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sábado, 2 de enero de 2021

Enfermería, el colectivo más afectado a nivel emocional por la pandemia de la covid-19

Profesión
aliciaserrano
Dom, 03/01/2021 - 08:00
Encuesta
Los profesionales de Enfermería son los sanitarios más afectados emocionalmente por el coronavirus, según una encuesta realizada por Kayros Salud para la Unión Sanitaria Valenciana (USV). FOTO Ariadna Creus y Ángel García (Banc Imatges Infermeres).
Los profesionales de Enfermería son los sanitarios más afectados emocionalmente por el coronavirus, según una encuesta realizada por Kayros Salud para la Unión Sanitaria Valenciana (USV). FOTO Ariadna Creus y Ángel García (Banc Imatges Infermeres).

La pandemia de la covid-19 ha supuesto un auténtico golpe a nivel social, sanitario y emocional. Y según una encuesta realizada por Kayros Salud para la Unión Sanitaria Valenciana (USV) -que engloba a los colegios profesionales de enfermeras, psicólogos, médicos, farmacéuticos, ópticos-optometristas, odontólogos, veterinarios, fisioterapeutas, logopedas, nutricionistas, podólogos y terapeutas ocupacionales-, el colectivo enfermero ha sido y es el profesional sanitario más afectado emocionalmente por el coronavirus.

De hecho, según los datos, es el que ha percibido mayor sensación de riesgo y desamparo, con la consiguiente ansiedad, y quienes “más se han estresado y deprimido durante las dos olas de infecciones de la covid-19”, según comenta Juan José Tirado, presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova) y del Colegio de Enfermería de Valencia.

Juan José Tirado, presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova) y del Colegio de Enfermería de Valencia.
Juan José Tirado, presidente del Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova) y del Colegio de Enfermería de Valencia.

Respecto a la explicación de estas conclusiones, apunta, “se encargan de los cuidados y la atención más personal en el entorno clínico. Conviven con sus pacientes y crean un vínculo asistencial que acaba por convertirse en personal y emocional. Son profesionales pero, por encima de todo, son personas que sufren con el dolor de los demás y que se alegran cuando los enfermos están curados y abandonan las estancias hospitalarias”. 

En el contexto actual, “la presión y tensión de la crisis de la covid-19 ha provocado que acaben llevándose la sensación de frustración y ansiedad a su hogar y transmitiéndolo a sus familias”, añade.

Carencia de profesionales

La pandemia, por otro lado, ha evidenciado la carencia de profesionales. “En cuanto se desbordaron los servicios clínicos quedó probado que las enfermeras son las piezas del engranaje que permiten el funcionamiento de los hospitales, centros de salud y residencias de mayores”, apunta Tirado.

Si a estas fatídicas circunstancias sumamos la ausencia del material de protección contra el coronavirus que se produjo durante los primeros meses, a la vez que el alto nivel de contagios en la Enfermería, "se comprende, de sobra, la percepción de riesgo y desamparo que han sentido las enfermeras que en gran modo asumen su profesión de forma muy vocacional”.

De hecho, se trata de “una angustia que muchas compañeras han empezado a tratarse psicológicamente para evitar que las secuelas sean duraderas. A todo ello, se suma que “transportan en sus mentes la inquietud y el nerviosismo que les impide disfrutar de sus familias, por la precaución de evitar más contagios. En muchos casos se autoaíslan socialmente para evitar más transmisión covid-19 y la sensación de intranquilidad y desconsuelo es enorme”, expone Tirado.

Cifras demoledoras y extrapolables

El muestreo se ha elaborado con cerca de 2.000 encuestas en dos fases comprendidas entre julio y septiembre de 2020, realizadas en varios puntos de la Comunidad Valenciana entre sanitarios y no sanitarios, incluyendo 40 profesionales de Enfermería (otras tantos contestaron a posteriori y, aunque no se han registrado al estar concluido el estudio, las respuestas han sido muy similares).

El propósito, evaluar la percepción del estado emocional en todas sus facetas psicológicas, la actuación de las autoridades sanitarias, o el nivel de riesgo de contagio.

Entrando en cifras, el 65% de las enfermeras asegura haber sentido que su situación emocional ha empeorado respecto a febrero del 2020 (antes de la pandemia), llegando incluso a haberse agravado mucho en el 20% de las encuestadas, el más alto de todas las profesiones sanitarias comparadas. El nivel de desamparo percibido en Enfermería es de 3,08, calificando un 10 el sentimiento de que las autoridades sanitarias hubieran favorecido las medidas de protección necesarias (tales como equipos de protección individual -EPIs-, guías de actuación, etc.). En especial destaca que una de cada cinco enfermeras ha valorado esta cuestión con un cero, “una sensación que ha sido persistente en el tiempo”, según Tirado. 

Riesgo percibido de contagiarse

Con respecto al riesgo percibido de sufrir un contagio en el puesto de trabajo, en el caso de Enfermería es especialmente alto, con más de un 50% puntuando 8 o más, y marcando con el riesgo máximo de contagio (10) el 32,5% de las profesionales encuestadas. De nuevo, el mayor porcentaje de entre los distintos colegios sanitarios presentes en el muestreo.

En cuanto al estrés, los profesionales de Enfermería se encuentran en el grupo más afectado, seguidas de los farmacéuticos, veterinarios y fisioterapeutas que traspasan la sintomatología leve, llegando las enfermeras a traspasarla y presentar sintomatología moderada.

Cuando se focaliza en el 44% de la muestra con sintomatología de estrés, sobresalen, otra vez, enfermeras y farmacéuticos como los más gravemente estresados. Según apunta Tirado, que Enfermería está en niveles de entre el 8 y el 10, muy superiores al resto de profesionales.

"El nivel de estrés máximo ha sido manifestado por un 20% del personal de Enfermería que han sufrido la presión de la saturación de los hospitales en los picos álgidos de la infección”.

Sobre la presencia de síntomas de depresión, Enfermería, junto a los farmacéuticos y ópticos-optometristas, es el más gravemente deprimido. Una realidad similar a la que ocurre con la ansiedad, ya que las enfermeras llegan a la sintomatología media de estrés, seguidas por el grupo de farmacéuticos con sintomatología leve.

Un contratiempo “que resulta muy preocupante” para el presidente del Cecova porque “dentro del 62,5% de la muestra de Enfermería con sintomatología de ansiedad, el 17,5% traspasa la sintomatología severa y extremadamente severa. Unos datos que arrojan la necesidad de dimensionar las plantillas de profesionales para que puedan dar la asistencia adecuada para la población que ha sido ingresada en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y en el resto de plantas covid de los hospitales”.

Somatizaciones

Tras analizar la gravedad de las somatizaciones, se revela que el 57,9% de la muestra presentaba sintomatología relevante, encabezando la alarmante lista las enfermeras (77,5% del total), seguidas de farmacéuticos y otros sanitarios que presentan manifestaciones somáticas de mayor gravedad. 

En la dolencia de Estrés Post Traumático se ha detectado que los grupos de Enfermería, farmacia, fisioterapia, veterinaria y otros sanitarios sobrepasan la sintomatología moderada. Cuando se focaliza en el 67,8% que presenta sintomatología, se observa que estos colectivos son, especialmente el de Enfermería, los que muestran la sintomatología más grave.

También constituyen el colectivo que mayor incidencia presenta en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), pasando la sintomatología leve. El 60% del total de las enfermeras preguntadas mostró síntomas de TOC, frente al 40% que no lo exteriorizó.

Por último, en la medición de los índices de discapacidad es “en Enfermería donde se encuentran los datos de mayor gravedad”, concluye Tirado, seguido de veterinarios, farmacéuticos, otros profesionales y fisioterapeutas.

Una situación generalizada

Para Tirado, lo descrito se “trata de una situación generalizada que afecta a todo el sector de la Enfermería y cuya muestra es muy superior a n>30, lo que permite la extrapolación nacional”.

El aumento de casos positivos, el absentismo y los turnos que se están realizando está menoscabando la salud de los profesionales de toda España.

“Las enfermeras ya no pueden asumir más carga de trabajo y la tercera ola puede provocar un colapso hospitalario en todas las regiones, con consecuencias catastróficas, si la población no se lo toma en serio”.

La Enfermería supone vocación y entrega impagables, porque esgrime sacrificio y arrojo para proteger a la sociedad. “Por eso estamos en nuestro derecho de pedir la responsabilidad y la colaboración de todos, desde el Ministerio de Sanidad hasta los responsables autonómicos, provinciales y locales”, concluye Tirado.

Cambio radical en política sanitaria

La actual crisis de la covid-19 ha dejado claro que, de forma imprescindible, se requiere un cambio radical en la política sanitaria con una gestión diferente a la actual, “con mejores ratios de enfermeras por población y donde se fomenten las plantillas dimensionadas y acordes a la realidad asistencial”, según destaca el presidente del Cecova. Un nuevo sistema en el que la sanidad se base en los cuidados y en la prevención y se aleje de la cultura medicalizada y medicamentada y donde las infraestructuras no sean el eje vertebral de los recursos de salud.

Frente a la tasa de una enfermera por cada 1.000 habitantes fijada por el Ministerio de Sanidad, “en realidad en muchos centros de salud el cupo llega a 1.600 o 1.800 habitantes”. Además, en la UE hay 8,8 enfermeras por 1.000 habitantes, mientras que en España el porcentaje sólo es del 5,3 (puesto 24 entre los 28 países).

“Esta situación exige la creación de cerca de 140.000 plazas nuevas para alcanzar los ratios europeos”. En cuanto a los hospitales, la norma fija un máximo de seis pacientes por enfermera, pudiéndose asignar hasta ocho en función de las condiciones de los enfermos, las características de la unidad y la franja horaria. Y en las UCI un máximo de dos, “cuando actualmente en muchos centros hospitalarios la ratio es de 15 a 20 en planta y hasta cinco enfermos en cuidados intensivos por cada profesional”.     

La necesidad de potenciar la Atención Primaria y dentro de ella la atención domiciliaria, debe ser el objetivo de los gestores públicos para descongestionar la Atención Especializada (hospitalaria) y para modernizar los conceptos de salud entre la población.

“Resulta perentoria la contratación de profesionales de forma indefinida y no temporal como se ha hecho hasta la fecha, porque la falta de enfermeras es estructural no coyuntural. La mejora de la Atención Primaria pasa por la contratación de más profesionales sanitarios que sitúen a la sanidad española en la excelencia de las ratios de los principales países de la UE”, enfatiza Tirado.   

Soluciones globales

El presidente del Cecova reitera que “en las 17 comunidades autónomas se ha sufrido, en mayor o menor grado, las consecuencias emocionales de la falta de personal y de material de protección. Por tanto, las soluciones deben ser globales con acuerdos de ámbito nacional”.

En su opinión, es imprescindible ya una legislación que regule y dignifique la profesión con los ratios adecuados a la demanda asistencial. “Esta sensibilidad política parece que ya ha cuajado, como prueba que el Pleno del Congreso de los Diputados trató el pasado día 15 (tomando en consideración la Ley Seguridad del Paciente), la necesidad de dimensionar el número adecuado de enfermeras en nuestro país”, concluye.

El 50% de los profesionales de Enfermería ha percibido riesgo de sufrir un contagio en el puesto de trabajo y el 44% demuestra sintomatología de estrés, según una encuesta realizada por Kayros Salud. Off Enrique Mezquita. Valencia Off

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