La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) celebran on line del 18 al 20 de mayo la tercera edición del congreso médico-farmacéutico que lleva por lema Nuestro objetivo, la comunidad.
Ana Molinero Crespo, presidenta del Comité Científico del Congreso, explica a este medio que hoy más que nunca es necesario "afianzar la colaboración entre los profesionales sanitarios, en este caso los médicos de atención primaria (AP) y los farmacéuticos comunitarios", de ahí la necesidad de seguir celebrando este congreso, que por otra parte, pretende evidenciar lo que ya ha puesto sobre la mesa la pandemia "que la AP y la atención comunitaria son imprescindibles para el buen funcionamiento del Sistema Nacional de Salud y que, en este contexto, tanto los médicos de familia, como los farmacéuticos comunitarios, deben ser mucho más valorados por las autoridades, porque muchas de las soluciones a los grandes retos de la sanidad y de las necesidades de los pacientes pasan por tener una red de AP reforzada y coordinada".
Atención al crónico
De la misma opinión es José Polo García, presidente del Comité Organizador, quien resalta el valor de la colaboración entre médicos y farmacéuticos sobre todo en la atención al paciente crónico pluripatologíco para conseguir una mejor adherencia a los tratamientos.
Y es que este tipo de pacientes, debido a la pandemia, muchos verán empeorada su patología, como apunta Molinero. "Que los pacientes crónicos han visto mermada la calidad de su atención durante la pandemia creo que es indiscutible. Es más, las propias organizaciones de pacientes crónicos lo han denunciado".
En este sentido, trae a colación los datos de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, que muestran que el 69% de los crónicos sufrió la cancelación de las consultas que tenía programadas antes de la crisis, el 66,5% las vio aplazadas y el 41,4% vio suspendida o aplazada su rehabilitación durante el primer estado de alarma. "Los farmacéuticos somos muy conscientes de esto -continúa- y estoy segura de que el resto de profesionales también lo son. Es más, debemos mentalizarnos que cuando pase la pandemia habrá una última ola, que será la de todos aquellos pacientes no covid que pueden tener secuelas por haber pasado su tratamiento a un segundo plano". Por ello, apuesta por la labor que la farmacia tiene en cuanto al "seguimiento y control de los tratamientos de estos pacientes, en la detección de problemas de adherencia, en la detección y derivación de casos especialmente graves".
Proyectos e iniciativas
Según el portavoz de Semergen, esta colaboración se refleja en diferentes proyectos que ambas sociedades científicas tienen en marcha, como los centrados en el paciente respiratorio, con dislipemias y en el área de los síntomas menores. También en las numerosas comunicaciones (casi doscientas) que están recibiendo los organizadores del congreso y que dan fe de esta colaboración.
Para Molinero, una de las más acciones más significativas realizadas durante la pandemia es la publicación del protocolo de síntomas menores y covid-19, impulsado con seis sociedades médicas, entre ellas Semergen, "porque son muchos los pacientes que llegan a las farmacias con síntomas compatibles con la covid-19 y porque es imprescindible ir de la mano en esto".
Además, cree muy necesario avanzar en el reconocimiento de la dispensación excepcional por parte de los farmacéuticos, tal y como sucede en otros países. "Durante la pandemia hemos vivido muchas situaciones en las que los pacientes, en especial los crónicos, han tenido dificultades para renovar sus tratamientos, no tenían acceso presencial a los centros de salud, el acceso telefónico ha sido en muchas ocasiones una tarea imposible y ha habido importantes demoras que han afectado al acceso a los tratamientos. En estas y en otras circunstancias de especial urgencia, la coordinación entre médicos de AP y farmacéuticos comunitarios sería un gran avance y la aplicación de las dispensaciones excepcionales mejoraría mucho la calidad de vida de los pacientes, en especial los más vulnerables, como ha ocurrido también con las dispensaciones de entrega a domicilio durante los meses más duros de confinamiento", relata Molinero.
A su juicio, estas experiencias deberían haber llegado para quedarse, "porque han demostrado su utilidad". Y menciona el caso concreto de la atención domiciliaria: "Exige mucha coordinación y colaboración. Además, no debemos olvidar que los avances tecnológicos y/o digitales también están haciendo avanzar la atención telemática en distintas áreas y desde la AP y comunitaria debemos estar preparados para afrontar ese reto en aquellas circunstancias en las que sea necesaria".
Trabas que frenan la colaboración
Aunque hay muchas voces que claman por esta colaboración, Polo reconoce que no está siendo fácil. "En el Sistema Nacional de Salud (SNS) en la AP se integró a diferentes profesionales, entre ellos los farmacéuticos de AP, pero la integración del farmacéutico comunitario está generando reticencias entre diferentes colectivos profesionales, pero poco a poco se va superando y esta colaboración está siendo mayor", afirma. No obstante, sostiene que los enfrentamientos suelen producirse más en el plano de los estamentos que en la práctica asistencial, "donde los médicos, sobre todo en el ámbito rural, tenemos muy buena relación con los farmacéuticos comunitarios, a los que conocemos profesional y personalmente".
Para Molinero, "si algo ha dejado claro la pandemia es que el SNS tiene mucho margen de mejora en materia de coordinación y que la atención de los pacientes, si queremos que sea de calidad, no puede compartimentarse. Existen niveles, pero deben estar coordinados y transmitir mensajes que refuercen la confianza de la población. Lo estamos viendo ahora también con el proceso de vacunación, donde en una gran parte de la población se ha instalado la confusión y las dudas, algo que no nos deberíamos permitir". Y añade: "Por lo que atañe a la AP y comunitaria es indudable que la comunicación médico-farmacéutico es imprescindible. Lo hemos visto con los problemas de la ausencia de atención presencial en los centros de salud y la gran cantidad de consultas que hemos tenido que abordar y resolver en las farmacias comunitarias. Estas consultas, estas dudas se resolverían de una manera más eficaz y habría una mejor atención de los pacientes, tanto en las farmacias como en los centros de salud, si se reforzara la comunicación y la coordinación, se utilizase la receta electrónica no solo para la prescripción, sino como herramienta para la comunicación y se organizasen sesiones clínicas conjuntas".
Sobre la receta electrónica, Polo opina que debería potenciarse aún más sus posibilidades en lo que ha comunicación interprofesional se refiere y está a favor de que el farmacéutico pueda incidir en la historia clínica del paciente, de manera que si hace mediciones de presión arterial, colesterol, glucosa, etc, puedan estar reflejadas en esa historia. Eso sí, "habría que regular cómo esa información está a disposición del farmacéutico".
Vacunación en farmacias
Preguntado por la posibilidad de que la farmacia pudiera vacunar frente a la covid-19, el presidente del Comité Organizador defiende que "en una situación de pandemia hay que aprovechar todos los recursos disponibles para duplicar o triplicar los esfuerzos de inmunización que se persiguen".
Respecto a esta cuestión, recuerda que en el COF de Madrid y se estuvo vacunando de covid-19 por farmacéuticos a los profesionales sanitarios que trabajan en las farmacias comunitarias y en los laboratorios de análisis clínicos. Ahora, que se vacune en las farmacia comunitaria, es algo que, dice, habrá que esperar.
Preguntada por un futuro servicio de vacunación frente a la gripe en farmacias, Molinero tiene la esperanza de que no solo lo verá sino de que podrá participar en ello. "No puede ser que países de nuestro entorno lleven años vacunando con éxito, y me refiero a aumentos de tasas de vacunación aproximándose al 70% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que nosotros seamos los únicos a los que no se nos deje hacerlo".
La farmacéutica se muestra optimista respecto a este asunto, pues dice estar segura de que "tarde o temprano, los farmacéuticos españoles podrán colaborar en las campañas de vacunación, tal y como sucede en otros muchos países de nuestro entorno". Es más, dice: "Si no es ahora, lo será en el futuro o eso quiero creer, porque no somos peores que los compañeros de Francia, Italia, Reino Unido, Irlanda...". Y recuerda que en Sefac disponen de un registro de farmacéuticos voluntarios formados para vacunar frente a la covid-19. "Estamos formados y estamos dispuestos a colaborar -añde-. Ya lo propusimos para las campañas de la gripe y ahora nos volvemos a poner a disposición de las autoridades. Como con los test, si no se hace, no será por no poner de nuestra parte. En este caso creo que hay intereses corporativos que hemos visto durante todos estos meses que no acaban de entender, desgraciadamente para el paciente, que la labor de los farmacéuticos no pasa por sustituir a nadie, sino por complementar para que los pacientes salgan beneficiados en un momento de crisis excepcional como el que estamos viviendo".
Temas del congreso
En el congreso se abordarán muchos temas al margen de la covid-19, entre ellos, salud digital, el acceso a los anticoagulantes orales, seguridad del paciente, manejo compartido de la hipertensión arterial, de las dislipemias, la obesidad, osteoporosis, hipercolesterolemia, hiperplasia benigna de próstata, diabetes, control del paciente asmático y con enfermedad respiratoria crónica, las nuevas tecnologías en dermatología.
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