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lunes, 21 de junio de 2021

"Esto ha sido nuestra guerra del siglo XXI, pero aún no ha terminado"

Profesión
nuriamonso
Lun, 21/06/2021 - 08:00
Admirables 2021
Carmen García Tallés, , enfermera de Cuidados Críticos en la Fundación Hospital Alcorcón, en Alcorcón (Madrid) (Foto: José Luis Pindado)
Carmen García Tallés, , enfermera de Cuidados Críticos en la Fundación Hospital Alcorcón, en Alcorcón (Madrid) (Foto: José Luis Pindado)

De los primeros días de marzo de 2020 Carmen García Talles, enfermera de Cuidados Críticos en la Fundación Hospital Alcorcón (Madrid), recuerda sobre todo "el trabajo, el cansancio y la tristeza". Semanas después "empezamos a ser conscientes de la inhumanidad de la situación, no sólo a nivel de trabajo, sino por los familiares y pacientes".

Y en medio de la tragedia, concibieron un pequeño gesto de consuelo para esas personas separadas por el coronavirus:#YoLeCojoLaManoPorTi. Por esta iniciativa García Talles ha sido una de las ganadoras de la I Edición de los premios Admirables, organizados por Diario Médico y Correo Farmacéutico, en la categoría de Enfermería.

PREGUNTA.- ¿En qué consistió la iniciativa #YoLeCojoLaManoPorTi?

Respuesta.- A principio de marzo vivíamos fuera de la realidad, hablando de la situación de Italia, si íbamos a ir a la manifestación del 8 de marzo... y unos días después estábamos absolutamente desbordados. A los 15-20 días empezamos a ser conscientes de la soledad de las familias y los pacientes. Los que venían porque iba a fallecer alguien se despedían desde la puerta. 

El 19 de marzo, Día del Padre, me dio por escribir una cosa para desahogarme. La respuesta de internet fue "no los dejéis solos". Hablé con otras compañeras, acordamos el nombre, empezamos a sacar fotos cogiendo la mano a los pacientes y la respuesta se repitió en otros servicios y hospitales.

Antes de la pandemia estábamos trabajando en humanizar nuestra UCI, pero parece que no llegaba a las familias. Pero en la pandemia nos daban las gracias, mientras yo pensaba "si ahora es cuando no estoy haciendo nada". En Enfermería siempre hemos sido de acompañar, de coger la mano, pero ha tenido que venir esta situación tan espantosa para que lo que hacemos todos los días se visibilice.

P.- ¿Ha cambiado la vida en la UCI? ¿Han podido recuperar alguna de las medidas de humanización?

R.- Aún no, seguimos prácticamente como el primer día. Es verdad que no son tantos pacientes como antes ni todos positivos. Al principio estaban muy inestables. Te pitaba todo: el respirador, el monitor, etc. Ahora los manejamos mucho mejor y somos más efectivos. 

"En la pandemia los familiares nos daban las gracias, mientras yo pensaba 'si ahora es cuando no estoy haciendo nada'"

P.- Entiendo que les tocó formar deprisa y corriendo a otras profesionales...

R.-Hubo un momento en el que sólo se pensaba en respiradores. ¿Y el médico que pone los parámetros y la enfermera que sepa manejarlos? Fue una sobrecarga brutal: viene algo que no entiendo, pongo todos mis sentidos y no tengo tiempo para pensar porque tengo así a 28 enfermos. Del equipo de cuatro enfermeras, como mucho dos teníamos experiencia, así que además tenías que estar a tu paciente y al de al lado. 

Es verdad que vino gente joven con muchas ganas y que aprende rápido. Algunos estaban trabajando en otras UCI y doblaban turnos, otros habían salido de la escuela y habían rotado hace poco... Muchos nos podremos marchar de vacaciones dejando a los pacientes en sus manos, porque son personal experto. 

P.- ¿Qué es lo que recuerda más de los primeros días?

R.-Trabajo, cansancio y tristeza... cuando volvía a mi casa después de 12 horas, me acostaba y al día siguiente me dedicaba sólo a ver series y películas. Soy una persona muy activa pero estuve así por lo menos 20 días, hasta que el cuerpo me pidió hacer otras cosas. Necesitaba comprender lo que estaba pasando, así que me senté a buscar información y a escribir el libro "En el ojo de la pandemia". Sacaba cosas que tenía dentro que necesitaba contar, información que fui encontrando, etc. Había sacado libros antes, pero de Medicina Aeronáutica, destinados a azafatas y pilotos. Fue terapéutico al 100%. 

"Hubo un momento en el que sólo se pensaba en respiradores. ¿Y el médico que pone los parámetros y la enfermera que sepa manejarlos?"

P.-Imagino que vio las imágenes del fin del estado de alarma. ¿Qué opina?

R.-Seguimos siendo muy egoístas, no pensamos por nosotros mismos. A mis hijos de 30 años les digo "usad el sentido común, independientemente de lo que diga la televisión y los medios".
Dicen que las UCI están al 22% y yo miro la mía y estamos al 163%. Políticamente ha venido bien definir que el 100% es la capacidad máxima a la que llegamos en marzo. La trampa de la estadística. Si hasta me lo dice mi madre: "Parece que ya estáis mejor, ¿no?". 

Cuando veía las imágenes de los jóvenes en la calle me acordaba de cuando se anunciaba el fin de la guerra. La gente se echaba a las calles aunque tuviera hambre, se le hubiera muerto toda la familia... ha sido un poco nuestra guerra del siglo XXI, pero es que aquí no se ha terminado nada. En los hospitales estamos cansados y no nos dejan respirar. Es triste enterrar a gente de 70 u 80 años, pero, ¿qué nos espera ahora? ¿Enterrar a gente de 20 o 30? 

Vivir es ir a estudiar, trabajar, ir a la compra, salir con gente...tenemos que seguir haciendo eso, pero con unas normas. Es triste porque además la mayoría es responsable. Mis hijos están molestos porque parece que todos los jóvenes son unos retrasados mentales y no es así.

"Es triste enterrar a gente de 70 u 80 años, pero, ¿qué nos espera ahora? ¿Enterrar a gente de 20 o 30?" 

P.-A pesar de la presión asistencial, ¿el ambiente en los centros ha cambiado tras la vacunación?

R.-A nivel personal y familiar estamos más tranquilas, aunque seguimos manteniendo las mismas normas. La mayoría de nuestros padres también están vacunados, las personas mayores en planta igual, se deja también entrar a más gente en el hospital... y aunque sea más trabajo, también es una recompensa estar vacunando ahora.

P.-¿Se ha hecho piña en el centro?

R.-Si no llegas a trabajar en equipo no puedes tratar a estos pacientes. También emocionalmente nos ha unido mucho, aunque cada uno lo ha vivido de forma diferente. Un médico que nos dijo: "Tenemos que hacer equipos de llorar" y es verdad que tras reunirnos y exteriorizar lo que sentíamos, te quedabas más a gusto. Hemos hecho como una mampara alrededor de todo el equipo de la UCI, porque sólo los que estamos dentro sabemos lo que ha sido estar aquí minuto a minuto. Hemos luchado y aquí seguimos.

Carmen García Talles, enfermera de UCI en la Fundación Hospital Alcorcón (Madrid), concibió en los primeros días de la pandemia la campaña #YoLeCojoLaManoPorTi. admirables Admirables Off Nuria Monsó. Madrid Off

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