Los implantes de prótesis de rodilla personalizados mediante impresión tridimensional (3D) están consolidados en Estados Unidos o Alemania, y ahora también empiezan a introducirse en los quirófanos españoles.
El traumatólogo Oscar Ubaldo Peñalba ha llevado a cabo en la Clínica Santa Elena de Madrid una intervención pionera con este tipo de implante. La técnica permite reproducir fielmente la articulación de cada paciente y obtener un implante 100% personalizado y adaptado a su anatomía.
“A lo largo de los años y muchas prótesis de rodilla en nuestro haber, hemos visto que hay grandes diferencias de morfología y tamaños de fémur y tibia, de un paciente a otro”, explica el cirujano a DM. Las prótesis convencionales tienen una forma estándar, cuyas medidas se adaptan en cada paciente para alcanzar el tamaño adecuado, pero “al final no tienen en cuenta la morfología de los huesos del paciente”, por lo que se acaba acomodando “el hueso a la forma de la prótesis”.
Las partes blandas (ligamentos, tendones) están colocadas y tienen la tensión adecuada para funcionar acorde a la forma original de la rodilla del paciente, “con lo cual con una prótesis estándar es extremadamente complicado conseguir que reproduzcan la biomecánica original, aunque se coloque navegada, con instrumental a medida o se opere con asistencia robotizada”, destaca el traumatólogo.
“Con esta prótesis conseguimos reproducir la forma y la biomecánica original de la rodilla del paciente, con lo que, en teoría, facilitaría el control propioceptivo de la rodilla, el rango de movimiento y la coordinación biomecánica de la rodilla con el tobillo y la cadera”, explica.
Además, al estar fabricada a medida, se alcanza una mayor precisión en la implantación de la pieza en la rodilla, lo que redunda en una reducción de la pérdida de sangre del paciente, del daño en el fémur y la tibia y, en consecuencia, se ahorra tiempo tanto en el quirófano como en el proceso de recuperación del paciente.
“Cuando acabas la cirugía y exploras la rodilla en todo el rango de movimiento y la tensión de los ligamentos, te da la sensación de estar explorando una rodilla normal. Tienes la sensación de un trabajo bien hecho”, comenta el especialista.
La prótesis, desarrollada por ConforMIS, se reconstruye tridimensionalmente a partir de un estudio de TC 3D de cada persona que se envía a la empresa en Estados Unidos con una antelación de dos meses con respecto a la fecha de la operación. Allí, además del implante se producen unas guías específicas que marcan los cortes a realizar por el traumatólogo, a modo de ‘negativos’ de la rodilla del paciente, para que la colocación de la articulación sea precisa.
“Las guías de corte e implantación a medida ya existían con fabricantes de otras prótesis, esto simplifica la cirugía, pero sigue siendo un implante de fabricación estándar de una forma determinada e igual para todos los pacientes, sin tener en cuenta las pequeñas diferencias que existen de un individuo a otro. La novedad de este sistema es que la propia prótesis es una réplica de la rodilla del paciente, con lo que todas las partes blandas funcionan exactamente igual que con su propia rodilla, se ahorra hueso, tan necesario para cuando el paciente tenga que recambiar la prótesis y se aceleran los procesos de recuperación”, explica Peñalba, quien ha dirigido la intervención quirúrgica en la Clínica Santa Elena, de Madrid.
En la operación ha participado el equipo sanitario habitual de la clínica, junto con un especialista técnico de Medcomtech, empresa que distribuye estas prótesis.
“En prótesis articulares, sacar conclusiones a corto plazo no es prudente; hay que esperar al menos entre cinco y diez años para hacer análisis”, apunta el traumatólogo.
Añade que la experiencia con estas prótesis es amplia en Estados Unidos, “donde llevan más de 250.000 casos”, así como en Alemania y Gran Bretaña, y destaca que los “resultados son muy alentadores. La sensación de conformidad de los pacientes con su prótesis es muy elevada”.
El perfil de quien demanda esta operación es el de una persona de entre 65 y 80 años, con artrosis de rodilla por desgaste articular, aunque también se implanta la prótesis en gente más joven.
En cuanto a la extensión de este tipo protésico a otras articulaciones, el cirujano recuerda que la biomecánica de la cadera “es mucho más simple que la de la rodilla y con implantes convencionales se reproduce casi exactamente el funcionamiento de la articulación. No obstante se están haciendo cótilos a medida para los casos complicados de recambios de prótesis de cadera con defectos óseos importantes, que facilitan enormemente este tipo de operaciones”.
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