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sábado, 6 de noviembre de 2021

El agónico languidecer de Urgencias y Emergencias

opinión
franciscogoiri
Sáb, 06/11/2021 - 08:05
Semes habla de "apartheid" a los profesionales de estos servicios
Semes denuncia que la ausencia de una especialidad de Urgencias provoca, entre otras cosas, la situación de precariedad que viven muchos servicios en el SNS (Foto: DM).
Semes denuncia que la ausencia de una especialidad de Urgencias provoca, entre otras cosas, la situación de precariedad que viven muchos servicios en el SNS (Foto: DM).

Asistimos atónitos al enésimo capítulo del olvido sistemático de nuestros servicios y del colectivo que, año tras año, ha demostrado ser la "válvula de seguridad" del sistema sanitario. Se consuma el ancestral castigo a los de "primera línea de frente" desde las estructuras de poder (especialmente desde el Ministerio de Sanidad, que tiene las últimas competencias) en una especie de apartheid perenne, obtuso y carente de planificación de ningún tipo.

El silencio cómplice de las estructuras de poder se asemeja a una idea preconcebida de depuración, de alejamiento cada vez mayor de las necesidades de la población y de los propios profesionales.

Tato Vázquez Lima, presidente de Semes.
Tato Vázquez Lima, presidente de Semes.

Se ha derivado intencionadamente el foco de atención en otras áreas (como la atención primaria), que, sin duda, precisan de una reforma que debe ser liderada por sus interlocutores, pero se ha añadido la opinión gratuita sobre nuestros servicios, culpabilizándolos de "parte de los problemas".

Sin embargo, la realidad es muy diferente: nuestro desarrollo como especialidad de Urgencias y Emergencias es básico para encontrar la solución a los graves conflictos de recursos humanos de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS). Sigue siendo sorprendente que todos opinen sobre nosotros sin apenas consultarnos y con un nulo conocimiento de nuestra realidad. Tal vez forme parte de ese lobby ministerial que ha decidido condenar al ostracismo a los que siempre están, tal vez por no importunar otros intereses. La herramienta de propaganda genera el eco mediático necesario para obviar a aquellos que lo han dado todo y lo siguen haciendo.

La realidad de los servicios de Urgencias y Emergencias en España es extremadamente dura, con el mayor índice de precariedad laboral (sobrepasando ampliamente el 50% en algunas comunidades), con plantillas insuficientemente dotadas, sin ninguna garantía de recambio y con una formación de sus profesionales basada en el voluntarismo, lejos de los estándares de formación recomendados por la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS).

La especialidad es vital para buscar solución a los conflictos de Personal del SNS

Y aun en estas condiciones han afrontado con entereza la mayor catástrofe sanitaria vivida en los últimos 100 años. Nunca han cerrado sus entradas, jamás han dado un paso atrás en su deber de prestar cobertura a la población; su misión estaba marcada y sus valores (ya muy enraizados) fueron testados en turnos infernales. Los ciudadanos fueron y son testigos anónimos de esta realidad.

En las grandes confrontaciones, las victorias se celebran en los despachos de los políticos laureados. Es habitual el olvido de los soldados de mascarilla rancia con mirada cansada. "Los que sustentaron el sistema" no merecen ser parte del mismo; es parte de ese apartheid que perpetúa las estructuras de poder. Aún esperamos a algún victorioso agradecer a estos profesionales su enorme sacrificio, su vocación sin fisuras y su compromiso con la población. En ese castigo, la siguiente condena es derivar el foco de atención, como se hace de manera intencionada. No se busca una solución global (nuestra mano sigue tendida), sino perpetuar el escenario de clases diferenciadas: unos trabajan, otros rezan.

Constatados su misión y valores, los servicios de Urgencias y Emergencias tienen una visión clara del futuro. Precisan servicios homogéneos, uniformes y con formación reglada, como señala la UEMS, la propia OMS y los Defensores del Pueblo. Eso sólo tiene un nombre: se llama especialidad de Urgencias y Emergencias. Es la única garantía de equidad y de seguridad en la asistencia sanitaria urgente para nuestros pacientes.

Y es, además, la única garantía de recambio generacional en nuestros servicios (próximos a su agotamiento físico y mental) y, por tanto, la única garantía de futuro y viabilidad de los mismos.

La paciencia es finita

Señalar nuevamente el sonrojo que produce ver la situación española de nuestra especialidad en el entorno europeo (con Portugal, somos los dos únicos países sin reconocimiento) o en Latinoamérica, sólo agranda la herida que lentamente desangra nuestra sanidad.

Que más de 30 sociedades científicas y la propia Organización Médica Colegial (OMC), asociaciones de pacientes, sindicatos o personalidades relevantes hayan señalado reiteradamente esta anomalía no parece que sea suficiente para una reflexión profunda de despacho.

Tal vez, la historia nos juzgue a todos en este camino de intransigencia. Por nuestra parte, seguimos apelando al sentido común (pero el tiempo es finito). Va a ser difícilmente explicable para una mujer o un hombre que precisa atención urgente/emergente en cualquier lugar y en cualquier momento que no hay recursos competentes disponibles. Tal vez entonces los que celebraban la victoria desde sus despachos deban afrontar otra conflagración con su propia población. Eso sí, entenderán entonces que el apartheid sanitario de nuestro colectivo no fue una buena idea.

coronavirus Off Tato Vázquez Lima, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). Opinión Opinión Política y Normativa opinión opinión Off

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