La regulación de la publicidad en el ámbito de los medicamentos de autocuidado (medicamentos no sujetos a prescripción médica, que son los únicos que pueden hacer publicidad al público), recogida en el Real Decreto 1416/1994, debe ser objeto de una revisión y actualización para incorporar, entre otros aspectos, los nuevos formatos y canales de información, lo que redundaría en una mayor seguridad tanto para usuarios como para profesionales sanitarios, la Administración y la propia industria. También es necesario articular los mecanismos necesarios para que sea capaz de asumir la velocidad de los cambios de la propia realidad sanitaria e industrial.
Sobre cómo ven la regulación actual, los expertos consultados por CF coinciden en un adjetivo: obsoleta. Jaume Pey, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), afirma que la patronal considera "que ha quedado obsoleta y que es imprescindible una actualización, porque los medios, los formatos y soportes que se utilizan para realizar los anuncios han cambiado radicalmente desde los años 90, con un fuerte impacto de los canales digitales".
Katherine Rice, responsable de Marketing-OTC de Cinfa, coincide en que "sería conveniente actualizar la legislación actual, que se ha quedado obsoleta respecto a las nuevas opciones y formatos publicitarios que encontramos ahora mismo, tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales e internet". En la misma línea se expresa Eva Badia, jefa de Ciencias Médicas en Kern Pharma, quien señala que "el marco legislativo actual debe evolucionar para dar respuesta a las nuevas necesidades del sector y de los ciudadanos”, dado que desde 1994 “el entorno ha cambiado mucho".
A su juicio, un marco regulatorio más flexible, que se adapte y evolucione de manera más rápida, "permitiría, por ejemplo, que la industria pudiera incorporar innovaciones a este tipo de productos de manera ágil, lo que redundaría en un beneficio para los ciudadanos". También facilitaría una mayor seguridad jurídica en los nuevos canales de comunicación, que nada tienen que ver ya con los de la década anterior.
Crear un grupo de trabajo
En la actualidad, el Real Decreto 1416/1994 está pendiente de revisión y actualización, "aunque, probablemente, esto no se lleve a cabo hasta que no finalice la reforma de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios", señala Pey.
Al hilo de lo expuesto, los portavoces insisten en las mismas direcciones para reorientar la situación. Rice señala que lo ideal para ese cambio "sería crear un equipo de trabajo multidisciplinar, que incluya tanto a la industria como a Anefp y a las entidades gubernamentales regulatorias, con el fin de que la legislación refleje las necesidades actuales del sector". Las vías para comunicar con el consumidor cambian constantemente y, con una legislación flexible y viva, "evitaríamos que quede desfasada rápidamente". Badia añade que "no hay que olvidar que el sector del autocuidado tiene como propósito la prevención de los problemas de salud y el tratamiento de síntomas menores. Por eso es tan importante que la regulación acompañe a la innovación y se puedan legislar y autorizar cuanto antes nuevos ingredientes, tecnologías, etc.". También que las compañías farmacéuticas “podamos desarrollar nuestras campañas en un marco legal seguro y acorde con los nuevos formatos a través de los que se informan los consumidores de hoy en día".
Anefp, como punto de partida, apuesta por disponer de un marco regulatorio general actualizado, es decir, que responda a las necesidades de hoy en día, que sea dinámico y flexible, "permitiendo la adaptación a los nuevos escenarios que puedan producirse, a través de convenidos o acuerdos que permitan incluir los nuevos formatos, ofreciendo, así, agilidad al mercado".
A partir de este marco general, Anefp considera que se debe caminar hacia los sistemas de autorregulación. "Un claro ejemplo de esto es el proceso de autorregulación sello Anefp, que actúa como un aval para tener una publicidad de calidad y responsable de medicamentos de autocuidado, puesto en marcha ahora hace nueve años y que cuenta con el reconocimiento del Ministerio de Sanidad", añade Pey. "El sector cuenta ya con una larga trayectoria y, además, ha demostrado, desde hace nueve años, con la petición del sello Anefp para sus anuncios, el compromiso con la publicidad responsable y de calidad para sus productos", incide Pey.
Mayor armonización
Respecto a los aspectos o bases concretas y claves que se deben abordar en esta nueva regulación, para Badia, en primer lugar, sería deseable una mayor armonización regulatoria entre los países de la Unión Europea, "ya que todavía existen grandes diferencias". También en lo que respecta a los diferentes criterios en función del tipo de producto: "Por ejemplo, actualmente, dentro del sector del autocuidado los ingredientes cosméticos están muy regulados. Sin embargo, los complementos alimenticios -especialmente en el caso de los botánicos- no, y estas diferencias dificultan y ralentizan muchas veces la toma de decisiones". Asimismo, sería deseable ser más ágiles a la hora de implementar en el ámbito estatal la regulación que viene de Europa.
Pey apuesta por cuatro líneas de actuación: la primera es que el marco normativo general que debe guiar todas las actividades publicitarias permita una adecuada y flexible actualización, para que los medios y soportes que surjan tengan su espacio en la regulación general. "Esto es más importante si cabe en el caso de todo el entorno digital, donde la aparición de nuevos canales es constante", apunta.
La segunda es la apuesta por los sistemas de autorregulación de la publicidad, que cuenten con el reconocimiento de la Administración.
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