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sábado, 4 de julio de 2020

AF para tumbar las dietas milagro y ayudar a perder peso con salud

Autocuidado
gemasuarez
Dom, 05/07/2020 - 00:00
Consejo nutricional
La dieta mediterránea, ajustando las cantidades, es la forma más saludable para perder peso.
La dieta mediterránea, ajustando las cantidades, es la forma más saludable para perder peso.

Uno de los daños colaterales del confinamiento puede ser el aumento de peso por la falta de ejercicio físico. En el mejor de los casos, acudirán al farmacéutico o a un nutricionista a pedir ayuda para adelgazar, en el peor, recurrirán a las dietas milagro para conseguirlo.

La atención farmacéutica (AF) en estos casos debe ir encaminada a desmentir la eficacia de estas dietas, alertar de sus riesgos y enfocarse en transmitir patrones alimentarios saludables que puedan mantenerse en el tiempo y fomenten el consumo equilibrado y variado de alimentos sanos. Todo ello regado con otro consejo fundamental: la práctica de ejercicio físico.

Así lo han transmitido los expertos consultados por CF, que dan una serie de pautas para que el farmacéutico comprenda por qué las dietas y productos milagro enganchan tanto a la población a la hora de quitarse el exceso de peso y qué mensajes tienen que transmitir para  hacer entender que no son una opción saludable.  

Ramón del Campo, vocal de Alimentación del COF de La Rioja, recuerda que estas dietas ofrecen la pérdida de una cantidad bastante elevada de peso en un periodo de tiempo reducido, aunque a un elevado coste en cuanto a salud. “Actualmente, debido al elevado impacto que tienen en los medios de comunicación y en las redes sociales, su difusión al público es muy alta”, reconoce.  

María Achón y Tuñón, profesora titular de Nutrición y Bromatología y directora del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad CEU San Pablo (Madrid), recuerda que estas dietas “aparecen con nombres distintos”, pero se agrupan en tres grandes bloques: hipocalóricas, disociadas o disociativas y excluyentes.  

Según el vocal del COF de La Rioja, uno de los mensajes que se debe transmitir a la población, es que “no existen unas dietas más peligrosas que otras, sino que todas las dietas milagro son nocivas. Dependiendo del paciente, esos efectos nocivos podrán agravarse más o menos en función de si existen patologías previas”. A lo que la profesora del CEU añade: “El daño sobre la salud será mayor cuanto más se alejen del perfil calórico saludable  (que el 50-55% de la energía consumida proceda de los hidratos de carbono;el  30-35%, de los lípidos, y el 10-15%, de las proteínas) y cuanto más se mantenga en el tiempo esa dieta”.

Las más peligrosas

No obstante, los integrantes del Grupo Coordinador de la Red de Consejo Dietético de la Consejería de Salud y Familias de Andalucía sí señalan algunas como las más peligrosas. “Unas de las más seguidas y peligrosas son las cetogénicas, que prohíben el consumo de los alimentos que deben ser la base de nuestra alimentación, porque aportan hidratos de carbono, y promueven el consumo excesivo de otros, que se deben consumir en menor proporción. Un ejemplo son las hiperproteicas (con un consumo excesivo de proteínas), como la Dukan o Atkins. Y en los últimos años se han puesto de moda las dietas Keto, que aconsejan un consumo excesivo de grasas y la reducción de carbohidratos”.

Algunos farmacéuticos recomiendan a través de sus redes sociales las dietas detox y otras que se basan en el ayuno voluntario. Sobre las primeras, Del Campo es contundente:  “Las depurativas se basan, principalmente, en el consumo exclusivo de vegetales y preparados de origen vegetal, muchas veces en compañía de productos comerciales, como antioxidantes y vitaminas, excluyendo la ingesta de lácteos y productos cárnicos. Como cualquier dieta milagro, en la que se excluyen algún tipo de nutrientes o algún alimento, producen efectos secundarios, como malnutrición, descompensación metabólica, deshidratación, etc., con lo cual no son aconsejables en absoluto”.

Achón y Tuñón afirma que el término detox puede parecer “atractivo” a los ojos de la población, incluso “sugerir que es sana, ligera y que ayuda a rejuvenecer porque, a través del consumo de ciertos alimentos, se eliminan toxinas, metabolitos u otros componentes indeseables”. Pero la experta insiste en que el organismo ya elimina las toxinas que no necesita. De la misma opinión es Leila Pérez Venturino, responsable del Servicio de Nutrición y Dietética en Vithas Vitoria: “Nuestro organismo está preparado para realizar por sí solo los procesos de desintoxicación necesarios para mantener nuestra homeostasis corporal”. Por ello, insiste en que los profesionales deben transmitir la siguiente premisa: “A la detoxificación hay que contribuir alimentándose de forma saludable, en función de las necesidades. Es probable –añade– que, si solemos recurrir a este tipo de dietas con frecuencia, sea señal de que debamos replantearnos nuestros hábitos alimentarios para no necesitarlas”.

Para el Grupo Coordinador de la Red de Consejo Dietético de la Consejería de Salud de Andalucía, al final las detox “persiguen vendernos productos maravillosos a base de vitaminas, minerales, batidos depurativos y drenantes, que no son necesarios si realizamos una alimentación equilibrada”. También reconocen que  “los efectos no tienen por qué ser tan perjudiciales para la salud como otras; sin embargo, los productos que llevan asociados son caros e innecesarios. En el caso de los zumos y batidos detox es preferible tomarse las frutas en su propio envase natural, masticándola, que en zumos o licuados”.

Respecto a los ayunos voluntarios, la profesora del CEU subraya que existen diferentes modalidades, pero, en general, “no tienen una evidencia científica sólida ni clara” sobre su eficacia, pues “la pérdida de peso no es mayor en comparación con la mediterránea equilibrada y moderada”. A su juicio, “ponen a la población en un mayor riesgo de darse un atracón por estar muchas horas sin comer, y la exponen a situaciones de cetosis”.

Informar del riesgo

Los farmacéuticos deben conocer a qué se exponen las personas que se decantan por estas prácticas alimenticias y transmitir de forma clara los riesgos para la salud, más allá del conocido efecto yo-yo: “Uno de los problemas principales suelen ser las alteraciones en los parámetros bioquímicos. Dependiendo de las características de la dieta y la cantidad de tiempo que la hagamos, se pueden observar deficiencias nutricionales, en general de vitaminas y minerales, aumento de colesterol, triglicéridos, ácido úrico...”, detalla la portavoz de Vithas Vitoria.

Los expertos de la Consejería de Salud de Andalucía apuntan otro riesgo del que se debe alertar en las farmacias: “Las dietas reducidas en hidratos de carbono pueden tener un efecto negativo sobre la función renal, sobre todo en los que ya tienen afectado el riñón. Esto se debe a una elevada excreción de nitrógeno durante el metabolismo proteico, ya que las proteínas están aumentadas en la dieta”.

Facilitada esta información, la AF para la pérdida de peso debe centrarse en la promoción de la dieta mediterránea, porque las fuentes consultadas coinciden en que se ha demostrado que ayuda a eliminar kilos de más. Según Achón y Tuñón, “induce a una perdida de peso a corto y largo plazo, cosa que no ocurre en las dietas milagro, y hay una fuerte evidencia científica de sus beneficios metabólicos y nutricionales”.

Y así se debe vender a los usuarios: “Como estamos acostumbrados a ella, permite adherirnos mejor, sabemos preparar los platos y tiene un componente importante: permite socializar”. Y argumenta que los alimentos, además de nutrirnos, “nos convocan y nos reúnen, no como las dieta milagro, con las que hay que decir muchas veces que no a quedar a comer o cenar con amigos o familiares porque no permiten comer una cosa u otra. La mediterránea facilita la socialización por la gran variedad de alimentos que incluye. Además, es muy sabrosa y palatable. Y sobre todo es una dieta, desde el punto de vista de la responsabilidad social, sostenible” .

Dicho esto, Pérez Venturino defiende que “habría que ajustar las porciones, es decir, partiendo del patrón de dieta mediterránea, sería imprescindible personalizarla, realizando el ajuste de energía necesario para conseguir un balance negativo. También propone aconsejar al usuario que se haga un chequeo médico antes de iniciar el proceso.

Trabajo en equipo

Los expertos de Andalucía se muestran reticentes a que se dé un consejo farmacéutico para perder peso asociado a la venta de un producto para lograrlo.

Por ello, creen “importante trabajar para promover la coordinación con los equipos de Atención Primaria, integrando al farmacéutico”. Y añaden: “Son ya muchos los profesionales de las farmacias que desean ser puntos de información saludable y que piden esta colaboración, para lo cual los profesionales de los centros de salud nos ofrecemos a planificar juntos un acompañamiento más profesionalizado”.

El confinamiento ha hecho que algunas personas aumenten de peso, por lo que una opción es acudir a la botica para pedir asesoramiento. En el peor de los casos recurrirán a una dieta ‘milagro’, de las que el farmacéutico debe advertir de sus riesgos para la salud. Off Gema Suárez Mellado Farmacia Comunitaria Off

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