en el mundo con más farmacéuticos hospitalarios con acreditación Board Certified Oncology Pharmacist (BCOP). Esta titulación americana, de reconocido prestigio, avala los conocimientos del farmacéutico en el área de la oncología y hematología.
La formación específica y especializada en estas áreas ha permitido al farmacéutico oncológico y hematológico integrarse en los equipos multidisciplinares hasta tal punto que, hoy en día, es impensable que no esté presente en el abordaje multidisciplinar de los pacientes oncológicos.
Como farmacéuticos oncológicos y hematológicos participamos de forma activa y protagonista en la evaluación y selección del medicamento que se lleva a cabo en las distintas comisiones de farmacia y terapéutica del hospital, pero también estamos colaborando con otros organismos evaluadores autonómicos y/o nacionales. Es vital identificar aquellas innovaciones terapéuticas de valor, basadas en las evidencias científicas y en los criterios de eficiencia.
Junto con el resto del equipo multidisciplinar elaboramos protocolos y guías clínicas y participamos en la toma de decisiones dentro de los distintos comités clínicos, aportando un análisis crítico de la evidencia y el expertise propio del farmacéutico oncológico y hematológico.
Asimismo, interviene en los programas de evaluación de resultados y beneficios del tratamiento para conocer la efectividad, la seguridad, la medición de la calidad de vida y los resultados percibidos por el paciente (también conocidos como Patient Reported Outcomes).
Atención farmacéutica
Por otra parte, llevamos a cabo atención farmacéutica (AF) a los pacientes (y/o cuidadores) en función de sus necesidades, con el fin de obtener los mejores resultados en salud. Esta AF consiste en validar todas las prescripciones de pacientes oncohematológicos antes de su preparación, administración y dispensación, considerando la condición clínica de los pacientes y los protocolos aprobados en la organización. A través de la farmacocinética y farmacogenética, monitorizamos a los pacientes o medicamentos que lo precisen para individualizar su terapia. Evaluamos y promovemos la adherencia a los tratamientos y comprobamos las incompatibilidades e interacciones entre medicamentos, alimentos, plantas medicinales o terapias alternativas.
La AF la realizamos de manera continua a lo largo de todo su proceso asistencial, ofreciendo información acerca de su tratamiento y una visión adaptada del plan farmacoterapéutico con relación a su salud y teniendo en cuenta sus necesidades individuales, los objetivos consensuados y las intervenciones necesarias para llevarlos a cabo.
Uso seguro de los medicamentos
Por otra parte, lideramos, desarrollamos e implantamos las actuaciones dirigidas a mejorar la seguridad del sistema de utilización de los medicamentos en el paciente oncohematológico. Entre estas actuaciones destacan la elaboración de programas de gestión de riesgos aplicado a la prevención y solución de problemas de salud relacionados con medicamentos oncohematológico y la conciliación de la medicación entre niveles asistenciales y procesos que aseguren el manejo seguro y la trazabilidad de la terapia antineoplásica.
Pero nuestra labor no solo es asistencial, también promovemos y participamos en proyectos de investigación e innovación. La composición de los comités éticos de investigación clínica (CEIC) establece que uno de los miembros deberá ser un
farmacéutico de hospital, que interviene en la evaluación y el seguimiento de los ensayos clínicos, responsabilizándose de la gestión de los medicamentos en investigación.
En definitiva, los farmacéuticos oncológicos y hematológicos queremos ser un referente para pacientes, ciudadanos, profesionales sanitarios y gestores por ofrecer atención farmacéutica de calidad basada en las prácticas de seguridad, la evidencia científica, la formación continuada, la investigación y la innovación con la máxima eficiencia.
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