Según cuenta el propio cantaor flamenco Diego Carrasco, allá por el año 2000 llegó un día a casa su hijo pequeño, muy mal estudiante, con el encargo de estudiarse la tabla periódica de los elementos químicos. Su padre abre con él el libro y ―como suele suceder a tantas personas sensibles a la belleza― queda encandilado por la sonoridad del lenguaje científico en que se expresa la química de bachillerato y cae rendido ante su musicalidad intrínseca. Con letra de Jesús Bola, compone acto seguido una canción de amor que habla de isótopos, enlaces, orbitales, moléculas covalentes, catalizadores y un buen puñado de elementos químicos combinados en ingeniosos juegos de palabras:
Eh le lerele lelele lerele le le...
toma toma toma toma toma química,
toma toma toma toma toma tú, ¡niña!
Si entre tú y yo existe la química, si somos isótopos,
si entre el núcleo y la corteza existe un gran espacio vacío,
libera mi energía hacia una órbita interior,
y combinémosnos, y combinémosnos
para hacer una molécula, ¡niña!;
covalente, iónica o metálica, me da igual.
No existen catalizadores, no, no, no, no,
¡catalizadores no!,
solo el efecto de la temperatura, ¡niña!
Dame arsénico si quieres,
pero azufre, azufre tú también.
Llevo varios días que berilio por ti
y me siento bisminuto.
Me enaboro de ti y no bromeo, no,
y no, y no bromeo, ¡niña!,
cadmio mío, lo digo en cerio,
cinc ti me siento muy estaño, ¡niña!,
pero que muy estaño, ¡niña!
Níquel me dieran oro, me dieran oro,
toma toma toma toma toma química.
Teluro en plata que te hierro, ¡niña!
Yo soy un hombre tántalo, tántalo, tántalo, tántalo.
Teluro en plata que te hierro.
Toma química, toma química,
toma toma toma toma toma…
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/NIMFXlR
No hay comentarios:
Publicar un comentario