La inmunodeficiencia ADA-SCID es una enfermedad rara que impide a los niños desarrollar un sistema inmunitario sano capaz de combatir las infecciones habituales. Aparece por mutaciones en el gen ADA, asociado a la enzima adenosina desaminasa, a su vez esencial para el funcionamiento inmunológico. Los patógenos comunes pueden resultar fatales para los niños con esta afección, especialmente durante los primeros dos años de vida.
Un equipo internacional de investigadores del Hospital Great Ormond Street (GOSH) y de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha desarrollado una terapia génica cuya administración solventó la inmunodeficiencia con éxito en 48 de 50 niños afectados.
Los resultados de sus ensayos clínicos con esta nueva terapia génica se publican en The New England Journal of Medicine, coincidiendo la presentación en la reunión virtual de la Sociedad de Terapia Génica y Celular de Estados Unidos.
Los coautores principales del trabajo, Donald Kohn (UCLA) y Claire Booth (GOSH), aportan datos de dos a tres años de tratamiento en 50 niños que participaron en los ensayos clínicos, entre 2012 y 2017.
Dos o tres años después de administrarles esta terapia, los niños, tratados en los hospitales Great Ormond Street y el Infantil Mattel de UCLA y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) estadounidenses, están vivos y bien. La mayoría ha podido suspender los tratamientos profilácticos con antibiótico y la terapia sustitutiva de inmunoglobulinas.
El tratamiento convencional para la ADA-SCID implica inyecciones una o dos veces por semana de la enzima ADA hasta que se pueda encontrar un donante de médula ósea compatible, generalmente un familiar cercano. Si no se dispone de un donante de médula ósea compatible, las inyecciones de ADA continúan de por vida junto con medicamentos preventivos.
La terapia génica ensayada por estos médicos implicaría una única administración, con potencial de proporcionar resultados duraderos.
El procedimiento consiste una modificación genética ex vivo de células madre y progenitoras hematopoyéticas CD34 + autólogas. Tras extraer las células madre hematopoyéticas del paciente, se emplea como vector un lentivirus, con el que se modifican para que incluyan una nueva copia del gen ADA en su ADN. Esas células corregidas se devuelven al paciente donde, una vez injertadas, generarán células inmunitarias sanas capaces de combatir las infecciones.
De 50 niños que recibieron la terapia génica, 48 ya no muestran síntomas de la inmunodeficiencia, aunque se les seguirá de forma indefinida. En los dos casos sin éxito terapéutico, los niños retomaron sus tratamientos estándar habituales, y uno de ellos finalmente recibió un trasplante de médula ósea.
Los investigadores exponen que hasta ahora no se han informado efectos secundarios graves asociados a la terapia génica.
“Ninguno de los pacientes descritos aquí”, escriben los autores, “presentaba signos de que el lentivirus tenga capacidad de replicación o de expasiones clonales, lo que se suma a la creciente evidencia de la seguridad de los vectores lentivirales, que se ha visto en otros estudios clínicos, en los que se han introducido varios genes en pacientes con otros trastornos, con un seguimiento de más de 10 años para los primeros pacientes tratados”.
Otra terapia génica aprobada en Europa
En Europa, desde 2016, hay aprobado otra terapia génica para la ADA-SCID, también basada en la modificación ex vivo de células madre autólogas. Esta terapia utilizar un vector gamma-retroviral.
“En ensayos clínicos con pacientes con inmunodeficiencias primarias, el uso de vectores gamma-retrovirales ha resultado en leucemia relacionada con el vector y eventos mielodisplásicos causados por oncogénesis de inserción”, continúan estos investigadores en su artículo.
“Recientemente, un paciente con ADA-SCID que fue tratado con una terapia génica con un vector gamma-retroviral (en desarrollo clínico en el momento del tratamiento) se encontró que tenía leucemia linfocítica de célula T unos 4,7 años después de la terapia génica”.
Sobre la nueva terapia génica letiviral, la inmunóloga y pediátra del GOSH Claire Booth ha expuesto en un comunicado del hospital universitario que “si se aprueba en el futuro, este tratamiento podría ser estándar para la ADA-SCID y potencialmente para muchas otras afecciones genéticas, eliminando la necesidad de encontrar un donante compatible para el trasplante de médula ósea y los efectos secundarios tóxicos que a menudo se asocian con ese tratamiento. Necesitamos y queremos que se modifiquen las pautas para poder comenzar a ofrecer esta cura potencial a los niños y brindarla como tratamiento de primera elección: esta investigación podría ponerlo en marcha".
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