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lunes, 26 de abril de 2021

Covid-19: conclusiones para una transformación

opinión
soniamoreno
Lun, 26/04/2021 - 08:00
2º Congreso Nacional Multidisciplinar COVID-19
Vacunación contra la covid.
Un centro dispuesto para la vacunación contra la covid.

A lo largo de cinco días, el 2º Congreso Nacional COVID-19, recientemente celebrado, ha puesto en común los abundantes hallazgos y evidencias científicas que en estos meses hemos alcanzado sobre el coronavirus y los resultados de las investigaciones y trabajos de campo más destacados que se han llevado a cabo en España, además de compilar y repasar las principales incógnitas que están aún por resolver sobre el propio virus y también sobre las vacunas, como la inmunidad frente a las variantes, su capacidad de detener la transmisión de la infección, la inmunidad cruzada en determinadas poblaciones, la continuidad de los síntomas o el llamado covid-persistente.

Fue principalmente un encuentro científico, de profesionales sanitarios para profesionales sanitarios, un encuentro multidisciplinar en el que participaron y colaboraron 82 sociedades científicas españolas que representan a más de 200.000 profesionales sanitarios. Pero al mismo tiempo sabíamos que un encuentro de esta envergadura podía y debía ser un encuentro abierto a la sociedad del que salieran mensajes que pudieran ser entendibles para el gran público y que hicieran visible y notorio el posicionamiento de la comunidad científica sobre el control de la pandemia y la marcha de la vacunación. Y de ahí surgió la idea de hacer un gran Manifiesto público, suscrito por todas las sociedades participantes, dirigido tanto a los  ciudadanos como a las autoridades políticas con responsabilidad en la gestión de esta gran crisis sanitaria, la mayor en el último siglo.

Juan A. Riesco

En este Manifiesto hemos pedido a Gobierno y Comunidades que vacunen y a los ciudadanos que se vacunen. La vacunación no debe suspenderse sin atender a criterios puramente científicos. Al contrario, las administraciones deben coordinar sus políticas y también sus mensajes para generar confianza y trasmitir un mensaje de colaboración y cooperación entre todos como la mejor forma de ganar a la pandemia. Somos muy conscientes de que la sociedad pide transparencia. Y la transparencia supone contar a la sociedad las nuevas evidencias que se van obteniendo. Esas nuevas evidencias incorporan matices a los mensajes y esos matices son la propia esencia del conocimiento científico. Pero corresponde a los expertos, y no a los políticos, traducir estos matices en recomendaciones y corresponde a los políticos seguirlas sin caer en reacciones impulsivas que solo cultivan el miedo y que luego son difíciles de corregir.

De esta pandemia hemos aprendido muchas cosas, pero la fundamental quizás sea la importancia estratégica de la investigación. Solo de la ciencia y la innovación podíamos esperar soluciones a esta situación y solo de la ciencia y la innovación han procedido. Pero por la investigación no se apuesta desde la retórica, sino con recursos. Apostar por la investigación es dedicar recursos a la investigación. Tras la pandemia, las administraciones públicas deben propiciar un cambio radical de tendencia en la inversión pública por la I+D+i, y los ciudadanos deben exigirla, porque la investigación no es un lujo de ricos, sino una necesidad para el desarrollo económico, el bienestar social y la protección sanitaria.

“La vacunación no debe suspenderse sin atender a criterios científicos”

En el Manifiesto las sociedades científicas firmantes también solicitamos más recursos para la Atención Primaria y Hospitalaria. La pandemia, en sus diferentes oleadas, ha demostrado el papel clave que juegan todos los profesionales sanitarios en el sistema de salud y la necesidad de reforzarlas brindándole los recursos adecuados, sobre todo humanos. Es necesario subsanar las deficiencias laborales crónicas del Sistema Nacional de Salud. Como en el caso de la ciencia, podemos decir que por la Sanidad se apuesta con inversión. Y particularmente con inversión en recursos humanos.

Es preciso tener en cuenta además que las secuelas de la pandemia se harán notar incluso cuando se alcance la denominada inmunidad de grupo. El llamado COVID persistente nos coloca ante el reto de seguir actuando frente a las secuelas, físicas o psíquicas, que puedan derivarse y ayudando a los pacientes que han superado la fase aguda a una recuperación completa, bridándoles una atención integral. Asimismo, el impacto que ha tenido la gestión de la pandemia en la atención de pacientes con otras patologías y particularmente en la postergación de los procedimientos quirúrgicos no urgentes exigen un esfuerzo adicional y de puesta al día que solo podrá abordarse con más recursos y una gestión muy eficiente de los mismos. Y lo mismo debe decirse de la atención socio-sanitaria de personas mayores, cuyas carencias fueron puestas al descubierto sobre todo en la primera oleada.

Con la pandemia también hemos visto la necesidad de promover un concepto mucho más proactivo de la salud. En primer lugar, la salud debe estar también en el centro de todas las políticas, porque si la salud es lo primero, como frecuentemente decimos, no podemos primar un modelo de desarrollo insostenible que ataque a la salud de las personas. En segundo lugar, hay que tomarse muy en serio eso de que las crisis sanitarias mejor resueltas son las que se previenen, porque no hay sistema que pueda soportar niveles de presión asistencial como los vividos. Hay que diagnosticar antes, hay que controlar mejor a los pacientes para prevenir las agudizaciones, hay que promover estilos de vida y hábitos saludables que eviten las enfermedades y hay en suma que llegar a la calle más y mejor, también los sanitarios, que debemos comprender que nuestro trabajo está también fuera de nuestros hospitales y centros de salud.

“La pandemia ha sido infodemia; los mensajes públicos no debe ser un ariete político”

Por eso, en gran medida, los objetivos de mejora de la gestión sanitaria en el futuro son objetivos de comunicación. La pandemia ha sido infodemia y nos ha mostrado con extraordinaria crudeza hasta qué punto es sensible y relevante la información que se ofrece a la población. En eso también tenemos mucho que aprender, los científicos y sanitarios, los primeros, como decía antes. Pero de poco servirá que lo hagamos si los mensajes públicos se utilizan como ariete político y no como herramienta de prevención, información y sensibilización social. Las autoridades y todas las personas con responsabilidades de gestión deben evitar la instrumentalización política de los mensajes sanitarios.

Finalmente, y siguiendo en el campo de la gestión sanitaria, esta crisis ha propiciado la creación de nuevas modalidades asistenciales, sobre todo telemáticas, que sin duda marcan un camino por el que seguirá avanzándose en el futuro. Del mismo modo, ha promovido una cultura de flexibilidad y trabajo colaborativo que ha llegado para quedarse, y del que ha sido una buena muestra el 2º Congreso, al que se presentaron presentado más de un millar de trabajos científicos, la mayoría de ellos surgidos de equipos multidisciplinares

En resumen, de la pandemia nunca podremos acordarnos con satisfacción. Pero sí podemos hacerlo de las lecciones aprendidas durante ella, si en efecto, además de comprenderlas, somos capaces de convertirlas en medidas transformadoras que den un nuevo impulso a la ciencia y a la investigación sanitaria, y a nuestro Sistema Nacional de Salud.

Off Juan Antonio Riesco, presidente del Comité Organizador del 2º Congreso Nacional Covid-19, en representación de 82 sociedades científicas. Off

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