Vicente Soriano (Barcelona, 1961), ex asesor de la OMS, investigador en enfermedades infecciosas y profesor en la UNIR ha vuelto a responder a este diario para valorar la situación tras la crisis de la covid que vive China y las medidas de control a la entrada de ciudadanos procedentes del país asiáticos instaladas en los aeropuertos de países occidentales.
"Creo que hay un poco de hiperrespuesta por parte de occidente. Pero, claro, si Estados Unidos decide, de alguna manera, no cerrar las fronteras a los chinos, pero pedirles una PCR, les pone en una situación muy tensa, porque la disponibilidad de test de PCR allí es muy baja. Luego, el fenómeno de estampida para los chinos que tienen recursos para huir del país, puede ser muy brusco. En quince días saldrán los que puedan. Así que el resto del mundo civilizado, Europa, básicamente, sin grandes evidencias científicas ha hecho lo mismo que Estados Unidos, por lo que sea, por la razón que sea", apunta Soriano.
Pregunta: Usted cree que no hay un aval científico suficiente para la toma de estas decisiones en occidente de control de la entrada de pasajeros.
Respuesta: Bueno, viniendo de China no es nada fiable. Pero todos conocemos a gente que vienen de China y el país es evidente que está en una crisis vestial. Es una situación extraña. Lo que interpreto de lo que me cuentan es que, cuando hubo la protesta en China hace un mes, por un edificio que se incendió con gente con covid, eso corrió por las redes chinas, que funcionan dentro del país como una intranet para la gente que tiene acceso, de la que está excluida las zonas rurales, donde hay poca cobertura y poco acceso a móviles.
Entonces, las revueltas que hubo en Pekín y en Shanghai han sido algo nunca visto en la China actual.
P.: Desde la política de covid cero en China a esta apertura casi total del país, ¿cómo cree que pueden evolucionar las cosas en el país asiático?
R.: Nosotros, en Occidente, hemos sufrido mucho las consecuencias del coronavirus. A muerto mucha gente en Occidente, entre seis y siete millones de personas, según las cifras oficiales, que llegarán a diez, reales. Pero en China no ha habido datos y no ha habido ninguna ola, porque cuando se identificaba un positivo se encerraba a él, a su familia y los barrio donde se identificaban casos. Si ahora, de golpe, abres la mano, pues te vas a encontrar con una población susceptible, que eso incluye a los vulnerables, abuelos, gente con cáncer, con inmunodeficiencias...
Luego, el sistema sanitario chino no tiene nada que ver con el occidental. O sea que, exceptuando algunas zonas de Pekín y de Shanghai, el resto de la población china no va a tener oportunidad de ser atendido. Entonces, si sumas la presión médica de las seis olas que hemos tenido en Occidente en estos seis meses en un país con 1,5 millones de personas, pues las consecuencias sanitarias pueden ser tremendas.
P.: Así que en China van a vivir todas las olas juntas...
R.: Esa es la sensación. Y aunque no nos vamos a enterar de lo que realmente va a ocurrir o está ocurriendo, las imágenes que salen en canales como la BBC o en la CNN, pues... Si esto es así, es un desastre.
P.: Entonces, no cree que estarían justificados esos controles en los aeropuertos ante la posibilidad de que surja una nueva variante.
R.: Ese rumor curioso de que vaya a aparecer una variante muy distinta que comprometa a Occidente, creo que eso es un comentario, pero no tiene mucha fundamentación biológica.
Las nuevas variantes que van surgiendo son por presión de la gente que ha padecido mucho covid, porque entonces los anticuerpos y la inmunidad celular, que son los dos mecanismos de protección, para que sobreviva una nueva variante tiene que escapar de esos mecanismos de protección.
En China no es necesario ninguna variante nueva, porque las vacunas que han podido utilizar no funcionan o, desde luego, no han recibido ninguna vacuna de refuerzo. Y luego, muy poca gente ha padecido covid. Así que básicamente con las variantes con las que nosotros lo hemos pasado mal, ellos lo pueden seguir pasando muy mal. No necesitan que surjan una variante nueva.
El hecho de que haya muchos chinos que emigren a zonas como Vietnam, Estados Unidos o Europa, los que tengan dinero para venir, pueden tener un efecto fundador, pero es muy poco probable, porque, básicamente, las variantes que se han aislado ahí son las que ya tenemos aquí.
R.: Hay un efecto disuasorio al pedir a los chinos que vengan que presenten datos de vacunación o PCR. Así que habrá muchos que ya no vengan porque no tengan esos datos. Luego los datos de PCR, lo que sugiere es que esa persona tiene replicación activa durante ese momento y en las siguientes dos, tres semanas. Eso es un dato muy importante.
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