La pandemia de la covid-19 ha impactado directamente sobre la forma de vida de la población, que ha sufrido un drástico cambio que frena la socialización fuera del ámbito del núcleo familiar. “Hemos pasado a vivir en un mundo más reducido que ha limitado tanto el desarrollo social y, por ende, psíquico, como el propio estado muscular corporal. Ello ha desembocado en estados de cansancio físico y psíquico generalizado, como día a día se manifiesta por parte de los pacientes que acuden a las oficinas de farmacia, en las que hemos visto crecer exponencialmente el consumo de ansiolíticos, defatigantes y relajantes”, comenta Ricardo Folgado, vocal de Fitoterapia del COF de Valencia.
Por tanto, desde la farmacia se puede plantear la utilización de remedios que activen al organismo cuando está fatigado y, a la vez, relajen cuando pasa por un estadio de ansiedad; es decir, ayudan a que se optimice el proceso adaptativo al estrés al que se ha visto abocada la población. “Existen recomendaciones farmacológicas que ayudan en ese estado, y la fitoterapia puede apoyar en este proceso. Para el tratamiento fitoterápico en casos de estrés, astenia y cansancio se deben utilizar sustancias psicoestimulantes y adaptógenas”, comenta Folgado.
Estimulantes naturales
Dentro del primer grupo, añade, “tenemos la nuez de cola (o cola nitida), utilizada para el tratamiento de la astenia funcional, debilidad y cansancio, administrando 400 mg del extracto seco de la semilla por la mañana y 200 mg al mediodía, durante un mes”.
Otra sería el guaraná (Paullinia cupana), también indicada en estados asténicos y agotamiento físico, “con las dosis recomendadas de 0,5 a 1,5 g por toma, de dos a tres veces diarias”. También es muy utilizado el mate (Ilex paraguariensis), “por sus propiedades analépticas y cardioestimulantes, entre otras; se recomiendan 3 g al día”.
Además, ampliamente utilizados a nivel mundial están diversos psicoestimulantes como los diferentes tés (negro, verde, blanco, azul y rojo), obtenidos de Camellia sinensis, el café (Coffea arabica), o el cacao (Theobroma cacao). “Todos ellos con alto contenido en bases xánticas: cafeína, teofilina, teobromina…, con propiedades estimulantes del sistema nervioso central”, concreta el vocal.
Plantas adaptógenas
Existe otra serie de plantas, las adaptógenas, que poseen unas propiedades distintas a las plantas denominadas simplemente tónicas, que se utilizan en tratamientos de fatiga ocasional (astenias funcionales). “El concepto de adaptógeno se acuñó para definir a una serie de sustancias farmacológicas capaces de inducir en un organismo un estado de resistencia aumentada no específica que permite contrarrestar las señales de estrés y adaptarse a un esfuerzo excepcional”.
Los modificadores de la resistencia inespecífica son, por tanto, “especies utilizadas para combatir la astenia y el cansancio y como preventivos de situaciones de riesgo infeccioso; potencian la salud en general, no utilizándose para el tratamiento de enfermedades específicas y presentando inocuidad, incluso al superar las dosis habituales”, apunta.
Entre ellas destacan el ginseng (Panax ginseng), “indicado en pacientes con falta de fuerza o decaimiento físico caracterizado por astenia, fatiga física y apatía. Se utiliza en dosis diarias de entre 0,2 a 2 g como máximo, (siendo la dosis más utilizada de 200 a 400 mg/día) y no debiendo ser administrados durante más de tres meses por la aparición de posibles trastornos de tipo estrogénico o corticoideo”.
El eleuterococo o ginseng siberiano (Eleutherococcus senticosus) mejora el rendimiento físico e incrementa la resistencia al estrés, además de poseer propiedades antivíricas, entre otras. Por tanto, está indicado en estados de agotamiento psíquico y físico, astenia y estrés, en administración oral de 2 a 3 g diarios (o dosis equivalentes de sus preparados). Tampoco se aconseja su utilización más de tres meses.
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Otra planta de interés es la maca (Lepidium meyenii), originaria de Los Andes, que era utilizada ya por los guerreros incas para mejorar su resistencia y vitalidad, además de ser conocida por su potencial afrodisíaco.
A este listado se añade la rodiola (Rhodiola rosea), de la que ya se describen sus propiedades desde alrededor del 80 a.C., “habiéndose confirmado en recientes estudios que reduce los efectos del estrés, la fatiga y la depresión. La dosis efectiva se establece entre 200 y 600 mg/día”.
Una de las plantas más estudiadas últimamente es el ginseng de la India, que se ha venido utilizando desde antes del 800 a . C., según los textos en sánscrito. “Se usa como planta relajante, adaptógena y con acción tranquilizante, con un uso similar al del ginseng de la farmacopea sínica, pero con mayor manejabilidad terapéutica, aunque menor acción estimulante. Es una excelente reductora de estrés, con un perfil de seguridad muy alto”.
Otras plantas adaptógenas usadas en la astenia son la bacopa, el regaliz, la angélica china o Dong Quai, el cardo mariano, el hisopo, la moringa, el astrágalo, el Yiaogulan, la centella asiática, suma o ginseng brasileño, el grosellero de la India o Amla, el Fo-Ti, la albahaca santa, el lúpulo, el azafrán y la cada vez más utilizada fruta de los cinco sabores o esquizandra, “con un gran contenido en lignanos con propiedades antiasténicas”.
Complejos vitamínicos
Montse Villar Ferrer, vocal de Plantas Medicinales del COF de La Coruña, apunta que para el cansancio general “siempre recomendamos un complejo vitamínico y más ahora que se nos junta la pandemia de la covid-19 con la primavera, que es una época donde nuestro organismo está más cansado”.
Por otro lado, si el cansancio se asocia a alteraciones en el sueño, “tenemos los productos a base de melatonina, pasiflora y valeriana que nos van a ayudar a conciliar mejor el sueño y que éste sea más reparador”.
Con la pandemia también ha surgido el cansancio asociado a la ansiedad: “En este caso, tendríamos medicamentos a base de plantas o productos a base de tila y valeriana que nos aportarían tranquilidad y serenidad. Algo muy necesario en los tiempos en los que estamos”, propone la experta.
Ejercicio
Villar Ferrer insiste en recordar los beneficios del ejercicio y nuevas rutinas: “Una de las maneras de reponer fuerzas es salir de nuestra rutina diaria, sobre todo si teletrabajamos. Tenemos que salir a dar un paseo, hacer ejercicio o incluso ahora que empieza el buen tiempo tumbarnos o sentarnos a leer al aire libre. El aire libre siempre nos aporta un chute de energía y nos hace desconectar de nuestro día a día”. También es necesario no perder el contacto con nuestra gente cercana: “Una videoconferencia con los amigos o la familia también nos hace reponer energía”, añade.
Y, aunque no existe “receta” para superar las preocupaciones que estamos viviendo, “si existiera debería incorporar una alimentación equilibrada rica en frutas y verduras de temporada”, apunta Lino Pérez, farmacéutico comunitario. “Además, incorporar a la dieta ingredientes naturales como las vitaminas B y E, minerales como el zinc y el magnesio, aminoácidos como el triptófano o plantas como la melisa, pueden ayudar a mantener el equilibrio emocional”, añade.
En este sentido, la Asociación de Empresas de Dietéticos y Complementos Alimenticios (Afepadi) recuerda que “el consumo de complementos alimenticios aumentó en 2020 un 35% más que el año anterior”.
Micoterapia
Al margen de la fitoterapia y la ingesta de una dieta equilibrada y un ejercicio acorde, algunas voces defienden la eficacia de la micoterapia, es decir, existen algunos hongos que se han utilizado desde el mundo antiguo y cuyo uso se está generalizando en los últimos tiempos “por su gran potencial terapéutico con mínimos efectos secundarios”, señala Ricardo Folgado, vocal de Fitoterapia del Colegio de Farmaceúticos de Valencia.
Entre ellos está el Reishi o pipa (Ganoderma lucidum), el primer hongo con propiedades medicinales desde que se tienen registros, y que, aparte de muchos otros efectos beneficiosos, “se ha estudiado por su acción defatigante”.
El Dong Chong Xia Cao, el córdiceps (Ophiocordyceps sinensis), se ha utilizado desde el 2000 a.C. y se va a utilizar mucho en un futuro próximo por sus cada vez mejor estudiadas propiedades farmacológicas, entre las que se encuentra su actividad antiasténica.
El maitake (Grifola frondosa) es otro hongo cada vez más utilizado, “que también posee acción frente a la astenia”. El Hoelen o Fu-ling (Poria cocos) es muy conocido por sus propiedades inmunoestimulantes y antinflamatorias en la medicina tradicional china, donde es ampliamente utilizada por sus polisacáridos y lanostanoides.
Por último, el experto menciona la levadura de cerveza (el hongo Saccharomyces cerevisiae), donde la droga, en este caso, la constituyen directamente las levaduras. Clásicamente se ha utilizado como complemento dietético por su alto contenido en vitaminas (sobre todo del grupo B) y diversos nutrientes. “Es, además, un probiótico con muy diversas propiedades, entre las que se encuentra su acción estimulante. Se administran 6 g/día de la cepa clásica (o dosis equivalentes)”, añade Folgado.
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