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jueves, 11 de julio de 2024

'Leer en los huesos': un pequeño fósil craneal de la región del oído derecho demuestra el altruismo en los neandertales

Otorrinolaringología
rocio.rodriguez
Jue, 11/07/2024 - 08:00
Publicado en 'Science Advances'

Algunos lo llaman 'efecto CSI'. Es una especie de distorsión que nos provocan las series policiacas, incluso las mejor asesoradas científicamente, que muestran a las ciencias forenses como infalibles y capaces de resolver crímenes en cuestión de horas, usando tecnologías que en la vida real no existen (o no están tan desarrolladas). En la serie Bones la antropología forense trataba de encontrar en los esqueletos cualquier indicio que ayudara a apresar al culpable. Y sí, los huesos hablan, pero a veces es muy difícil descifrar lo que nos dicen.

Sin embargo, un equipo de investigadores españoles ha conseguido descodificar un hueso temporal con una antigüedad de entre 273.000 y 146.000 años y llegar a la conclusión de que es el primer caso de síndrome de Down documentado en neandertales. Pero no solo eso, para que este individuo neandertal llegara al menos a los 6 años de edad -dato que también revela el pequeño fragmento craneal de la región del oído derecho-, debió ser cuidado por el grupo, no solo por su madre, lo que demuestra el altruismo en estos homínidos. El estudio se ha publicado en Science Advances.

El pequeño fragmento de cinco centímetros fue encontrado en 1989 en las excavaciones realizadas en la Cova Negra de Xátiva (Valencia), yacimiento en el que se han encontrado numerosos restos óseos neandertales y de Homo sapiens. Estas excavaciones dirigidas por Valentín Villaverde, de la Universidad de Valencia, han sido claves para conocer el modo de vida de los neandertales de la vertiente mediterránea ibérica.

"Villaverde se puso en contacto con nosotros porque tenía un fósil pequeño del hueso temporal y nosotros estudiamos huesos temporales de fósiles", cuenta Mercedes Conde-Valverde, paleoantropóloga de la Universidad de Alcalá y codirectora junto a Ignacio Martínez (que también participa en el estudio) de la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología de HM Hospitales y esta universidad.

Conde explica que siempre que tienen un fósil lo primero que hacen es realizar un modelo 3D del oído interno, "ver cómo son los canales semicirculares y medir una serie de variables estándar, con las que sabemos si se trata de una especie o de otra (Homo nenderthalensis u Homo sapiens)".

Este equipo lleva años estudiando neandertales para saber en qué momento apareció nuestra capacidad de lenguaje. Estudiar la evolución de la anatomía y el funcionamiento del oído en la evolución humana puede llevar también a encontrar aplicaciones médicas, por eso trabajan codo con codo con especialistas en Otorrinolaringología en la Cátedra de Investigación de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología de HM Hospitales y la Universidad de Alcalá.

Mercedes Conde e Ignacio Martínez, directores de la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología de HM Hospitales y la Universidad de Alcalá. Foto: HM HOSPITALES.
Mercedes Conde e Ignacio Martínez, directores de la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología de HM Hospitales y la Universidad de Alcalá. Foto: HM HOSPITALES.

El primer paso es realizar un micro-TAC (microtomografía computarizada). "La distancia entre los cortes es muchísimo más pequeña y las imágenes son más nítidas porque al ser un fósil se le puede aplicar mucha más radiación, no como a un humano", indica Conde. A partir de ahí, el modelo 3D para compararlo con otros fósiles. En ese momento es cuando vieron algo que llamó su atención: "Un engrosamiento que es anómalo. En otros neandertales no lo habíamos visto, tampoco en Homo sapiens, así que buscamos qué podía causar ese engrosamiento o con qué patología podía estar relacionada. Vimos que el fósil al final tenía cinco estructuras anómalas que en nuestra especie solo se encuentran juntas en personas con síndrome de Down", apunta Conde.

Además de buscar esa información sobre las posibles patologías, le pasaron el micro-TAC a los otorrinolaringólogos de la Cátedra, Alfredo García, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de los hospitales universitarios HM Puerta del Sur y HM Montepríncipe, y Nieves Mata, especialista de ambos centros. "Fue impresionante ver el escáner y hacer una reconstrucción multiplanar. Costó un poco orientarlo al principio porque al ser un hueso suelto no estaba orientado en posición anatómica, como los vemos en consulta, pero una vez lo orientamos pudimos ir comprobando las alteraciones que presentaba", señala Mata.

Cinco anomalías en el oído

"El oído interno tiene dos partes básicamente: los canales semicirculares, que son esos tres conductos y donde se aloja el órgano del equilibrio, y la cóclea, donde está el órgano de la audición. Vimos un engrosamiento anómalo en uno de esos canales semicirculares, otro canal que es más pequeño, una cóclea y un vestíbulo pequeños, un acueducto vestibular dilatado y una fístula entre uno de esos canales y ese acueducto vestibular, que eso normalmente está cerrado", explica Conde.

"Analizando el escáner, vimos que en los canales semicirculares había como unas calcificaciones, que eso se ve en los pacientes que tienen infecciones de oído y una infección del laberinto, una laberintitis. Se ven cuando los laberintos se llenan de pus, es una especie de osificación precoz. Asociando esto junto al canal semicircular del laberinto dilatado, la isla ósea reducida en el canal semicircular anterior, el acueducto vestibular dilatado y la fístula entre el acueducto vestibular y el canal semicircular posterior, llegamos a la conclusión de que el sujeto al que le pertenecía el hueso temporal tenía unas malformaciones congénitas que hacían que pudiera tener alteraciones del equilibrio y pérdida de audición. Las calcificaciones y la fístula nos hicieron pensar que a lo mejor podría haber tenido otitis e infecciones, es decir, además de las alteraciones congénitas estas alteraciones adquiridas", analiza Mata.

La especialista de HM apunta: "Las malformaciones pueden estar presentes en varias enfermedades o en varios síndromes, pero por lo descrito en la literatura estos hallazgos son típicos, aunque no patognomónicos, del síndrome de Down". Y añade: "Los paleoantropólogos y los otorrinolaringólogos tenemos unos campos muy diferentes, y lo más impresionante fue llegar al mismo punto".
 

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Mediante un micro-TAC y un modelo 3D de oído interno a partir de un hueso de 5 cm., un equipo de paleoantropológos y otorrinolaringólogos españoles han hecho este descubrimiento. Off Rocío R. García-Abadillo Investigación Off

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