De la farmacia monacal, de los grandes nombres que en la Edad Media hicieron de la Farmacia una profesión en sí misma, de cómo se hacían entonces los medicamentos, de qué plantas y minerales se servían para curar las enfermdades, del peso de las supersticiones y de la religión a la hora de curar... De todo esto y mucho más habla el farmacéutico Luis Marcos Nogales en su último libro Epopeya. La Farmacia en la Edad Media, un recorrido ameno y divertido por los orígenes de la profesión, que adentra al lector en aquellos boticas donde la formulación se consideraba un arte y era su razón de ser.
El toque distendido no solo viene de la mano de la narrativa de la obra, sencilla y fresca, sino también de las ilustraciones que parodian una realidad pasada pero que tiene mucho reflejo en el presente.
En esta entrevista concedida a CF, paseamos con Marcos Nogales por el mundo islámico, el bizantino y por la Europa medieval y conocemos a personajes como Galeno, Mesué el Joven, considerado el Príncipe de la Farmacia, y otros ilustres farmacéuticos que sin saberlo estaban escribiendo la historia de la profesión.
PREGUNTA: ¿Cuál es la época de oro que en su opinión marcó un antes y un después en el desarrollo de la Farmacia?
RESPUESTA: Esta es una pregunta difícil. Me quedo con la irrupción de la iatroquímica –química como terapia- allá por el siglo XVI porque es lo que utilizamos hoy día, aunque bien podría ser la independencia de la profesión en la Edad Media o el desarrollo de los medicamentos industriales en el siglo XIX.
P. ¿Qué personaje de los que menciona en su libro le apasiona más o le llama más la atención?
R. Uno muy poco conocido, un boticario judío del siglo XIII, Abu al-Muna Koher al-Attar, que escribió un manual de farmacia para su propio hijo en el que, aparte de enseñar la parte técnica, le exhortaba a ser buen profesional y buena persona.
P. Galeno se puede decir que fue el padre de la formulación magistral. ¿Qué futuro ve a esta práctica farmacéutica?
R. La formulación magistral es la esencia de nuestra profesión. Creo que le espera un gran futuro, pero depende de nosotros que así sea. Es nuestra responsabilidad darla a conocer entre los prescriptores y pacientes. Desde sociedades como la Sociedad Española del Medicamento Individualizado (Lasemi) trabajamos para que así sea. Cada vez somos más socios y la implicación de la gente joven es apabullante. Estoy encantado y esperanzado.
A la formulación magistral le espera un gran futuro, pero depende de nosotros que así sea
P. Si Galeno levantara la cabeza ¿qué cree que le sorprendería más de cómo se desarrollan actualmente los medicamentos?
R. La fabricación industrial. Entonces no existía y todos los medicamentos eran fórmulas magistrales que se elaboraba siguiendo procesos y fórmulas frecuentemente secretas.
P. La triaca magna era el medicamento estrella de la Antigüedad, como dice en el libro, la panacea. ¿Cuál sería la triaca magna del siglo XXI?
R. Algo que baje la tensión, el colesterol y la glucemia todo en uno…los hábitos saludables. También el calendario vacunal.
P. ¿Cómo se imagina la vida y el trabajo en la que se considera la primera botica oficial, situada en Bagdad en el siglo VIII? ¿Qué queda hoy en día de esa primera botica?
R. Esa farmacia era una maravilla por su concepto, que ha perdurado hasta hoy como modelo mediterráneo de farmacia. Su día a día no era muy diferente, en esencia, del nuestro: atención personalizada, cercanía, profesionalidad y prestigio, formulación magistral, etc.
P. En el libro muestra su debilidad por el farmacéutico Abu al-Muna Kohen al-Attar, que escribió para su hijo un Manual para la botica, donde hablaba de la mejor forma de trabajar en la botica, el almacenamiento, el orden… Parece que las cosas no han cambiado tanto…
R. Así es. Si el modelo de farmacia que tenemos en España no ha cambiado porque funciona, es fiable, accesible y cuenta con grandes profesionales.
P. ¿Cuál fue el hecho que hizo que definitivamente Farmacia y Medicina se separaran en 1240? ¿Fue Avenzoar el que culminó esa separación?
R. Avenzoar defendía la separación entre Farmacia y Medicina. De hecho, fue farmacéutico antes que médico y no quiso ejercer las dos profesiones a la vez, algo habitual en la Antigüedad. Esta separación ya era habitual en el mundo islámico para cuando llegó a la Europa cristiana en 1240 gracias a una nueva norma dictada por Federico II que conocemos como la Carta Magna de la Farmacia.
P. ¿Realmente era tan necesario que la Farmacia y la Medicina se separaran?
R. Desde luego. No tiene lógica, desde un punto de vista deontológico, que el profesional que prescribe sea el que también dispense. Podría dar lugar a praxis dudosas.
P. El mundo farmacéutico debe muchas cosas al mundo islámico, entre ellas, la inspección farmacéutica y los primeros ensayos clínicos, incluso los inicios de la farmacocinética… ¿Qué otros logros destacaría de esta cultura?
R. La importancia que dio a la Farmacia en general, la asimilación de conocimientos farmacológicos de distintas culturas y el desarrollo de nuevas formas farmacéuticas y de la química.
P. Llama la atención que ya entonces recubrían los medicamentos con oro o plata, lo que ahora son los comprimidos recubiertos. ¿Eran entonces los medicamentos un bien al alcance de unos pocos?
R. Y desgraciadamente así sigue siendo en algunas partes del globo. El caso del recubrimiento con oro se debía a su componente alquímico. El que no podía permitírselo las tomaba sin recubrir.
P. En su libro habla del origen de los albarelos y como España contaba con importantes alfares. Además del Museo de la Farmacia de la UCM, ¿qué otras colecciones de albarelos hay en España?
R. De esa categoría puede que alguna colección privada, pero este museo es de un altísimo nivel, de los mejores de Europa y es difícil de igualar. Albarelos interesantes se pueden encontrar en otros museos y no solo de Farmacia, como el Museo Arqueológico Nacional.
P. Si Mesué el Joven fue el príncipe de la Farmacia en el sIglo XI, ¿cuál sería el Príncipe de la Farmacia de nuestros días?
R. Tenemos suerte de no tener -ni necesitar- ese concepto asociado a una sola persona. El Príncipe de la Farmacia es la profesión en sí misma. La farmacéutica rural y el farmacéutico hospitalario, el de distribución o la directora técnica de un laboratorio. Somos un equipo y en eso reside nuestra fortaleza.
P. Resulta curioso que ya en la Edad Media con la peste negra se decretó una especie de confinamiento cerrando las puertas de las murallas para que no entraran enfermos… Y ya en 1377 se hablaba de cuarentena. Va a ser cierto eso de que la historia se repite…
R. Fueron, en muchos casos, confinamientos en toda regla y ejemplares en su ejecución y seguimiento y sí, la historia se repite. Siempre lo hace. Lo que está ocurriendo es terrible, pero piensa lo que suponía una pandemia hace siglos, sin antibióticos ni vacunas. Los confinamientos eran de lo poco que podían hacer.
Piensa lo que suponía una pandemia hace siglos, sin antibióticos ni vacunas
P. Hablando de pandemias, ¿cree que se ha gestionado adecuadamente esta crisis en España? ¿Y en Europa? ¿Cree que se ha contado y se está contando con los farmacéuticos y aprovechando todo su potencial para controlar esta pandemia?
R. La gestión en general ha sido buena en Europa pero desde luego, en España, el potencial de las farmacias no se ha aprovechado como en Francia o el Reino Unido.
P. ¿Qué ha tenido más peso en el desarrollo de medicamentos, el uso de plantas o de minerales?
R. Las plantas, sin duda, han sido el pilar de la terapia hasta el desarrollo de la química. Aún hoy día son importantes.
P. ¿Considera que todavía hay vestigios de aquellas creencias religiosas que veían la enfermedad como castigo divino?
R. No son un vestigio. La enfermedad como castigo divino sigue presente hoy día, pero con menos intensidad. También se busca la sanación a través de la religión. No hay más que ir a Fátima o a Lourdes.
P. De los amuletos que se utilizaban en la Edad Media para alejar el mal y la enfermedad ¿cuál es el que más le llama la atención?
R. Los clavos de herradura. Valían para todo. Los amuletos en general son muy curiosos. Eran un vestigio de culturas paganas pero tenían buena aceptación por parte de la Iglesia. Las reliquias son harina de otro costal.
Las plantas han sido el pilar de la terapia hasta el desarrollo de la química
P. Resulta muy curioso el hecho de que en aquella época los enfermos se encomendaban a un santo en función de la enfermedad que tenían. ¿Usted se ha encomendado a algún santo?
R. Santos no. Santas: mi abuela, mi madre y mi santa esposa.
P. ¿Qué peso tuvo la farmacia monacal? ¿Fue solo importante porque gracias a ella se conservaron los conocimientos farmacéuticos de la Edad Media?
R. Fue, efectivamente, el nicho en el que se refugió la Farmacia en los años más oscuros. Le debemos mucho. Además, siempre proporcionó acceso a los medicamentos para quién los necesitara, perpetuó los conocimientos que se tenían e investigó bastante. Los boticarios monacales merecen un monumento.
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