Prepararse para unas oposiciones sanitarias como el MIR, EIR o FIR es un proceso intenso que exige concentración, constancia y resistencia emocional. El volumen de contenido, los simulacros frecuentes y la presión por obtener un resultado alto pueden generar ansiedad y afectar tanto el rendimiento como la salud mental de los aspirantes. Por eso, controlar los nervios no es un lujo: es una herramienta clave para rendir al máximo.
La evidencia científica muestra que el estrés prolongado compromete la memoria, la atención y la toma de decisiones, esenciales en un examen tipo test. Estudios recientes con estudiantes de Medicina han demostrado que intervenciones basadas en mindfulness, meditación y ejercicio regular pueden reducir esa ansiedad y mejorar la autorregulación emocional, aumentando la capacidad de concentración y la retención de información.
Según Lina de Teresa, del departamento de apoyo al estudiante de CTO, “muchos alumnos creen que la motivación proviene de lograr un simulacro perfecto. Mantener esta idea genera frustración constante. Es clave cambiar el enfoque hacia aprender del error y cuidar la salud mental con pausas, descanso y actividades que despejen la mente”.
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