"La prestación farmacéutica comprende los medicamentos y productos sanitarios y el conjunto de actuaciones encaminadas a que los pacientes los reciban de forma adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis precisas según sus requerimientos individuales, durante el periodo de tiempo adecuado y al menor coste posible para ellos y para la comunidad". Esta es la definición que dio Marieta Montoya, farmacéutica y directora técnica de Atepharma, en la charla que dio ayer en el congreso Gestiona tu Farmacia, organizado por Mª Carmen Sáez, creadora de Impulsa tu farmacia.
Ahora bien, con este concepto claro, la experta se hizo esta pregunta respecto a la prestación farmacéutica que reciben la personas dependientes: "¿Qué ocurre con el grupo de pacientes dependientes que residen en su domicilio y por su situación de dependencia no pueden acceder a la farmacia? ¿Quién se encarga de ello?". En su opinión, "es importante que se regule y se permita la atención farmacéutica domiciliaria".
La experta destacó que la pandemia "ha puesto de manifiesto una necesidad que ya existía: asistencia farmacéutica al paciente dependiente que no puede acceder a la farmacia". Aunque esta crisis sanitaria ha permitido de forma excepcional que el farmacéutico acuda a los domicilios a llevar la medicación que por distintos motivos no podían recoger en la farmacia, Montoya recuerda que por normativa, "en la gran mayoría del territorio nacional no le está permitido a la farmacia comunitaria atender al paciente en su domicilio, pues es considerado como venta a domicilio".
Sin embargo, defiende que se tiene que dar una solución a un problema de acceso a una prestación de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS), como es la prestación farmacéutica, como ya ocurre con otro tipo de prestaciones, por ejemplo, en la Atención Primaria, donde los médicos de cabecera y los enfermeros asisten al paciente en el domicilio".
Aunque la atención farmacéutica domiciliaria está a la espera de regulación, en su charla, la experta dio algunas de las claves para poder prestar lo que sí se puede hacer: servicios farmacéuticos profesionales centrados en el paciente comunitario.
Definición de Foro de AF
En este punto, Montoya consideró necesario definir qué es un servicio farmacéutico profesional. Para ello, trajo a colación la definición que hizo en 2015 Foro de Atención Farmacéutica, que decía que "engloba aquellas actividades sanitarias prestadas desde la farmacia comunitaria por un farmacéutico, que emplea sus competencias profesionales para la prevención de la enfermedad y la mejora tanto de la salud de la población como la de los destinatarios de los medicamentos y productos sanitarios, desempeñando un papel activo en la optimización del proceso de uso y resultado de los tratamientos".
Asimismo, insistió que estos servicios "surgen de una necesidad no cubierta, como es el caso de la AF en el domicilio".
Montoya centró el resto de la charla en explicar cuáles son las premisas que hay que tener claras antes de decantarse por un servicio farmacéutico profesional u otro, entre ellas, a quién va dirigido. "En este caso -dijo- a personas dependientes, mayoritariamente anciano frágil, polimedicado, con dificultades o incapacidad para llevar a cabo actividades básicas para la vida diaria, desde la higiene hasta comer, ir al baño... para lo cual la farmacia cuenta con muchas ayudas técnicas que van a facilitar la vida de estos pacientes". También mencionó a los familiares y cuidadores profesionales o informales de esas personas.
Necesidades del paciente
Otra premisa que hay que plantearse, según Montoya, es qué necesidades tiene el paciente que se atiende en la farmacia. Así, constató que suele ser una persona polimedicada, con lo cual el hecho de preparar una medicación "es un momento muy delicado para el cuidador, sobre todo cuando hay varios cuidadores". Sobre este asunto, afirmó que no hay más garantía para el cuidador que un farmacéutico le prepare la medicación en sistemas personalizados de dosificación (SPD).
La incontinencia suele ser otro problema muy común en este tipo de pacientes y "desde la farmacia se puede ofrecer el mejor consejo farmacéuticos sobre qué absorbente usar y qué medidas".
Otra característica común, a juicio de la ponente, es la presencia de disfunciones a nivel nutricional (desnutrición en el ámbito proteico y problemas asociados a la disfagia). "En la farmacia el consejo y el amplio abanico de suplementación van a ayudar a corregir estos problemas", defendió.
Por otra parte, insistió en que la baja movilidad es otro rasgo común: "Permanecer en la misma postura durante mucho tiempo, y la fragilidad de la piel del anciano, va a llevar a que tengamos una especial incidencia en los cuidados de la piel y hay muchos productos en la farmacia para mejorar y proteger la piel".
Una vez vistas las necesidades básicas de la población, Montoya propuso preguntarse por cuál es el ámbito de influencia de la farmacia y qué casuística tiene de cada paciente. "El ámbito de influencia es la geográfica pero hay muchas farmacias que tienen otros servicios que destina a un espectro mayor de mercado", aclaró.
No se olvidó de los recursos humanos y la necesidad de analizar "si la farmacia tiene personal suficiente y tiempo para prestarlo y si reúne unas condiciones de espacio para preparación de pedidos y la elaboración de SPD".
Otra cuestión clave e la formación del equipo, "pues cuanto más formados se esté mayor calidad tendrá el servicio", dijo.
Según su experiencia, Montoya aconsejó elaborar procedimientos normalizados de trabajo (PNT), "donde se recogen las responsabilidades y funciones de todos los miembros de la farmacia", así como elaborar un documento de información para el paciente y recoger el consentimiento informado, "porque para los SPD vamos a necesitar información de sus tratamientos y enfermedades".
¿Tiene la farmacia las herramientas suficientes para prestar ese servicio farmacéutico profesional? Esta es otra de las preguntas que se tiene que hacer el titular de una farmacia. "Hay que plantearse si se tienen las herramientas suficientes, por ejemplo para los SPD (robot de emblistado, sistemas asistidos…) y cuál es la mejor solución", planteó.
Por otra parte, es necesario ver con qué categorías cuenta la farmacia, "si se tienen ortopedia, nutrición y aquí es muy importante la relación con los partners/distribuidores que ofrecerán mucha formación y soluciones para ayudar", subrayó.
'Marketing' y remuneración
Dar a conocer el servicio no es una cuestión menor y para ello la portavoz de Atepharma puso el foco en definir una estrategia de marketing del servicio: "Si lo ofrezco desde el mostrador, para lo cual habrá que formar a los miembros del equipo, o por redes sociales", señaló.
Y el gran dilema de los servicios es cuánto se cobra o si se cobra o no. "Hay que ver la situación de cada farmacia. Si el servicio es muy necesario y se le pone un precio la gente está dispuesta a pagarlo".
Sobre esta cuestión, la experta aseveró que una opción es ofrecer durante un tiempo el servicio profesional farmacéutico sin coste y después ver qué partes del servicio se pueden asumir y por cuales cobrar (puede ser el transporte, que se puede hacer por el propio equipo o contratar a una empresa cuando el volumen es muy alto). Es un gancho atractivo para el cliente-paciente".
La directora técnica de esta red de farmacéuticos autónomos franquiciados da las claves para poder ofrecer servicios profesionales farmacéuticos para dependientes. Off Gema Suárez Mellado Farmacia Comunitaria Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3uR5uQr
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