El Hospital de Bellvitge, de Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, ha comenzado a utilizar una innovadora bomba cardíaca percutánea que se sincroniza con el ritmo natural del corazón, lo que lo hace menos agresivo y más eficiente. Estos tipos de dispositivos aseguran el ritmo cardíaco y la presión arterial durante procedimientos percutáneos de alto riesgo, y se retiran una vez terminada la intervención, según ha informado hoy el centro.
La Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Servicio de Cardiología, liderada por Joan Antoni Gómez Hospital, ha sido la primera en incorporar en España el nuevo modelo de asistencia ventricular mecánica de implantación percutánea. Este modelo, llamado iVAC 2L, se implantó por primera vez el pasado 2 de febrero y recientemente el equipo ha abordado el cuarto caso con éxito. Asegura que este sistema permite dar soporte mecánico circulatorio al corazón durante intervenciones coronarias percutáneas de alto riesgo.
Así, permite realizar procedimientos percutáneos para tratar el estrechamiento de las arterias de corazón (angioplastias) con la seguridad de mantener al paciente hemodinámicamente estable (sin disminución importante de la presión arterial) durante la intervención.
En concreto, está indicado en pacientes con disminución moderada o severa de la función ventricular izquierda, con enfermedad coronaria multivaso o con enfermedad del tronco coronario izquierdo.
Informa Bellvitge de que el dispositivo se introduce por la arteria femoral. La punta del catéter se posiciona en el ventrículo izquierdo (posición que constituye el punto de succión), y la válvula mecánica bidireccional se sitúa a la altura de la aorta ascendente, justo a la altura de las arterias coronarias (posición que constituye el punto de eyección).
A continuación se activa la bomba externa, que se sincroniza con el electrocardiograma o la presión aórtica del paciente, y bombea la sangre mientras dura todo el tratamiento, aspirando la sangre durante la sístole y expulsándola a la aorta ascendente durante la diástole. Una vez terminado el tratamiento de alto riesgo, se retira el soporte ventricular.
Esta tecnología no exige un largo aprendizaje a los especialistas, ya que su montaje y preparación no son complejos en comparación con otros dispositivos similares. Además, la técnica de implantación y la de reposicionamiento del catéter, si son necesarias, "son rápidas, sencillas y seguras".
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