La cirugía, aún en tiempos Covid-19, no debe aplazarse en procesos inflamatorios abdominales agudos, ya que sigue siendo la mejor opción terapéutica para abordar patologías de este tipo y no afecta negativamente a la morbimortalidad de los pacientes operados.
Diecisiete centros españoles, a los que actualmente se han sumado otros tres como colaboradores internacionales, coordinados por un equipo del IIS de la Fundación Jiménez Díaz y del Hospital Universitario de La Princesa, ambos en Madrid, han llegado a esta conclusión, publicada en British Journal of Surgery que, previamente, envió los datos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que esta entidad lo conociera y divulgara.
La investigación, conocida como PIACO (Estudio de los patrones de presentación de los procesos inflamatorios agudos quirúrgicos durante la pandemia por Covid-19) también confirma el descenso en el número de intervenciones quirúrgicas provocadas por estos cuadros durante los meses más duros de la crisis.
Percepción de descenso generalizada
Coordinado por Héctor Guadalajara Labajo, jefe del Servicio de Cirugía de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, el trabajo arranca “tras la percepción por varios cirujanos de este centro de que, durante la crisis sanitaria acudían al mismo menos pacientes por procesos inflamatorios quirúrgicos agudos y que las intervenciones derivadas de los mismos habían disminuido. Esta observación coincidía con la de cirujanos de otros hospitales”.
Los expertos han comparado los pacientes con apendicitis, colecistitis, absceso anal y diverticulitis que acudieron a urgencias entre la declaración del Estado de Alarma y el comienzo de la desescalada (del 14 marzo al 2 de mayo) con el número de casos de estos mismos procesos durante el mismo periodo del anterior año”, explica Guadalajara Labajo, co-investigador principal del estudio, junto a Damián García-Olmo, jefe del Departamento de Cirugía General y Digestiva de la Fundación Jiménez Díaz, así como José Luis Muñoz de Nova y Elena Martín Pérez de La Princesa.
El PIACO confirma que el número de pacientes atendidos por procesos inflamatorios quirúrgicos agudos durante el pico de la pandemia disminuyó un 36,6%. Esta reducción se justifica por los casos más leves, ya que “en números absolutos, han acudido el mismo número de casos graves, planteando así un hecho sorprendente: el de la evolución de los leves. ¿Se han curado solos?, se pregunta el cirujano.
Sin embargo, otro hallazgo más importante aún fue igual de inesperado: la infección por Covid-19 no incrementó la morbimortalidad de los pacientes operados. Esta conclusión rompe con la tendencia generalizada de demorar el tratamiento quirúrgico en todos los procesos posibles, una recomendación surgida a raíz de diferentes casos publicados que comunicaban que los pacientes infectados por el nuevo coronavirus intervenidos por cualquier causa asocian una mortalidad de en torno al 20%.
“Este dato supone un gran cambio de concepto. Si se confirma con más estudios, la recomendación actual también se modificaría y serían muchos los pacientes en el mundo que beneficiarían de un tratamiento inmediato de su patología”, según Guadalajara Labajo, hecho por el cual, antes de publicar el estudio, el editor del British Journal of Surgery envió los datos a la OMS.
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