La utilización del vehículo eléctrico en el sector de la distribución farmacéutica sigue siendo anecdótica. Su elevado precio (un 30% más) y su falta de prestaciones en materia de climatización, necesarias para el traslado de ciertos productos, lo convierten en inviable o, como mucho, apto para repartos cortos, ya que su autonomía media es de 180 kilómetros.
Esa es la opinión de Juan Sanz, director de operaciones de Bidafarma, que ha participado en la mesa informativa Actividad sostenible: Transporte y logística, celebrada durante la V Jornada Profesional de Distribución. Ésta ha sido organizada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) y se ha centrado en cómo integrar en el sector la sostenibilidad ecológica.
Desde su punto de vista, el transporte es uno de los principales gastos en distribución y que, además, más afectan al medio ambiente. ¿Cómo se podría generar un menor gasto? Por ejemplo, con un software potente que gestione de forma eficiente las rutas de entrega de los transportistas a las farmacias, bien si son variables, bien si son fijas. "No debemos olvidarnos de hacer revisiones periódicas para ver si se están consiguiendo objetivos. En nuestro caso son trimestrales, y lo estamos optimizando", ha asegurado el ponente, que también ha desglosado otras herramientas digitales que utilizan para ser más eficientes desde el punto de vista del transporte.
"Estamos midiendo la disponibilidad de nuestros transportistas: saber las horas que trabajan, cuándo están activos, cuándo hay fallos en el reparto, etc. También los objetivos de plazos de entrega, o las características de los vehículos, los volúmenes de carga que se mueven todos los días en cada una de nuestras rutas. De esta manera podemos saber si estamos optimizando esa carga, si falta más carga para esa furgoneta o si necesitamos doblar una ruta en algún momento".
En el caso de los softwares dinámicos, son capaces de modificar rutas teniendo en cuenta variables como el tiempo de entrega, los consumos de carburante, los atascos que haya en el camino. "Y es útil impartir a los transportistas cursos de conducción eficiente, porque no todos conducen igual y algunos consumen más carburante en función de la aceleración, la frenada…”, ha recordado Sanz.
Medir la huella de carbono
La necesidad de utilizar vehículos impulsados por combustibles fósiles, ligeros y pesados, hace que empresas distribuidoras como Bidafarma tengan cifras elevadas de emisiones contaminantes a la atmósfera. Por eso, en 2019 empezaron a medir y certificar con EQA su huella de carbono con el fin de poder compensarla de otra manera, como con la plantación de árboles.
En esa medición se incluyen también los consumos de agua y papel, el impacto de viajes de trabajo y el que originan los proveedores. "A estos debemos empezar a pedirles que midan y reduzcan su propio impacto, apostar por los más limpios, con el fin de que ellos también se suban al carro de la sostenibilidad y que entre todos reduzcamos reduzcan la huella de carbono", ha sopesado Sanz.
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Según el responsable de Bidafarma, en los últimos años las normativas relacionadas con la climatización se han recrudecido y han impactado notablemente en el gasto energético de los almacenes, hasta alcanzar el 30% del total de la empresa. "En este sentido está siendo muy útil la utilización de tecnologías de inteligencia artificial (IA). Por ejemplo, estamos estudiando la utilización de sistemas que analizan las previsiones meteorológicas para una gestión inteligente de la climatización de los almacenes, lo que supone un ahorro bastante importante".
Utilidad y limpieza
Otra opción útil y limpia es la instalación de placas fotovoltaicas en las cubiertas. "En nuestra planta de Ciudad Real, de 4.500 metros cuadrados, hemos readaptado además los espacios para eliminar el cemento y mejorar la entrada de iluminación natural, utilizando mejores aislantes. De esta manera estamos obteniendo una mayor eficiencia energética", ha afirmado el ponente.
A todo ello se añade la implementación del teletrabajo en aquellos empleados que puedan llevarlo a cabo. "Los meses del confinamiento han supuesto para nosotros un ahorro del 52% de todos los desplazamientos, casi 1,8 millones de kilómetros menos y 204 toneladas de CO2 que no se expulsaron al medio ambiente", ha recordado Sanz.
De la misma forma, la reciente integración entre cooperativas de toda España que ha llevado a cabo Bidafarma ha generado un ahorro de 229 toneladas de CO2 anuales aprovechando sinergias. "Sería un error no colaborar entre nosotros, hay muchas cosas que podemos hacer, por ejemplo, desde la perspectiva del transporte", ha reconocido.
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