Celebramos hoy el sesquicentenario natal de uno de los grandes médicos escritores de la historia: el 13 de abril de 1871 nacía en Guadalajara de Jalisco Enrique González Martínez; probablemente, el poeta mejicano más grande de todos los tiempos y, sin duda, una de las figuras líricas señeras de todo el Nuevo Mundo.
Siendo aún estudiante de bachillerato, publicó sus primeros poemas y obtuvo en 1885 un premio del periódico bilingüe The Sun por la traducción de un poema inglés. Al año siguiente se matriculó en la Escuela de Medicina de Guadalajara, donde se licenció como médico y partero en 1893. Fue profesor adjunto de fisiología en su alma mater durante dos años, y posteriormente se trasladó a Culiacán, en el estado de Sinaloa, donde compaginó el ejercicio de la medicina con la publicación de sus primeros libros de poesía.
Su tercer poemario, Silenter (1909), le valió el nombramiento como académico correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua; tras el cuarto, Los senderos ocultos (1911), consagrado ya como gran poeta, decide abandonar definitivamente la medicina y trasladarse a Méjico capital. Con este poemario, González Martínez rompe con la corriente imperante del modernismo, por lo que se le considera a un mismo tiempo el último poeta modernista mejicano y el primero posmodernista. Marca nítidamente esta ruptura el que probablemente sea su poema más famoso: el soneto «Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje».
Compaginando su vocación poética con una dilatada carrera política y diplomática (entre 1920 y 1931 fue embajador en Chile, Argentina, España y Portugal), publicó dos docenas de poemarios entre los que destacan Ausencia y canto (1937), motivado por la muerte de su esposa, y Bajo el signo mortal (1942), tras la prematura muerte de su primogénito, el también poeta Enrique González Rojo, fallecido de leucemia a los 40 años.
Fue asimismo traductor de Horacio, William Shakespeare y Edgar Allan Poe, pero sobre todo de los grandes poetas franceses de su época: Théophile Gautier, Paul Verlaine, Charles Baudelaire, Maurice Maeterlinck, Paul Fort, Albert Samain, Francis Jammes. Y en prosa destacan sus dos volúmenes autobiográficos: El hombre del búho, misterio de una vocación (1944) y La apacible locura (1951).
En 1932 ingresó como académico numerario en la Academia Mexicana de la Lengua; en 1944 recibió el Premio Nacional de Literatura «Manuel Ávila Camacho» y en 1949 fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura.
Fernando A. Navarro
Se cumple el sesquicentenario natal del poeta más grande que ha dado Méjico: el jalisciense Enrique González Martínez, egresado de la Escuela de Medicina de Guadalajara. Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3saUjQR
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