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lunes, 10 de mayo de 2021

Amyts lleva a Inspección de Trabajo la "grave" situación laboral en las UCI de Madrid

Profesión
franciscogoiri
Lun, 10/05/2021 - 13:20
Exceden en más de 20 horas su jornada semanal

Han empezado por la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Universitario 12 de Octubre, pero aseguran que la "grave" situación de deterioro laboral que padecen los intensivistas del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) es "generalizada". El sindicato médico Amyts ha presentado una denuncia formal ante Inspección de Trabajo por el "reiterado incumplimiento" en la UCI del 12 de Octubre de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, debido a la "elevadísima carga de guardias de presencia física y a la ausencia de descansos preceptivos" que sufren sus intensivistas desde el inicio de la pandemia. El sindicato se pone, además, a disposición de todos los especialistas del Sermas "para hacer extensiva la denuncia" a todos los centros hospitalarios.

Porque lo que se está viviendo en el 12 de Octubre desde el pasado mes de marzo es extensible, según Manuel De Castro Peláez, responsable del Área de Atención Hospitalaria de Amyts a todos los servicios de Intensiva. "Desde el Ramón y Cajal, el Puerta de Hierro, el Infanta Leonor, el Hospital de Fuenlabrada, el de Getafe... nos están llegando quejas similares sobre el reiterado incumplimiento de la jornada máxima de trabajo y el excesivo número de guardias que los intensivistas llevan haciendo desde hace más de un año".

Mientras el Estatuto Marco deja bien claro que no se deben sobrepasar las 48 horas semanales de trabajo, en cómputo semestral, la realidad laboral que viven los intensivistas del Sermas eleva esa cifra, según la denuncia de Amyts, hasta las 60 ó 70 horas de trabajo a la semana. De Castro puntualiza que para cumplir con la jornada estipulada en la legislación actual, un intensivista no debería hacer más de 4 guardias al mes. "Desde el inicio de la pandemia, el promedio de guardias en los servicios madrileños está por encima de las 6, pero la apertura del Hospital Isabel Zendal, y el consiguiente desplazamiento de plantilla a este centro, ha hecho que las guardias lleguen a ser de 8 al mes para casi todos los profesionales de las UCIs de adultos", puntualiza De Castro.

De hecho, asegura Amyts en su denuncia ante Trabajo, "la propuesta por parte de la Administración en algunos centros para los próximos meses es realizar entre 7 y 9 guardias al mes".

El representante sindical recuerda que el problema de fondo es la eterna batalla que Amyts mantiene con la Administración madrileña sobre la naturaleza de las guardias. "Mientras las guardias no tengan la consideración de jornada laboral y el tiempo dedicado a ellas no compute como horas efectivas de trabajo, seguirán perviviendo estas situaciones en fraude de ley". Máxime, añade De Castro, con el tipo de guardias que viene haciendo Intensiva en el contexto actual: "Aquí no estás de guardia por si acaso viene algo; aquí estás de guardia para atender sin descanso y de forma continua a todo lo que viene, y desde luego sigue viniendo mucho.

Y es que la ecuación no cuadra, se mire por donde se mire. "Desde el inicio de la pandemia, las UCI de la mayoría de las comunidades se colapsaron rápidamente y hubo que triplicar o cuadriplicar las camas, pero ese crecimiento exponencial no fue acompañado de un crecimiento en el número de intensivistas. La situación de Madrid se agrava porque las diferentes olas han sido especialmente virulentas en esta comunidad y el ritmo de ocupación y saturación de las UCI se ha mantenido relativamente constante durante todos estos meses", resume el representante sindical.

Mientras los últimos datos oficiales del Ministerio de Sanidad cifran en un 42,23% el porcentaje de camas ocupadas por pacientes covid en las UCI de los hospitales de la Comunidad de Madrid (frente a una media nacional del 21,85%), el responsable de Hospitales de Amyts puntualiza -una vez más- que ese dato es "claramente engañoso", porque hace referencia al porcentaje de ocupación de las camas totales de críticos (es decir, las de las UCI tradicionales y las ampliadas como consecuencia de la pandemia), pero si nos ceñimos al nivel de ocupación en las UCI propiamente dichas (antes de la ampliación) ese porcentaje es actualmente del 115%.

"A medida que avance la vacunación de los mayores de 50 años es previsible que ese nivel de ocupación irá disminuyendo paulatinamente, pero lo cierto es que, de momento, los efectos de la vacunación y la mejora de los datos en la evolución de la pandemia están llegando de forma muy desigual a todos los servicios, y desde luego los de Intensiva están muy lejos de ver todavía los efectos de ese descenso". Y lo peor, añade De Castro, es que llueve sobre "la saturación de unas plantillas muy cansadas que, ahora mismo, sufren más que ningunas las desastrosas consecuencias de una mala planificación de recursos humanos en la Comunidad de Madrid".

fasdfasd

La denuncia de Amyts y las quejas verbales de su portavoz están en sintonía con la llamada de auxilio que, también desde el inicio de la pandemia, lleva lanzando la Sociedad de Medicina Intensiva de Madrid (Somiama), una llamada que reiteró hace apenas unos días. 

La sociedad científica que preside Alfonso Canabal asegura que el nuevo ascenso de requerimientos de camas de críticos producido en Madrid por la cuarta ola de la pandemia se ha producido "sin haber podido disminuir la ocupación de las unidades de pacientes de la oleada anterior", y que ese nuevo repunte se produce, además, "con enfermos graves de estancias muy prolongadas y unos recursos humanos en situación de agotamiento".

El "evidente cansancio" de los intensivistas, añadía Somiama en su último comunicado, "se está manifestando por abandonos de contratos, peticiones de reducción de jornadas, excedencias y rechazo de ofertas de contrataciones, en ocasiones para cambiar de autonomía. Y todo con una incidencia de ingresos en UCI al alza y cuando se acerca la planificación del periodo estival".

De Castro abunda de forma muy gráfica en la idea de que cualquier planteamiento de conciliación familiar en un servicio de Intensiva es "ahora mismo, más de un año después del inicio de la pandemia, una pura entelequia, porque si alguien optara a algún permiso de reducción de jornada, eso tendría una repercusión directa e inmediata sobre las costillas de sus compañeros".

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