Los intentos autolíticos con medicamentos crecieron fuertemente en 2021, especialmente entre la población más joven. Así lo ha constatado el Servicio de Información Toxicológica (SIT) del Ministerio de Justicia en la memoria anual que acaba de publicar y en la que analiza en detalle por primera vez las consultas recibidas por intoxicaciones voluntarias e intentos de suicidio.
El documento detalla las 58.443 consultas por intoxicaciones o exposiciones tóxicas en humanos recibidas por el Servicio de Información Toxicológica. Dos de cada tres de esas consultas fueron por intoxicaciones accidentales, pero hubo un 12,8% (7.453 consultas) que se produjeron por intoxicaciones voluntarias (el resto no consta o tuvieron origen laboral).
Esto supone un incremento importante de los envenenamientos voluntarios respecto a años anteriores en los que las intoxicaciones voluntarias no llegaban nunca a representar el 10% del total de casos (en 2020 y 2019 representaron el 9,7%, en 2018 el 8% y en 2017 eran sólo el 6,8%). En apenas cinco años, las intoxicaciones voluntarias habrían duplicado por tanto su peso sobre el total de casos.
El grueso de esas más de 7.000 intoxicaciones voluntarias registradas el pasado año fueron intentos de suicidio (72,6% de las intoxicaciones voluntarias), muy por encima de los casos de iatrogenia (3,3%), de dependencia de sustancias (2,2%) o de sumisión química (0,1%).
En concreto Toxicología recibió 5.411 consultas por intentos de suicidio, de los que sólo el 20% resultaron leves, mientras que un 54% presentó sintomatología moderada y al menos un 16,7% síntomas graves.
La mayoría de estos intentos autolíticos se produjo en mujeres (67,9%) y, según alerta expresamente el Servicio de Información Toxicológica, entre la población más joven, la de niños y adolescentes de 11 a 15 años, que representó la franja de edad con más intentos de suicidio por envenenamiento, con un 20,3% del total.
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