El reto personal del que fuera director del Laboratorio de Fisiopatología Renal del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el nefrólogo Alberto Tejedor, fallecido el pasado año a consecuencia de la covid-19, de que los estudios con cilastatina, conocido como el ‘omeprazol para el riñón’ llegaran finalmente al paciente, se ha cumplido.
Este hospital acaba de crear una ‘spin-off’ para comercializar el primer fármaco en el mundo que protege al riñón, la cilastatina, nefroprotector que descubrió el equipo liderado por Tejedor, y cuyas investigaciones siguieron adelante tras su pérdida de la mano de su ‘hijo científico’, Alberto Lázaro, director científico del citado Laboratorio.
“Cilastatina, un inhibidor de la enzima deshidropeptidasa renal, es un fármaco huérfano que llevaba años empleándose en la clínica junto con el antibiótico imipenem como coadyuvante para evitar la degradación del antibiótico, y que se ha convertido en un potente y eficaz protector del riñón, el primero en el mundo de estas características, frente al fracaso renal agudo, fundamentalmente el farmacológico que acompaña a tratamientos esenciales para cáncer, infecciones, trasplantes o VIH, entre otros, que suelen originar toxicidad y deterioro de la función renal y, que según los últimos datos, podría afectar a más de 60.000 personas al año”, señalaba a este periódico Lázaro, quien enfatiza que cilastatina no interfiere en el efecto terapéutico de los medicamentos para tratar estas patologías.
Exclusiva mundial
Con el apoyo de Genesis Biomed se ha logrado licenciar la tecnología a una empresa farmacéutica de Canadá Madrid. Genesis Biomed, empresa de consultoría especializada en proyectos de I+D+i del sector biomédico, ha dado soporte al Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón para la creación de Telara Pharma, la correspondiente ‘spin-off’ del proyecto cilastatina.
Esta empresa también ha contribuido y liderado el cierre de una ronda semilla de 100.000 € para Telara Pharma, que, por su parte, ha suscrito un acuerdo de licencia exclusiva mundial con la empresa canadiense Arch Biopartners para utilizar la cilastatina en el tratamiento y la prevención de la lesión renal aguda y en procesos de sepsis.
La cilastatina es una molécula pequeña inhibidora de la enzima dipeptidasa-1 (DPEP-1) desarrollada en la década de 1980 para prevenir la degradación del antibiótico imipenem en el riñón. Hasta ahora, el uso de la cilastatina se limita a la combinación en formulación dual con el citado antibiótico y aún no se ha aprobado como producto independiente. Arch Biopartners dispone de una molécula, conocida como Metablok, con el mismo mecanismo de acción. “Esta licencia allana el camino a la mejor selección de terapias para los inhibidores de DPEP-1 y a una llegada más rápida al mercado por parte de estas moléculas”, considera Lázaro.
Después de un largo proceso de investigación, el Hospital Gregorio Marañón patentó cilastatina, molécula que se convertirá en el primer nefroprotector que se ha desarrollado y que ayudará a prevenir el fracaso renal agudo de los pacientes que en más del 40 por ciento está generado por efectos secundarios de tratamientos médicos y farmacológicos.
Desde el Servicio de Nefrología del Hospital Gregorio Marañón, los investigadores del Laboratorio de Fisiopatología Renal, Alberto Tejedor, Alberto Lázaro, Ángeles González Nicolás, Sonia Camaño y Blanca Humanes, demostraron que la cilastatina protege el riñón en más de un 80 por ciento frente a la toxicidad de fármacos tan ampliamente utilizados como el cisplatino, la ciclosporina o la gentamicina, fármacos esenciales en el tratamiento de ciertos cánceres, trasplantes o infecciones.
Probable protector universal
“Cuando los tratamientos provocan toxicidad renal, deben cambiarse por otras terapias que pueden ser menos eficaces, más costosas y con mayores complicaciones para el paciente. En ocasiones, obligan a interrumpir el tratamiento con el riesgo que ello supone para el control de la enfermedad del paciente”, señala Lázaro .
El nuevo fármaco no sólo abre la posibilidad de mejorar y ampliar los tratamientos para enfermedades como el cáncer, el VIH e inmunosupresores para el evitar el rechazo en los trasplantes, y el uso de antibióticos para el tratamiento de infecciones que no se podían utilizar por su alta toxicidad renal (quimioterápicos, analgésicos, antifúngicos, antibióticos, contrastes iodados, antirretrovirales e inmunosupresores).
Las investigaciones han 'tirado del hilo', evidenciando que puede llegar al fracaso renal no tóxico, como el que se produce con la rabdomiolisis, según los análisis más recientes llevadas a cabo por el equipo.
“Hasta el momento, hemos trabajado con fracasos renales tóxicos –originados, por ejemplo, por los quimioterápicos o por antibióticos-. Pero, la rabdomiólisis es una de las consecuencias más generales y, a veces, menos atendidas de las lesiones provocadas por traumatismos de diversa etiología, como accidentes, aplastamientos, grandes quemaduras, que puede provocar deterioro de la función renal y fracaso renal agudo".
Llegar muy pronto al paciente
En estos casos, se ha investigado la utilidad terapéutica de la cilastatina”. Además, si los estudios que siguen en marcha confirman y consolidan sus datos, “podríamos hablar de cilastatina como protector universal de fracaso renal agudo de cualquier etiología, lo que es un hallazgo de una gran envergadura”.
En cualquier caso, la cilastatina ha demostrado su efecto protector, evitando daño renal inducido y su no interferencia con el efecto terapéutico de los distintos medicamentos, según los ensayos preclínicos publicados que avalan los resultado. Según Jordi Ortiz, CEO interino de Telara Pharma y consultor senior de Genesis Biomed “este acuerdo de licencia permitirá reducir el ‘time to market’ y conseguir que cilastatina sea administrada a los pacientes muy pronto. Además, conseguiremos cumplir el sueño del fallecido Tejedor”.
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