Los más de 6.000 inmigrantes que están llegando a Ceuta desde Marruecos se están encontrando con las 24 farmacias de esta ciudad autónoma abiertas. Si bien muchos pequeños comercios han decidido cerrar y muchos padres han optado por no llevar a sus hijos al colegio, los farmacéuticos, una vez más, están al pie del cañón, mientras las urgencias se están colapsando. Se habla ya de crisis migratoria sin precedentes en España, que ha obligado a trasladarse a Ceuta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Así explica la situación a este medio Mario de Miguel Zaragoza, presidente del COF de Ceuta, que tiene su farmacia junto a la playa del Tarajal, por donde están llegando los inmigrantes, sorteando dos espigones que apenas suponen 200 metros, y donde están desplegadas las Fuerzas Armadas: "Esto está pasando tanto en la bahía sur como en la norte. Desde anoche hay gente durmiendo en las calles del barrio, el del Príncipe. Empezó ayer al mediodía, pero ha ido de menos a más", detalla.
"Han entrado varios a la farmacia a por vendas, analgésicos... y mascarillas a mansalva"
A pesar de las dificultades, todas las farmacias han abierto con normalidad. "Apenas han entrado inmigrantes, pero sí he tenido que socorrer a varios con analgésicos, vendas y ayuda de tipo humanitario, como agua, cargador para el móvil... y mascarillas a mansalva. Todos venían de forma pacífica y todas las farmacias han tenido que ayudar", comenta. Algún farmacéutico ha tenido incluso que dispensar algúnVentolín: esta vez, claro, sin receta y todo de manera altruista.
El suministro de medicamentos tampoco está teniendo problemas: "El reparto ha funcionado con normalidad. Hoy nos han llamado de Bidafarma por si necesitábamos algo en particular, pero de momento no. A ver si esto se frena. Al principio estaban llegando sobre todo marroquíes, pero ya están entrando también subsaharianos, que serán más difíciles de devolver". Junto a la playa del Tarajal hay también un centro de salud, "pero está en obras".
A la expectativa en Canarias y Melilla
De Miguel asegura que hay más sensación de inseguridad que inseguridad real, sin episodios de violencia. "En mi barrio la población se ha volcado en ayudar con los inmigrantes. He visto vecinos sacando paquetes de galletas, leche, agua, zumos...". Eso sí, también explica que hay mucha gente que prefiere no salir de casa.
El presidente del COF de Ceuta sí recuerda momentos de avalanchas de varios cientos de inmigrantes, pero "no de una forma tan masiva como ahora".
De momento, el problema está focalizado en Ceuta: "Yo supongo que en Canarias y en Melilla se estarán preparando, porque esto es para todos", asegura De Miguel.
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