La entrevista con Mario García Gil, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital de Fuenlabrada (Madrid), realizada por ser uno de los ganadores de los Premios Admirables por la puesta en marcha de la plataforma de big data Fuencovid y por su carrera profesional, ha sido, según él, algo “terapéutico” porque ha podido verbalizar el sufrimiento vivido y la labor realizada durante la pandemia. Esta conversación le ha servido, dice con emoción, para reflexionar y llegar a la conclusión de que los sanitarios han hecho un buen trabajo y han hecho gala del amor que sienten por su profesión.
PREGUNTA. ¿Cuál cree que puede ser el impacto en el colectivo farmacéutico haber recibido este premio?
RESPUESTA. Estoy emocionado con este premio porque está relacionado con mi profesión. Me gustaría que este reconocimiento actuara como altavoz para valorar al farmacéutico de hospital y al colectivo de técnicos de farmacia que nos ayudan a estar cerca del paciente y colaborar con los médicos y enfermeros para aportar salud.
P. ¿En qué momento está el proyecto Fuencovid donde se registran los datosde los pacientes con covid atendidos en el hospital?
R. Sigue en marcha y con los mismos servicios implicados: Urgencias, Medicina Interna, Rayos, UCI, Farmacia, Laboratorio y Sistemas de Información. La novedad es que ya tenemos la plataforma, que se ha llamado I2D2. Y es que antes metíamos manualmente los datos de los pacientes y ahora esa información ha migrado a esta plataforma, que es donde vamos a poder hacer big data. Llevamos ya metidos entre 12.000 y 15.000 pacientes. Ahora la idea es que los equipos se planteen hacer estudios de investigación y que sea un modelo de trabajo para otros procesos, por ejemplo, para la psoriasis o los pacientes con cáncer en tratamiento con inmunoterapia. De hecho, en Oncología ya tenemos registrados en estos formularios a todos los pacientes con inmunoterapia.
"Me gustaría que este reconocimiento actuara como altavoz para valorar al farmacéutico de hospital"
P. ¿Qué cambios ha introducido la pandemia en su Servicio de Farmacia?
R. El año 2020 nos ha permitido que estemos siendo capaces de liderar proyectos colaborativos y hemos logrado que el farmacéutico asuma una función que aporta valor a los equipos y a los pacientes. También estamos participando en el proceso de vacunación, ejerciendo un papel de liderazgo. Se han dado cuenta de que nuestro perfil está en muchos procesos y que somos un profesional sanitario más.
P. Ha trabajado en la atención a pacientes oncológicos y en la UCI de su hospital. ¿Qué le aporta desarrollar sus funciones en un ámbito donde el sufrimiento está tan presente?
R. Cuando llegué al hospital, tras hacer sustituciones, me ofrecieron un contrato para estar en UCI, donde tenía experiencia pues había sido residente en esta unidad. Estuve allí tres años y luego pasé a Oncología y esta es mi especialización; de hecho, tengo la certificación BPS en Farmacia Oncológica y participé en el desarrollo de la Unidad de Farmacia Oncohematológica de mi hospital. Cuando se desencadenó la pandemia nos tuvimos que distribuir en las distintas unidades asistenciales y yo dije que estaría en la UCI, en la línea de fuego. Y en plena pandemia, me planteé: ¿por qué estoy tan alineado con situaciones de dolor y sufrimiento? Y he llegado a la conclusión de que, cuando hay que tomar decisiones complejas que requieren priorizaciones y colaboración, me siento cómodo. Son lugares en los que no solo ves el sufrimiento sino que sufres, pero es donde, como farmacéutico, me he sentido mejor, aportando seguridad.
P. ¿Qué es lo que más le ha impactado de esta pandemia?
R. Ver que era una situación que no podíamos controlar, ver cómo nos doblegaba el virus cada día, cómo nos frustraba ver a pacientes sin factores de riesgo, jóvenes y en los que habíamos aplicado todas las medidas posibles y se nos iban. Me han sorprendido las vías de escape del virus y que, haciendo lo mismo, había algunos pacientes que incomprensiblemente evolucionaban mal. Me ha impactado ver cómo las familias querían despedirse de sus seres queridos y no era posible. He visto irse a personas que en condiciones normales no deberían irse. Y me ha sorprendido que la pandemia haya cogido a la sociedad muy poco madura en educación sanitaria. Me ha sorprendido cómo el ser humano puede llegar a jugar con la salud.
P. ¿Y en positivo?
R. El amor de los sanitarios por su profesión y la capacidad de sacrificio extrema de las personas.
P. ¿Cómo valora el papel que ha jugado la Aemps?
R. Me he sentido muy arropado por la agencia y nos hemos comunicado de forma eficaz.
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