En estos meses ha quedado claro que la lucha contra la pandemia de la Covid-19 ha incidido de manera directa en la forma de afrontar la gestión de todos los actores de la cadena. La importancia de actuar con la máxima celeridad para hacer frente a las necesidades perentorias de material y medicamentos ha puesto sobre la mesa la fortaleza de un sector, el de la distribución farmacéutica, que ha dado una respuesta ágil y adecuada pese a las dificultades de un mercado inestable y especulativo.
No se puede obviar que la situación de crisis, aunque más controlada, aún pervive. Es obligado continuar trabajando para que los pacientes tengan el acceso inmediato a sus tratamientos en un marco de seguridad para los trabajadores que se implican en el proceso. Y todo ello, apuntalando la optimización de la actividad logística y apostando por la colaboración.
Las cooperativas farmacéuticas se sustentan sobre un compromiso social: ofrecer las máximas garantías de salud y bienestar a todos los ciudadanos. En el caso de la Cooperativa Farmacéutica Asturiana (Cofas), el constante esfuerzo para promover el entendimiento entre socios, clientes, trabajadores, entorno social, laboratorios y administración nos ha valido el reconocimiento europeo por parte de AENOR en materia de Responsabilidad Social. Es un aliciente para apostar aún más fuerte por los principios que rigen el día a día de nuestro sector: la responsabilidad social, el buen gobierno y la mejora continua.
Innovación y digitalización
Sobre la base de estos principios, venimos fortaleciendo aspectos como la innovación y la aplicación de nuevas tecnologías que nos han permitido garantizar el suministro y evitar los posibles desabastecimientos en estos tiempos inciertos. La transformación digital del sector es clave: permite la predicción de escenarios, la optimización de procesos de compra y control de stocks y la identificación de patrones de consumo. Todos estos elementos facilitan la identificación de las alteraciones de la demanda que fácilmente podemos poner al servicio de la Administración de manera que el diseño de estrategias ante futuras crisis sea acertado. Es momento de aprovechar sinergias y crear canales estables de colaboración que optimicen los recursos de las comunidades autónomas.
Desde el principio, las empresas de distribución farmacéutica pusieron a disposición de las autoridades sanitarias su capacidad logística. Propuestas como la dispensación en farmacias de medicamentos hospitalarios que han garantizado la continuidad asistencial y de los pacientes son un claro ejemplo de que la cooperación y la unión de fuerzas devienen en beneficios al sistema y a la sociedad en general.
Y esta es claramente la línea que debemos afianzar, la de implementar cauces de diálogo y escucha abiertos entre todos los eslabones de la cadena sanitaria aprovechando las fortalezas de cada uno para diseñar estrategias de futuro que nos permitan hacer frente a futuras crisis con diligencia y eficiencia.
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