Aragón se suma a la particular y paulatina desescalada de la atención primaria que ya han empezado a poner sobre la mesa varias comunidades, y lo hace con el mismo rechazo profesional que han suscitado planes similares esbozados ya en el Principado de Asturias o en Galicia.
El leitmotiv que guía el borrador del Servicio Aragonés de Salud (Salud) es la misma idea que late en esos otros planes autonómicos: recuperar un nivel de presencialidad que los profesionales aseguran que en ningún momento se ha perdido y alentar un peculiar empoderamiento del paciente que, según esos mismos profesionales, es tan oportunista como perjudicial para el nivel.
De hecho, el llamado "Procedimiento para la mejora de la accesibilidad de la población a los equipos de atención primaria de la red del Salud" establece como línea maestra de su actuación que será el propio paciente, al solicitar su cita médica (tanto por teléfono como a través de la web de la consejería SaludInforma), quien decida si quiere que esa cita sea presencial o telefónica, de forma que los centros de salud, en su planificación diaria, prevean un "número mínimo" de huecos en las agendas de sus médicos reservados para las citas presenciales.
Los sindicatos de primaria presentaron en marzo un plan que el Salud "ha ignorado"
De entrada, y antes de bajar al detalle, Sindicatos Médicos de Atención Primaria de Aragón (Fasamet y CEMS-Aragón) hacen una primera enmienda a la totalidad: la atención presencial en el primer nivel -aseguran los representantes de los profesionales de primaria- se ha continuado prestando durante toda la pandemia en los centros de salud, "siempre que se consideraba necesario". Además, desde el pasado mes de junio, esa presencialidad "ha ido aumentándose de forma progresiva y ha llegado en la actualidad a cubrir más del 30% de las consultas".
Con respecto a la particular interpretación que el Salud hace del principio del paciente como "eje del sistema", Leandro Catalán, presidente del colectivo sindical, afirma que "debe ser el médico el que gestione su propia agenda y no el paciente", para garantizar "el mantenimiento de la distancia social y los aforos en cualquier centro de salud o consultorio local, algunos con una infraestructura muy deficitaria". Catalán, que preside además SEMG-Aragón, enfatiza que los médicos aragoneses "defienden la máxima atención presencial en primaria, pero de una forma organizada".
Al pedir cita, será el paciente quien decida si quiere que sea presencial o telefónica
A la potestad que la propuesta del Salud otorga al paciente para optar por que su cita sea presencial o no se suma, claro, la posibilidad de acudir al centro de salud sin cita previa "por un motivo agudo de consulta". En ese caso, la unidad de Admisión "facilitará la cita presencial indemorable, bien con el profesional asignado o bien con el equipo de atención a la urgencia".
A diferencia del plan presentado por el Principado de Asturias, el documento del Salud no concreta qué "número mínimo" de huecos deberían reservar las agendas para citas presenciales, y se limita a añadir que esos huecos "se acordarán entre los equipos y la Dirección de Primaria de su sector".
Da, eso sí, alguna pista de cómo debería ser una "agenda tipo" en Medicina de Familia o Pediatría: "una primera parte de la jornada en la que se realizaría la actividad no presencial y una segunda parte en la que se citaría de forma presencial todo aquello que así se haya estimado por parte del profesional sanitario, el servicio de Admisión y lo citado en la plataforma web". A partir de ahí, admite la propuesta del Salud, "el modelo puede tener múltiples variaciones".
La consejería quiere que el nuevo modelo organizativo esté implantado en un mes
Lo que sí deja claro el documento que la Consejería de Sanidad de Sira Repollés ha hecho público en la web oficial del Gobierno de Aragón es que el nuevo procedimiento debería estar implantado en el plazo de un mes y que tiene como objetivos prioritarios "garantizar" la atención presencial a los pacientes en los centros de salud (pero también en sus domicilios y en el "entorno residencial") y "recuperar" la atención en consulta programada, "tanto en el propio centro como en el domicilio, para el control y seguimiento de pacientes con patología crónica".
La nueva normalidad que el departamento de Ripollés perfila para primaria implica, según ese plan, "establecer franjas horarias, mantener los circuitos y garantizar las distancias de seguridad", pero siempre con una idea fija: que "la entrada de los centros deberá estar siempre abierta al público".
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Sin entrar ni siquiera en el fondo de la propuesta, Catalán arremete contra las formas de las que ha hecho gala el Salud y asegura que los sindicatos han tenido conocimiento de la propuesta por los medios de comunicación: "No la hemos recibido todavía formalmente ni tenemos información alguna sobre plazos o las fórmulas concretas que proponen para aumentar la presencialidad".
Propuesta "ninguneada"
A la indignación profesional por la forma y el fondo del documento oficial se suma el hecho de que Sindicatos Médicos de Atención Primaria presentó en marzo un plan de accesibilidad para primaria que, según Catalán, "han ninguneado con una propuesta que no se parece en nada a la nuestra".
El planteamiento de los representantes sindicales se basaba en tres ideas: desburocratización, mejora en la gestión de las agendas y triaje previo para identificar las citas no demorables; y el objetivo más inmediato estaba claramente cuantificado: que no hubiera más de 35 citas diarias (la mayoría de los centros superan hoy las 50) y acabar con las listas de espera en primaria.
A diferencia de la propuesta profesional, Catalán cree que la réplica del Salud es claramente regresiva: "Creemos que era el momento idóneo para realizar una reforma integral de la atención primaria y el Gobierno de Aragón lo ha desaprovechado dando un paso atrás".
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