La inestabilidad profesional -es raro durar mucho tiempo en el puesto-, el cortoplacismo, la politización, la falta de apoyo o conocimiento de los profesionales... Muchas pueden ser las razones que hagan que la gestión sanitaria no resulte atractiva, según se vio durante el III Ciclo de Formación en Alta Dirección Sanitaria, organizado en Alcalá de Henares (Madrid) por la Fundación Gaspar Casal.
"Cada vez es más difícil encontrar personas que quieran ser directivos", afirmó Julio García Comesaña, consejero de Sanidad de Galicia; "no existe una cartera de apasionados por la gestión", sentenció Patricia Gómez i Picard, consejera de Salud y Consumo de Baleares, que se pregunta "¿cómo conseguimos que la gestión sanitaria sea atractiva?".
A su juicio, el principal elemento necesario para lograrlo es "el reconocimiento", tanto externo como, fundamentalmente, interno. "Los profesionales, a menudo, no tienen ni idea de lo que hace el gerente". O, lo que es lo mismo, hay dos hospitales en cada hospital: "Uno in vitro, que está formado por los directivos, y uno in vivo, integrado por los profesionales", sostiene Vicenç Martínez, director general de Formación y Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, recordando cuando comenzó su carrera como médico y "no entendía nada".
El problema, según Martínez, es que, si bien la confianza es una cuestión clave de la gestión, "hay directivos que solo tienen la confianza de quien los elige".
Liderazgo
Y es que los directivos precisan otras muchas cualidades. García Comesaña enumera algunas, como "sentido común, liderazgo -sobre todo-, mano izquierda, conocimiento del sector...". O, al menos, eso sería lo deseable, ya que "una organización es el fiel reflejo de quien la lidera", según Gómez.
Sin embargo, aunque "las gerencias ya no son lugares en que emplear a amigos, políticos que han perdido su cargo, etc., aún no se selecciona correctamente. Hemos evolucionado mucho, pero todavía queda", sostiene Martínez que, hasta su nombramiento en el ministerio, ocupó varias gerencias hospitalarias.
Coinciden todos en que, además de cualidades, es precisa formación. Por ello, el ministerio trabaja en "un sello que acredite en qué lugares se realiza buena formación a los gestores", que estará listo en pocas semanas.
Esta formación permitiría además "elegir a la persona correcta para el proyecto correcto", lo que contribuiría a "recuperar la confianza en la política", en opinión de Gómez.
También contribuiría a eso "conseguir bloquear lo que no debe moverse; es intolerable que un político pueda cambiarlo todo", concluye la consejera balear.
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