Tras un año de huelgas, manifestaciones y reiterados desencuentros en la Mesa Sectorial de de Osakidetza -de la que los sindicatos se han levantado varias veces-, los representantes de los trabajadores han estallado tras la última reunión de este órgano negociador, y lo han hecho de forma conjunta. Los sindicatos de la mesa (Satse, ELA, LAB, Sindicato Médico de Euskadi, CCOO y UGT) denuncian al unísono la "deriva" de la sanidad pública vasca, afirman que la actual dirección de Osakidetza "no es un interlocutor válido para negociar" y exigen a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, "un compromiso real para dar solución a los problemas que sufre la plantilla".
En un comunicado conjunto emitido tras el último desencuentro en mesa sectorial, los sindicatos recuerdan que 2022 ha sido un año en que "tanto la plantilla de Osakidetza como la ciudadanía han tomado las calles para exigir un cambio de rumbo en las políticas sanitarias públicas, y para que se detenga de inmediato el desmantelamiento de nuestro sistema sanitario". Los sindicatos hacían así referencia a las cuatro jornadas de huelga que la mayoría de las centrales han convocado este año tanto en atención primaria como en toda la red de Osakidetza, así como a sendas manifestaciones celebradas en enero, febrero y junio en Vitoria, San Sebastián y Bilbao.
A la "falta de acuerdos" en materia laboral y retributiva en la mesa, los sindicatos suman en el capítulo de agravios el cierre de las urgencias del Hospital Santiago, el "recorte en los horarios y servicios" que se prestan en los puntos de atención continuada (PAC) del primer nivel (Zumarraga o Deusto) o el "cierre de la Cirugía Cardíaca del Hospital de Basurto", contra el que las centrales convocaron una manifestación en Bilbao el pasado 2 de diciembre. El último capítulo ha sido la carta firmada (de momento) por 42 jefes de servicio en contra de la destitución decretada por Osakidetza de la gerente y la directora médica de la OSI (organización sanitaria integrada) Donostialdea, que está provocando concentraciones diarias de protesta a las puertas del Hospital Donostia, la última de ellas esta misma mañana.
El conflicto del Hospital Donostia es el último de un año muy convulso en la sanidad vasca
Entre otros temas pendientes, los sindicatos reclaman a la consejera vasca el inicio de una "negociación real" para abordar "problemas estructurales" del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza (SVS-O). Entre sus peticiones más urgentes -que han vuelto a recordar tras la última, y frustrada, reunión de la mesa-, están un aumento del presupuesto de Osakidetza para 2023, "hasta llegar a la media de la UE (un 7% del PIB)"; medidas tendentes a reducir "drásticamente" la temporalidad del personal sanitario, que los sindicatos cifran en tasas del 58%, "cuando la ley aprobada por el Gobierno a nivel nacional exige rebajarla hasta el 8%", y el adecuado dimensionamiento de plantillas, "con la creación de puestos de trabajo estables que permitan racionalizar las cargas de trabajo y dar una atención de calidad".
Ante la falta de avances en la mesa, los sindicatos han protagonizado este año varios plantes al órgano negociador, por su desacuerdo con el orden del día o por el "estancamiento" de los temas. Tal ha sido el desencuentro en la mesa que Satse, ELA, LAB, SME, CCOO y UGT han citado este año por dos veces (la última el pasado 11 de noviembre) a la dirección de Osakidetza ante el llamado Consejo de Relaciones Laborales, un órgano público de diálogo y negociación paritario, integrado por 7 representantes de las organizaciones sindicales y otros 7 de las patronales.
En ambas ocasiones, el Departamento vasco de Salud se ha negado a acudir ante el Consejo alegando que el ámbito natural de negociación de Osakidetza es su mesa sectorial y que lo que los sindicatos pretendían transmitir con esta iniciativa es la "existencia de un conflicto permanente, cuando no es cierto".
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