La automedicación en hipertensos que quieren aliviar un dolor con un AINE es una práctica a la que se tienen que enfrentar los farmacéuticos con frecuencia. Al menos así lo percibe Francesc Vilà, presidente del grupo de farmacias Ecoceutics, que, precisamente, ha puesto en marcha una campaña sobre este asunto, con el fin de ofrecer el mejor consejo farmacéutico para este colectivo de pacientes.
Vilà recuerda que los hipertensos "deben tener precaución con todos los AINE, puesto que producen su efecto antinflamatorio mediante la inhibición de la ciclooxigenasa 2 (COX-2) y, a causa de esto, mediante ciertos mecanismos fisiopatológicos aumentan la presión arterial temporalmente".
Por ello, confirma que desde la oficina de farmacia deben "transmitir que un AINE no sería la primera opción terapéutica para estos pacientes". "En estos casos -continúa-, el analgésico de elección sería el paracetamol".
Ahora bien, matiza que en los hipertensos "con la presión arterial controlada podrían consumir un AINE durante cortos periodos de tiempo y a la dosis mínima eficaz sin ningún tipo de problema". Y añade: "El médico podrá prescribir estos medicamentos a pacientes con hipertensión, siempre valorando cada situación en particular, en función de sus patologías de base, su riesgo cardiovascular, el control de sus cifras tensionales, la duración del tratamiento, etc.".
Efectos que pueden ser graves
El portavoz de Ecoceutics insiste en que lo efectos adversos de los AINE son variados y pueden ser graves. "Pueden afectar a nivel cardiovascular, gastrointestinal y renal. Además, el consumo crónico tiene un efecto negativo sobre los valores de presión arterial y, éstos, sostenidos en el tiempo, aumentan el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares de gravedad. Es por este motivo que la prescripción de este tipo de principios activos en pacientes con dolor crónico y que, además, son hipertensos, debe hacerse con cautela y con un seguimiento exhaustivo de los valores de presión arterial, para detectar a tiempo posibles subidas de la misma".
Por otra parte, advierte de que a nivel gastrointestinal, "los AINE más prescritos en la actualidad, al no actuar selectivamente sobre la ciclooxigenasa 2 (COX-2), tienen efectos negativos sobre la mucosa gástrica (debido a la inhibición de la COX-1), con la consiguiente posibilidad de que se produzcan úlceras a largo plazo".
¿Y qué ocurre con los AINE en crema? ¿Los pueden usar? Según la documentación elaborada por Ecoceutics para la campaña, "la evidencia actual indicaría que el riesgo de que suba la tensión es muchísimo menor al usar AINE por vía tópica que por vía oral, pero no se puede afirmar que es nulo".
Cuándo derivar
Preguntado por los casos en los que el farmacéutico debe derivar al médico, el experto apela al sentido común. "A día de hoy en la oficina de farmacia disponemos de AINE que no requieren de receta médica, pero enfocados a tratamientos cortos, como el ibuprofeno 400 mg en envase de menos de 20 comprimidos. Así pues, si en base a la anamnesis realizada detectamos que el paciente es hipertenso, pero que tiene la presión arterial controlada, podríamos dispensar un tratamiento de pocos días con un AINE que no requiera receta médica si consideramos que el paciente realmente lo necesita. En cambio, si detectamos que se trata de un paciente que consume AINE de forma crónica sin ningún tipo de control médico, es cuando deberíamos hacer la derivación".
No obstante, como criterios generales subraya que el farmacéutico debería remitir al médico cuando se trata de pacientes con un riesgo cardiovascular especialmente elevado, como en el caso de aquellos que han sufrido un infarto, un ictus, pacientes anticoagulados, etc.
Y prosigue: "También en todas las situaciones que consideremos que está comprometida la eficacia y la seguridad del tratamiento. Por ejemplo, al detectar personas en tratamiento para su hipertensión con cifras tensionales no controladas, pacientes con prescripciones crónicas de AINE, con molestias gastrointestinales o cualquier otra situación que nos parezca sospechosa de un resultado negativo de la medicación".
Mensajes en los que incidir
Para Vilà, es importante que el paciente hipertenso sea consciente de que la hipertensión arterial es un factor de riesgo cardiovascular que puede acabar con consecuencias muy graves si no se controla con su medicación antihipertensiva. "Es más -continúa-, la hipertensión arterial es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Es por ello que se deben hacer revisiones periódicas de la presión arterial tanto en la consulta médica como en la oficina de farmacia (o incluso en su propio domicilio) para ir verificando que la medicación que tiene pautada para controlar esta patología está haciendo el efecto deseado y, en caso de que en algún momento esta tensión superara los valores normales (140 mm Hg presión sistólica y 90 mm Hg presión diastólica), acudir al médico para ajustar la dosis del tratamiento pautado o cambiar incluso de principio activo".
Y para concluir, el presidente de Ecoceutics afirma que si tuviera que destacar tres mensajes principales serían: "Insistir en la adherencia al tratamiento farmacológico pautado por su médico, la realización de controles periódicos de la presión arterial y tener unas buenas medidas higiénico-dietéticas (evitar los alimentos procesados, el consumo de sal, beber dos litros de agua al día, caminar una hora al día, evitar la ingesta de alcohol y tabaco, entre otras).
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