El proyecto de Implementación Clínica de la Medicina Personalizada en los Servicios de Salud, conocido como programa MedeA, facilitará la prescripción farmacológica individualizada centrada en el paciente. Se trata de un proyecto que integrará el análisis genético, las respuestas adversas a los medicamentos y las condiciones clínicas de cada individuo.
“Se trata de un proyecto que nos puede permitir optimizar el uso de medicamentos y poner la farmacogenética en Atención Primaria a la vanguardia en el ámbito internacional con un proyecto conjunto en nuestro país”. Así lo ha manifestado Adrián Llerena, catedrático de Farmacología Clínica y director del Instituto Universitario de Investigación Biosanitaria de Extremadura (INUBE), en la conferencia inaugural del tercer Congreso Semergen-Sefac.
Este proyecto piloto pretende convertirse en una estrategia nacional para desarrollar e implementar la medicina personalizada en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Se trata de conseguir ‘aterrizar’ los conocimientos generados en el campo de la farmacogenética a la cartera básica de productos para propiciar una medicina más personalizada al tiempo que se contribuye a la sostenibilidad del sistema.
Uso de 'Big Data' e Inteligencia Artificial
Esta iniciativa, explica Llerena, busca relacionar la información genética de los pacientes con el resto de información clínica y farmacológica. Datos que servirán para generar herramientas tecnológicas de consulta en las que se disponga de los antecedentes del usuario.
El catedrático insiste en que no se trata solo de analizar el componente genérico sino también de los datos clínicos “ya que en la mayoría de los casos hablamos de pacientes polimedicados por lo que es importante tener en cuenta las interacciones entre fármacos”. Por tanto, “hablamos de integrar la genérica con otros factores que intervengan en la variabilidad y conocer el peso relativo de cada uno de ellos”, resume.
Por tanto, a partir de la obtención de los datos, serán cruzados e interpretados por un algoritmo de predicción que revele la mejor opción terapéutica, desde el punto de vista coste-efectivo. Para ello será necesario el uso de herramientas que combinen el uso de Big Data con sistemas que utilicen la Inteligencia Artificial y permitan el uso y la combinación de miles de datos.
“Con este programa estaremos en disposición de ofrecer una herramienta que permita a los médicos prescriptores la toma decisiones terapéuticas individualizadas”, explica Llerena que también es catedrático de Farmacología Clínica y presidente de la Sociedad Española de Farmacogenética y Farmacogenómica (SEFF).
Uso racional del medicamento
La incorporación de la farmacogenética a la práctica clínica habitual permitirá el uso racional del medicamento reduciendo tanto los costes directos como indirectos provocados por los efectos secundarios de los fármacos, asegura el especialista.
Con el modelo Medea “hemos hecho una estrategia preventiva y participativa donde el paciente tiene que ser consciente de sus vulnerabilidades, y el profesional sanitario debe facilitarle un sistema de apoyo a la toma de decisiones basado en salud digital”, asevera Llerena.
Este proyecto en su ejecución práctica arranca la semana que viene con la puesta en marcha en el Servicio Extremeño de Salud de un estudio clínico que permitirá analizar una cohorte poblacional de entre 3.000 y 5.000 pacientes en los próximos dos años. Llerena señala que el modelo MedeA es un ejemplo de caso porque se desarrolla en una comunidad autónoma bien delimitada y cuyas características son extrapolables al resto del territorio nacional.
Paralelamente se tiene previsto sacar a concurso el desarrollo de varias herramientas para la contención y análisis de datos para lo que se tiene previsto sacar a concurso mediante un procedimiento de compra pública innovadora que persigue fomentar la innovación. Se espera poder implantar el modelo entre los años 2023 y 2024.
Incorporación de la farmacogenética
A juicio del presidente de la SEFF, una de las grandes barreras que tienen los clínicos en la actualidad es que no se disponen de guías de implementación de la farmacogenética en la cartera básica de servicios del SNS.
“La optimización del tratamiento farmacológico es parte fundamental de la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, teniendo como pilar la farmacogenética y la farmacogenómica que son la base de la medicina personalizada y de precisión”, remarca.
Como justificación, argumenta el aumento en el número de medicamentos con recomendaciones farmacogenéticas establecidas por las agencias reguladoras de los medicamentos. Y también la incorporación de nuevas guías farmacogenéticas que abarcan fármacos utilizados en todas las patologías, pero que no contemplan la singularidad de nuestro país ni de nuestro sistema de salud, por lo que considera imprescindible su estandarización.
De hecho, en 2019, el informe de la Ponencia de Estudio sobre Genómica del Senado ya recogía que la futura estrategia de Medicina Personalizada debería abordar la variabilidad en la respuesta a fármacos de los pacientes en base a sus perfiles genéticos y moleculares.
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