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sábado, 5 de septiembre de 2020

Los rastreadores militares estarán supervisados por oficiales médicos o enfermeros

Medicina Preventiva y Salud Pública
carmentorrente
Sáb, 05/09/2020 - 17:00
Detección precoz
Aurelio Soto, jefe de Comunicación Pública de la Unidad Militar de Emergencias (UME), y la teniente coronel Yolanda Lorenzo Vasallo, médico y jefe de la Unidad de Vigilancia del Núcleo Centro de Madrid del Ejército de Tierra. 
Aurelio Soto, jefe de Comunicación Pública de la Unidad Militar de Emergencias (UME), y la teniente coronel Yolanda Lorenzo Vasallo, médico y jefe de la Unidad de Vigilancia del Núcleo Centro de Madrid del Ejército de Tierra. 

Las Fuerzas Armadas de España (FAS) tienen una incidencia de coronavirus de un 0,2%, muy inferior a la media nacional, situada en torno al 5%, según revela a este medio el Ministerio de Defensa. Con esta positiva experiencia y tras haber realizado labores de rastreo interno en la Operación Balmis, ahora se disponen a hacerlo con la población civil. La Unidad Militar de Emergencias (UME) es la encargada de coordinar a los 2.000 rastreadores que Defensa ha puesto a disposición de las comunidades autónomas que lo soliciten. Hasta hora, 10 de ellas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla han respondido a este requerimiento, que deben hacer mediante una petición explicativa. Según confirma el Ministerio de Sanidad, son Islas Baleares, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Madrid, Región de Murcia, Melilla, Asturias, Andalucía, Canarias, Galicia, Cantabria y Ceuta.

"Lo más complejo que podremos encontrarnos es que el seguimiento de las relaciones de un brote se mezclen con otro brote y haya una mezcla de contactos que haga difícil discriminar la procedencia. Eso puede perjudicarnos a la hora de establecer el mapa de relaciones sociales", comenta Aurelio Soto, jefe de Comunicación Pública de la UME.

Quiénes forman los equipos

Los 2.000 efectivos se estructurarán en unidades de vigilancia epidemiológica. Al frente de cada una habrá siempre un oficial médico o enfermero supervisando a personal de tropa, que serán rastreadores con formación sanitaria. Si bien cuentan también con farmacéuticos y veterinarios, en principio no les han contemplado para estas labores. El equipo estará formado también por un psicólogo, según explica la teniente coronel Yolanda Lorenzo Vasallo, jefe de la Unidad de Vigilancia del Núcleo Centro de Madrid del Ejército de Tierra y médico en el en el Hospital Gómez Ulla (Agrupación de Sanidad del Ejército de Tierra), con 70 personas a su cargo y ningún caso positivo

De hecho, Lorenzo Vasallo recalca la meticulosidad para evitar contagios dentro de las Fuerzas Armadas; desde que apareció la Covid eran conscientes de que constituían un pilar fundamental para la contención de la enfermedad: "Teníamos que estar operativos 24 horas todos los días, teníamos que ver desde los botiquines hasta el personal que pudiese tener síntomas, que lo denominamos caso, y los contactos de alrededor. Ahí empezó nuestra formación como rastreador y tuvo muy buenos resultados".

"Se ha preferido que todos los rastreadores tengan conocimientos sanitarios, o tenga la formación de apoyo sanitario, que es una formación dentro del Ejército de Tierra, o sea técnico en emergencias o haya realizado un curso de formación sanitaria nivel 3 nivel 6", explica. "Hay unos encargados que reciben la información, la analizan y la pasan al centro de control superior".

Rastreadores del Ejército de Tierra en Melilla. /Ministerio de Defensa.
Rastreadores del Ejército de Tierra en Melilla. /Ministerio de Defensa.

En cuanto al número de unidades que habrá, Soto comenta que dependerá de las comunidades autónomas "y de las misiones que nos vayan a asignar". Por ejemplo, el pasado miércoles militares del Ejército de Tierra de la Comandancia General de Melilla iniciaron ya operaciones de rastreo en la ciudad autónoma, con ocho rastreadores y cuatro reservas asignados para cubrir las necesidades permanentes del Centro de Rastreo-Covid-19 de la ciudad.

Lorenzo Vasallo señala que la figura del psicólogo es fundamental en las unidades de vigilancia epidemiológica, aunque ellos no se han encontrado con ninguna situación difícil de rastreo dentro del Ejército: "Al otro lado te vas a encontrar con un paciente que tendrá dificultades y nos verá como salvadores, y tendremos que asumir ese problema como nuestro. Lo tenemos que encauzar, pero no es nuestra labor solventar esos problemas. Para ayudas de este tipo tenemos a los psicólogos, aparte de que también pueden detectar problemas psicológicos que ellos podrían encaminar al nivel de sanidad de la comunidad".

Colaboración con el equipo civil

Sobre la colaboración entre el equipo civil y militar, señala que será "sencilla y directa". La comunidad autónoma interesada hará la solicitud al Ministerio de Sanidad que, a través del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), evaluará esta necesidad y designará al Ministerio de Defensa las que considere procedentes.

La UME será quien coordine inicialmente el despliegue de las unidades de vigilancia y, a partir de ahí, se desplegará ese primer equipo de reconocimiento. "Es decir, la relación con la sociedad civil será a dos niveles, muy simultáneo. A un nivel superior, el Ministerio de Sanidad con el de Defensa; a nivel de campo, operativo, estas unidades de vigilancia directamente con las autoridades sanitarias en zona", detalla Soto. A ellos les llegará directamente la orden de actuación. "Esta viene con los datos necesarios, justificados, que se complementa con la información que recopile el equipo de reconocimiento.

Examen sobre el terreno

Soto asegura que la UME abordará inicialmente la parte de planeamiento.. ¿En qué consiste esa primera evaluación sobre el terreno? "En cuanto se nos asigne una misión en una zona concreta enviaremos un equipo de reconocimiento que establecerá contacto con las autoridades para conocer los detalles concretos, las características, la idiosincrasia del brote o la necesidad concreta por la cual la comunidad autónoma pide rastreadores del Estado".

Soto indica que a partir de estos detalles y contexto concreto se verá cómo se forma el equipo de la unidad. "Va a depender tanto de la zona geográfica donde esté, si la actuación es en una zona concreta o más deslocalizada, si se trata de un apoyo concreto para una institución por un seguimiento epidemiológico o simplemente por un brote". Para ello aprovecharán el militar desplegado o destinado en esa zona, "que tenga la preparación de rastreador, porque queremos que haya una cercanía y familiaridad entre el rastreador y las personas o contactos. Que el contacto sienta cómo el rastreador conoce la zona. El acento también es muy importante e incluso el idioma".

El operativo militar se adaptará al protocolo de rastreo que tenga cada autonomía. "Para ello nos basamos en nuestra experiencia de 15 años trabajando con ellas, como hacemos en casos de emergencias, como inundaciones, donde nos adaptamos a sus protocolos.Todo será muy transparente".

Junto a la transparencia, Soto señala que el principio de la confidencialidad, que se ha mantenido durante toda la Operación Balmis, seguirá vigente. "Todos los rastreadores tienen que formar una cláusula de confidencialidad, con lo cual los detalles de los casos no los conoce nadie, más allá de quien tiene que conocerlos".

Cómo es la formación del rastreador militar

Se trata de un curso on line compuesto por cinco módulos, tomando como referencia el del Centro Internacional John Hopkins. "Eso lo unimos a la experiencia que ya tenemos en la Operación Balmis. Varios de nosotros hicimos el curso 0. Yo como comunicante, aparte de psicólogos, juristas, personal de sanidad, personal general de las armas, personal de la escuela militar de emergencias... Lo hicimos para proponer mejoras o adaptaciones a nuestro marco concreto, tanto desde el punto sociológico, al ser unidades militares, como desde el punto de vista de comunicación, a la hora de establecer el enlace entre nosotros y, a partir de ahora, a establecer esa comunicación fluida con el personal civil".

Conocedores de que la vuelta  la enseñanza presencial puede implicar rastreo de contactos en niños, Soto explica que "el propio curso de rastreador que tenemos incluye la relación y el trato con menores. Una parte es muy científica y otra más sociológica: cómo conseguir esos indicios para hacer un mapa de posibles relaciones, e incluye de qué manera comunicarse".

La Unidad Militar de Emergencias (EME) coordina a los 2.000 rastreadores militares ofrecidos por el Ministerio de Defensa a las autonomías. Su portavoz, Aurelio Soto, explica los detalles de la misión. Off Carmen Torrente Villacampa Profesión Profesión Off

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