Se cumplen 18 años desde que el servicio de Farmacia del Hospital Nacional de Parapléjicos, de Toledo, ideó y desarrolló el proyecto de gestión de fármacos llamado Dale color a tu dosis unitaria, un método que disminuye los residuos contaminantes en los servicios de farmacia de los hospitales y que, además, ofrece una mayor eficacia que el reenvasado para disminuir errores de medicación.
En los últimos tres años, 34 farmacias hospitalarias han incorporado a sus sistemas de identificación de medicamentos el sistema Dale Color, y previamente otras treinta farmacias lo habían solicitado.
David García Marco, jefe de Sección del Servicio de Farmacia de Parapléjicos, ha documentado que “en un hospital de tercer nivel (>800 camas) que elabore de media un millón de reenvasados, produciría entre 678,20 kg de material contaminante al año, de los cuales se podría ahorrar el 96%". Respecto al espacio ocupado en función de la producción anual de cada hospital, dice que se podría obtener un ahorro de hasta el 92,52% de material contaminante con el reetiquetado de medicamentos”.
Como detalla a CF, se propone el reetiquetado porque no es otra cosa que "cambiar la forma de trabajo de identificación de los medicamentos en dosis unitarias". Así, "en lugar de reenvasar, que es introducir un medicamento en un envase de plástico, aluminio y papel, se pasa a reetiquetar, que es pegar una etiqueta al blíster ya existente. La etiqueta es menos contaminante, supone menos trabajo, y es mucho más barata", asegura.
Pero, ¿cómo se realiza ese reetiquetado y quién se encarga de hacerlo? Según García Marco, se lleva a cabo en base a unas plantillas preelaboradas en Excell, que identifican de forma diferenciada los medicamentos y registran automáticamente quién elabora, qué cantidad y con qué lote de cada medicamento, pudiéndose trazar todo el proceso. "Es un trabajo sencillo que efectúa un auxiliar de farmacia y es revisado por otra persona para asegurar que el proceso sea correcto", añade.
Para llevar a cabo esta labor, los recursos que se exigen "son bastante asequibles", a su juicio, pues se precisa solo de un ordenador con Excell y etiquetas, "a diferencia del reenvasado que necesita una reenvasadora, que cuesta más de 20.000 euros, y un material especial para esa reenvasadora concreta de alto coste".
Para el portavoz de Farmacia del Hospital de Toledo, la adecuación de la identificación de los medicamentos en dosis unitarias que se realiza en los servicios de farmacia para comprobar el fármaco correcto desde la dispensación hasta la administración "es un campo que ha evolucionado muy poco en estos años". En su opinión, "los cambios siempre van precedidos por una motivación y el reetiquetado es otra forma ideal de identificarlos, ya que supone menos contaminación y un mayor respeto al medioambiente. Los procesos implicados son sencillos y de bajo coste".
Por todo ello, para este farmacéutico especialista, este sistema es asumible por todo tipo de hospitales, desde pequeños a grandes. "Además, los pequeños son los que más problemas suelen tener para comprar o renovar sus máquinas de reenvasado -constata-. Los hospitales grandes ahorrarán cientos de kilos al año en material contaminante, además de mejorar la eficiencia de este proceso de reacondicionamiento, y los pequeños lo pueden poner en marcha casi sin costes".
En términos aproximados, cada servicio de farmacia de un hospital realiza al año entre 200.000 y dos millones de reenvasados de medicamentos, lo que significa que se utilizan cientos de kilos de plástico y aluminio “que son altamente contaminantes para el medio ambiente”, según ha explicado el experto.
Con este proyecto se ahorra entre 15-32 veces en material contaminante, es decir 60 kilos de aluminio, plástico y otros contaminantes frente al sistema habitual de reenvasado por cada 100.000 medicamentos. “Esto significa que en el Hospital Nacional de Parapléjicos llevamos ahorrados más de 2.000 kilos de contaminantes ambientales en los últimos dieciocho años, y que con la suma de los más de 60 hospitales que se han unido al reetiquetado, conseguimos reducir miles de kilos cada año en plásticos y aluminio”, ha afirmado García Marco.
A los beneficios medioambientales que se derivan de esta forma de etiquetado de medicamentos se suma el ahorro de costes al sistema sanitario de material y del tiempo empleados por los profesionales de este ámbito para realizar este proceso.
Nuevo proyecto
Por otra parte, han lanzado un nuevo proyecto de descontaminación ambiental de las farmacias hospitalarias, denominado No reenvases por desconocimiento, que ya utilizan muchos hospitales, para dejar de reenvasar medicamentos que tienen alternativas en dosis unitarias, y dejar de comprar productos que al final serán más contaminantes.
García Marco sostiene que esta campaña es necessaria porque "no se sabe qué medicamentos de los aproximadamente 19.000 comercializados están disponibles en dosis unitarias. Por ello, se puede dar el caso de que un hospital reacondicione medicamentos cuando ya existen en este formato comercializado por algún laboratorio, produciéndose un trabajo inútil, nada eficiente, y además, contaminante con el medio ambiente".
Este programa informa de los 1.572 medicamentos en dosis unitarias que ya están comercializados y está colgado en la web el proyecto está disponible en la web. Además, la Sociedad Castellano Manchega de Farmacia Hospitalaria (SCMFH) distribuye, además, herramientas para detectarlos automáticamente en las compras que realiza un hospital, ayudando a realizar compras más eficientes.
Desde que el Hospital Nacional de Parapléjicos, de Toledo, puso en marcha este proyecto han ahorrado más de 2.000 kilos de sustancias perjudiciales para el medio ambiente. Off Gema Suárez Mellado Farmacia Hospitalaria Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2KW02dG
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