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martes, 5 de enero de 2021

Farmacéuticos Solidarios entrega cestas de comida a más de 800 familias en la pandemia

Profesión
aliciaserrano
Mié, 06/01/2021 - 08:00
Asociación sin ánimo de lucro
Penélope Gámez, presidenta de Farmacéuticos Solidarios y titular de la farmacia que lleva su mismo nombre en Vallecas (Madrid).
Penélope Gámez, presidenta de Farmacéuticos Solidarios y titular de la farmacia que lleva su mismo nombre en Vallecas (Madrid).

El germen de Farmacéuticos Solidarios, una asociación sin ánimo de lucro, comenzó en plena pandemia de la mano de Penélope Gámez, titular de la farmacia que lleva su mismo nombre en el barrio de Vallecas (Madrid).

Entonces empezó ayudando a diez abuelos del barrio y ahora, nueve meses después, entrega cestas de comida a más de 800 familias de todo Madrid, lo que supone más de 3.000 personas, cuyos recursos económicos se han visto muy mermados durante la pandemia.

“Por la situación que había de confinamiento en el mes de marzo me encargaba de llevarles la medicación a casa y lo que necesitaran: pasear a sus mascotas, ir a la compra, etc. Según fueron pasando los días nos dimos cuenta de que las compras de las familias eran muy limitadas (pasta, tomate frito, algo de fruta, salchichas…) y que con el número de personas en la unidad familiar era muy difícil que sus necesidades básicas se cumplieran. Algunos nos decían que tenían cosas congeladas, pero pasado el tiempo era imposible que fuera real”, explica a CF Penélope Gámez, presidenta de Farmacéuticos Solidarios, que cuenta con más de 100 socios, y titular de la farmacia que lleva su mismo nombre en Vallecas (Madrid).

Farmacéuticos Solidarios está ayudando a más de 800 familias durante la pandemia. En la imagen, una vecina recogiendo una cesta de alimentos. FOTO: Luis Camacho.
Farmacéuticos Solidarios está ayudando a más de 800 familias durante la pandemia. En la imagen, una vecina recogiendo una cesta de alimentos. FOTO: Luis Camacho.

En esas fechas, conscientes de la situación de algunas de las familias de Vallecas, Gámez y su pareja decidieron realizar, de su propio bolsillo, compras grandes los fines de semana para repartirlas entre las familias más necesitadas.

“Contactamos con asociaciones que nos empezaron a traer comida preparada, ya que teníamos a muchas familias que por su situación no podían cocinar o personas que vivían en la calle. Los comedores sociales estaban cerrados en plena pandemia y había personas que no tenían acceso ni siquiera a agua porque las fuentes estaban cortadas y los establecimientos también cerrados”, asegura.

Gámez recuerda, además, que el número de familias aumentaba a ritmos agigantados: “Pasamos de 10 abuelillos a más de 20 familias, luego 50, 70... Empezamos a buscar más ayudas y más asociaciones que pudieran colaborar con nosotros, como Somos Tribu o Confía, Bocatas, entre otras”.

Lo cierto es que las situaciones que ha vivido Gámez se le han quedado grabadas en la retina y explica que está haciendo todo lo posible por ayudar a las familias que tiene encomendadas: “Es muy triste ver a una mujer con un bebé en brazos con el culete ensangrentado porque no tiene dinero ni para cremas ni para pañales y te lo trae tapado con un trapo de cocina; o ver a hombres como castillos llorar porque cuando les llenamos el carro nos dicen que no tienen ni un triste yogur para dar de cenar a sus hijos y que están desesperados porque no saben dónde ir a pedir. Hay mil historias de familias que lo están pasando realmente mal y su situación es extrema”.

De momento son 100 socios

Para profesionalizar y coordinar mejor todas las ayudas, decidieron constituirse en asociación y alquilar un local: “Necesitábamos un CIF para abrir cuentas bancarias para las donaciones y poder llegar a más ayudas para el enorme número de familias que nos iban llegando”, indica Gámez.

Además, como cada vez había más familias necesitadas, a esta farmacéutica se le ocurrió crear un grupo de WhatsApp de Farmacéuticos Solidarios para que todas las farmacias que quisieran pudieran ayudar. También lo hicieron extensible a otras asociaciones y parroquias.

“Actualmente colaboran 100 socios (entre familias y farmacias), el resto es ir dando patadas a las puertas para que nos ayuden”, indica esta farmacéutica, que se pasa los fines de semana más de 12 horas coordinando la asociación.

Gámez explica que Farmacéuticos Solidarios se financia con la cuota de los socios, con donaciones, con recogidas en huchas en las farmacias, venta de camisetas, lotería, mascarillas homologadas, soluciones hidroalcohólicas, productos que las farmacias compran con un pequeño recargo para la financiación de la asociación y todo lo que se les ocurre para conseguir ingresos. 

Dinero de su bolsillo

Al principio, esta farmacéutica explica que ponía dinero de su bolsillo, ya que ayudaba a las familias con las que tenía un contacto estrecho porque eran clientes de la farmacia y conocía cuál era su situación económica.

“Se han ido todos mis ahorros en ayudar a familias, en comprar geles de baño, pañales para bebés, comida y todo lo que veía que se iba necesitando. Llegó un punto, sin embargo, que me vi desbordada por la avalancha de familias que nos estaban pidiendo ayuda desde todos los puntos de Madrid”, recuerda.

50 familias en lista de espera

En estos momentos, Farmacéuticos Solidarios tiene aproximadamente 800 familias y unas 50 en lista de espera, y cada día los servicios sociales les envían más familias con situaciones extremas de necesidad a las que intentan ayudar en todos los ámbitos.

“Algunas nos llegan con necesidades urgentes de alimentos, de medicación, de trámites de documentación, etc, y otras con todas esas necesidades a la vez”, lamenta.

La mayoría, explica Gámez, son familias en ERTE o que se han quedado todos los miembros sin trabajo y cuyos recursos se han visto muy mermados por la pandemia. “También las hay que están esperando recibir algún ingreso tramitado desde hace tiempo o que no han conseguido regularizar su situación”.

La central de la asociación

La presidenta de Farmacéuticos Solidarios alquiló el local antes de ser asociación. “Asumí el coste, pero mis ingresos no son elevados. Tengo una farmacia pequeña y no da para mucho, así que tirando de ahorros y de donaciones de conocidos fuimos sacando adelante el proyecto”, señala.

El local es la central de la actividad de esta asociación sin ánimo de lucro. “En la despensa se reparten alimentos preparados para familias que los necesitan diariamente, bien porque no tienen para comprarlos, no pueden cocinarlos o viven en la calle. Cuando no pueden calentarse la comida se lo calentamos en el microondas para que se lo coman calentito porque muchos viven en parques o debajo de puentes y es la única comida caliente que toman”.

Una rotación abismal

En el local también se recogen las donaciones que recibe la asociación para preparar las cestas para las familias y es el punto de recogida y entrega para los enseres que les donan.

“Es un local en donde la rotación tiene una velocidad abismal, ya que todo lo que entra es rápidamente repartido a las familias que lo necesitan”.

Diariamente se reparten alrededor de cien menús, entre comidas y cenas, así como fruta, pan y desayunos. “Los fines de semana aumentan hasta los 200 menús”.

‘Quid pro quo’

Gámez tiene claro que en la asociación todos los que puedan tienen que colaborar. “Intentamos que las familias colaboren con nosotros. La despensa no se llena sola y para preparar una cesta de alimentos hay que llamar a muchas puertas y hay un trabajo enorme detrás que las familias tienen que ver, valorar y colaborar”.

Añade que cada familia puede colaborar en todos los tramos de esa preparación de las cestas, bien sea en la búsqueda de donaciones (ir a supermercados a pedir alimentos), logística (recoger donaciones, llevar voluntarios, etc), despensa (colocar la despensa, control de caducidades, preparación de cestas para las familias...) o voluntariado (control de los días de voluntariado de las familias...).

En Farmacéuticos Solidarios todas las familias que puedan tienen que colaborar. FOTO: Luis Camacho.
En Farmacéuticos Solidarios todas las familias que puedan tienen que colaborar. FOTO: Luis Camacho.

“Pedimos que las familias que puedan colaboren dos días a la semana de voluntario en cualquiera de las funciones. Cada familia es un mundo y nos intentamos adaptar a todas”.

Gámez reconoce que la mayoría de las familias está dispuesta a colaborar, pero también tiene claro que no tienen la intención de mantener vagos que solo quieren vivir de las ayudas sin hacer nada a cambio.

“Creo que las cosas que no cuestan esfuerzo o son gratis no se valoran. Entiendo que personas mayores, familias monoparentales con hijos o familias que están en una situación complicada, bien por enfermedad o por otros temas, no puedan colaborar pero la mayoría tienen que hacerlo”, señala.

Campaña de juguetes y de Navidad

Farmacéuticos Solidarios ha puesto en marcha una recogida masiva de juguetes que estén nuevos o en buen estado para repartirlos entre las familias que por causas económicas no puedan hacer frente a su compra. “También hemos estado repartiendo regalos en cumpleaños de niños que sus padres no podían comprarles nada, incluso a veces alguna voluntaria les ha hecho hasta una tarta para el pequeño”, asegura.

La campaña de Navidad consiste en darles una cestita con productos navideños para que todas las familias coman turrón, polvorones, mazapanes.... “La idea es normalizar lo más posible esta situación para que los pequeños noten lo menos posible los efectos de la pandemia en las economías familiares. No va a ser una cesta de lujos, pero hemos intentado conseguir un poco de todo”, dice Gámez.

Recuerda que servicios sociales, Cáritas, Cruz Roja y demás ONG “están desbordados y nos están enviando continuamente familias”.

Mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos

Además de ayudar a muchas familias, en los meses más álgidos de la pandemia (cuando apenas había EPI adecuados para los sanitarios), Penélope Gámez repartió “miles y miles de mascarillas, guantes de todas las tallas, geles hidroalcohólicos, batas desechables, máscaras de Decatlon para hacer respiradores, los adaptadores de las máscaras... en centros de salud, hospitales, residencias de mayores y de discapacitados, parroquias, Policía, Guardia Civil y familias. Las donaciones llegaban de muchas farmacias y se repartían al momento con un montón de voluntarios encantadores”, concluye Gámez.

Esta asociación sin ánimo de lucro, en la que participan varios farmacéuticos, nació en Vallecas en los meses álgidos de la pandemia de la mano de la titular farmacéutica Penélope Gámez. coronavirus Off Alicia Serrano Off

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