Una consecuencia muy común de la práctica deportiva son las lesiones. Una mala técnica, una postura inadecuada o simplemente el sobresfuerzo que exige pueden acabar generando problemas en los deportistas. Esto sucede tanto a nivel profesional como amateur. Y en ambos, la ortopedia va a servir tanto para evitar que se pueda llegar a producir la lesión como ayudar en su tratamiento si finalmente sucede.
“Problemas derivados de la práctica deportiva hay muchos. Estamos hablando de lesiones muy típicas como la fascitis plantar, la metatarsalgia, tendinitis, problemas en el tendón de Aquiles o sobrecargas a nivel de la rodilla o la cadera. Muchas veces una de las alternativas terapéuticas es la prescripción de soportes plantares que ayuden a descargar, estabilizar, dar apoyo, sujetar o absorber impactos”, explica a Correo Farmacéutico Juan Carlos Montero, vocal de Comunicación, Publicidad y Redes del Colegio Profesional de Podólogos de la Comunidad de Madrid.
Lugar de la lesión
Cuando la lesión se produce, la ortopedia también puede ofrecer una importante ayuda, pero en este caso habrá que valorar si esta lesión tiene lugar a nivel de una articulación, de un ligamento o es muscular. “Si el problema es en una articulación, normalmente vas a tener que sujetar. A nivel muscular puede producirse una rotura fibrilar, en cuyo caso buscaremos algo que fije, usando una compresión fuerte que dependerá de la zona en la que se produzca la lesión. En el caso de los ligamentos, lo que tienes que buscar es una estabilización”, precisa Mª Carmen Mijimolle, vocal nacional de Ortopedia del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.
¿Cuándo hay que plantearse si una solución ortopédica es necesaria? Para Montero no hay duda de que siempre es mejor prevenir que curar, por lo que apunta que lo ideal sería acudir a un profesional para recibir asesoramiento antes de iniciar la práctica deportiva. “Sobre todo cuando se trata de una persona que no realiza de forma habitual deporte. Alguien que no está acostumbrado y comienza de manera brusca, tiene un riesgo muy importante de sufrir una lesión. Una visita previa a un podólogo ayudará en un asesoramiento con el objetivo de evitar esto”.
Una vez que la lesión se produce, también según el experto, lo mejor es acudir de inmediato a un profesional. “Lo primero para solucionar el problema y lo segundo para luego intentar evitar que ese problema vuelva a producirse. El pronóstico de una lesión va a ser siempre mejor cuanto antes se vaya al profesional sanitario. Hay quien tras una lesión deja la práctica deportiva durante un tiempo, pero vuelve luego. Este tipo de personas al final van a sufrir una lesión más importante y que va a ser más costosa de superar”.
Asesoramiento profesional
Un mal uso de la ortopedia puede tener consecuencias. Por eso, los expertos recalcan la necesidad de que esta siempre esté prescrita por un profesional adecuado. “Es importante que todos los soportes plantares o plantillas podológicas sean personalizadas y con el material más adecuado para cada persona. Efectivamente, hay tratamientos estándar que pueden ir bien en determinadas ocasiones, pero lo normal es que acaben dando problemas”, apunta el podólogo.
"Todos los soportes plantares o plantillas podológicas deberían ser personalizadas"
Precisamente, uno de los problemas más importantes en la ortopedia deportiva es el autodiagnóstico y el asesoramiento por no profesionales o recomendaciones de amigos y familiares. “Esto pasa cuando te pones unos zapatos que te recomienda tu mejor amigo, que sabrá muchas cosas pero que no es ni podólogo ni traumatólogo. En muchas ocasiones sí que te puede ayudar o mejorar, pero también puede producirte una inmovilización. Y al final, todas las inmovilizaciones cuando no son necesarias pueden ocasionar que la musculatura se vuelva flácida y no se refuerce, cronificando una lesión”, explica Mijimolle, resaltando la importancia de entender que ciertas órtesis son únicamente para momentos puntuales, mientras no se solvente la lesión.
Asimismo, el asesoramiento de los profesionales también es importante teniendo en cuenta los cambios fisionómicos que se pueden producir con el paso del tiempo en los pacientes.
“A lo largo de la vida nuestro cuerpo va evolucionando, sufriendo cambios y desgastándose, algo que afecta a la dinámica de la marcha. Es probable que la plantilla se desgaste antes de que se produzca un cambio en la morfología, que tiene lugar a medio y largo plazo. Pero hay que tenerlos en cuenta para valorarlos, sobre todo con el objetivo de que cuando renovemos tratamientos, sepamos qué cambios ha podido haber y si es oportuno cambiarlos”, comenta Montero.
Uso personal
También es importante tener en cuenta que en las soluciones ortopédicas se produce un desgaste de los materiales que puede tener consecuencias. “Existe una mala costumbre y es que las muñequeras o tobilleras van pasando por toda la familia. Tenemos que darnos cuenta de que cuando alguien ha utilizado uno de estos productos durante un tiempo, seguramente sus fibras se hayan estropeado y no va a cumplir la función que debería”, apunta Mijimolle.
De igual manera opina Montero, que apunta los problemas que pueden producirse por el uso de un material desgastado. “Se pierden las propiedades y no cumple sus funciones, lo que puede provocar que nos podamos lesionar y volver a tener esos problemas que hemos superado cuando iniciamos el tratamiento. Por eso es importante también la figura del profesional, en cuanto al asesoramiento sobre la durabilidad de los materiales”.
El calor puede reducir la sujeción de productos como tobilleras o muñequeras
Hay que tener en cuenta también que la durabilidad no solo está condicionada por su uso, sino que en ocasiones se pierden propiedades debido a un incorrecto almacenamiento o al transcurso de mucho tiempo desde su fabricación. A lo mejor, esa tobillera o muñequera ha estado en una zona donde hace mucho calor y lógicamente el tejido se estropea con mucha más facilidad, no teniendo igual sujeción que un producto recién comprado.
También existe el riesgo de que alguien que vuelve a lesionarse decida no ir al médico porque ya tiene la tobillera que le indicaron la primera vez, en lugar de ir a un especialista para que le confirme el diagnóstico, que sería lo propio”, añade la vocal de Ortopedia del Consejo General de COF.
Adaptación
A la hora de utilizar cualquier solución de ortopedia deportiva también es importante entender que siempre es necesario un proceso de adaptación. “Lo que no tiene sentido es que yo estrene una plantilla haciendo una carrera de 20 kilómetros. Eso no es algo adecuado y nos puede producir una lesión, desde el problema más tonto que puede ser una ampolla o rozadura hasta una sobrecarga por falta de adaptación”, explica Montero.
A su juicio, es importante siempre insistir a los pacientes sobre esta necesidad de adaptarse a la nueva solución ortopédica. “Que por otro lado suelen ser tratamientos con una buena adaptación, porque van a estar muy personalizados a las circunstancias de cada persona”. Llevando a cabo una adaptación progresiva, de menos a más, lo normal es que el cuerpo no sufra ni se resienta.
En casos en los que es necesaria una compensación más importante, derivada de la patología o la biomecánica, es posible que surjan algunas complicaciones más. “En este tipo de personas lo que tenemos que hacer es una planificación un poco más a largo plazo y un seguimiento más cercano. En las ocasiones en que intentamos hacer una sobrecorrección, siendo muy agresivos, no hay una buena adaptación. En esos casos a lo mejor es necesario reducir el grado de compensación hasta encontrar el equilibrio para que la dinámica de la marcha sea la mas adecuada”, añade el podólogo, al mismo tiempo que incide en que en las personas adultas el objetivo de las soluciones ortopédicas nunca es corregir una determinada posición de una articulación, sino compensar.
Consejo farmacéutico
Una vez más, la cercanía que conlleva la farmacia comunitaria con sus usuarios supone una ventaja y así lo recalca la farmacéutica especialista en Ortopedia. “Conocemos a nuestros pacientes y sabemos si les gusta ir a esquiar o ir a correr y también si han tenido problemas con anterioridad. Esto te permite irles haciendo recomendaciones”.
La farmacéutica también incide en que este conocimiento de sus usuarios les sirve además para poder hacer un seguimiento de las soluciones ortopédicas que les han sido prescritas.
Nuevos materiales y diseños
El desarrollo tecnológico ha servido para que empiecen a utilizarse materiales con nuevas características que han provocado una revolución en muchas áreas. Y la ortopedia deportiva no es una excepción. Precisamente, la necesidad de contar con prótesis y órtesis más competitivas en la alta competición ha sido uno de los acicates que ha ayudado a que se produjera esta gran evolución de los materiales. La práctica deportiva de alta competición es un banco de pruebas perfecto para que luego estos nuevos materiales acaben llegando al paciente de a pie.
También ha sido importante que cada vez hay un mayor porcentaje de población que practica deporte y así lo resalta el podólogo Juan Carlos Montero. “Hace 20 o 30 años no era tan habitual que la gente hiciera deporte. Hoy estamos habituados a ver correr en nuestras ciudades a miles de personas cada día. Esto también ha motivado que en este tiempo haya habido mucha investigación y una evolución significativa en cuanto a materiales”.
Una de las principales ventajas de los nuevos materiales es su mayor ligereza. “Cuanto más ligero sea el material, menos peso va a llevar el paso y menos gasto energético van a tener nuestras estructuras. No es lo mismo correr con una mochila de diez kilos a la espalda que sin ella. Y diferencias a lo mejor de 200 o 300 gramos en cada pie pueden suponer una reducción considerable del gasto energético que va a soportar nuestra anatomía”, explica Montero, quien señala que no solo en la mayor ligereza de los nuevos materiales se ha mejorado, sino también en otros aspectos como la capacidad de absorción de impacto.
El uso de fibras de carbono y vidrio, termoplásticos o aluminio deformable, entre otros, está permitiendo mejorar las soluciones ortopédicas para hacerlas más efectivas. Pero también se ha producido una evolución en su diseño estético. “En muchas ocasiones la gente quiere color. Y en esto también influyen los grandes deportistas. En el caso de las férulas Osgood-Schlatter, el ejemplo de Rafael Nadal ha hecho que ahora cuando vienen a la ortopedia todo el mundo quiere los colores más llamativos posibles. Ya no se busca ocultar esta órtesis”, explica Mª Carmen Mijimolle, del Consejo de COF.
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