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viernes, 1 de mayo de 2020

El SARS-CoV-2 ‘entra’ en el sincrotrón

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
carmenfernandez
01/ 05 / 2020
Grandes estructuras y otras singulares están abiertas para los científicos
Imágen aérea del sincrotrón ALBA.
Imágen aérea del sincrotrón ALBA.

El pasado 13 de marzo, la fuente de luz del sincrotrón ALBA, ubicada en Cerdanyola del Vallés, cerca de la Universidad Autónoma de Barcelona y su parque científico, detuvo parte de su actividad debido al Estado de Alarma decretado por el Gobierno para hacer frente a la pandemia, aunque el centro siguió abierto de forma telemática, especialmente a la espera de prestar servicio a investigaciones biomédicas relacionadas con el SARS-CoV-2 y la Covid-19 y las posibles estrategias para combatirlo (vacunas, terapias...). Y el 15 de abril sonó la primera campana: una empresa farmacéutica (se guarda el anonimato)realizará experimentos en su línea de luz Xaloc, dentro de una investigación sobre Covid-19

Xaloc es una línea de difracción de macromoléculas, informan fuentes autorizadas del ALBA. “Se colocan muestras, sobre todo cristales de proteínas, ante la luz de sincrotrón. Los electrones de los átomos de la muestra difractan esta luz y un detector de alta resolución recoge esta luz difractada. Así, se obtiene un patrón de difracción, y a partir de él se realizan análisis y cálculos para reconstruir la estructura tridimensional de la muestra. Es muy típico usar esta línea para ver cómo los fármacos interaccionan con proteínas, por ejemplo, a nivel 3D de estructura. Ya se ha hecho con otras enfermedades como la malaria o la enfermedad del sueño”.

El ALBA se inauguró hace ya diez años, el 22 de marzo de 2010, un periodo en el que ha prestado servicio a personal científico de 1.850 instituciones y centros de investigación de 45 países distintos que han realizado más de 1.500 experimentos que han sido recogidos en unas 1.100 publicaciones en revistas especializadas.

Actualmente, el sincrotrón dispone de 8 líneas de luz y 5 más están en fase de construcción, equipadas con técnicas capaces de analizar la materia a escala atómica y molecular gracias a la gran calidad de la luz de sincrotrón producida. Las fuentes del ALBA informan de que están a la espera de más proyectos relacionados con la pandemia  y aclaran que “el caso del sincrotrón es un poco especial, ya que el proceso es más largo en el sentido de que se deben diseñar los experimentos, preparar las muestras, etc., para venir a hacer investigaciones en las líneas de luz. Es un paso más después de que los diferentes centros de investigación hayan empezado a investigar hace unas semanas. Deben proponer un experimento para el ALBA según las necesidades que se vayan encontrando estos días”. Aseguran que, por su parte, “lo tenemos todo preparado y estamos a disposición de estos centros, nacionales o internacionales, para cuando necesiten nuestro equipamiento”.

Estos días, casualmente, se ha hecho pública la resolución provisional en espera de la formalización definitiva de la última convocatoria para la asignación de cofinanciación procedente del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) para la realización de proyectos cooperativos de creación, construcción, adquisición y mejora de equipamientos y plataformas científicas y tecnológicas compartidas. Entre los proyectos estratégicos aprobados se encuentran dos propuestas: una liderada por el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) y otra por el Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IBMB-CSIC), que gracias al esfuerzo concertado de nueve entidades de investigación permitirán instalar en el ALBA varios equipamientos de microscopia electrónica avanzada.

Más recursos para los investigadores de la Covid-19

Otra superestructura, la del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC), colabora en la lucha contra la pandemia desde diferentes vertientes: bioinformática; inteligencia artificial y procesamiento del lenguaje natural y técnicas de big data, y uso del superordenador MareNostrum 4.  Y también lo hace ya la Sala Blanca del Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB-CNM), que participa en el proyecto europeo Convat para diseñar un test en tiempo real, sencillo y barato, coordinado por el ICN2.

Los científicos que luchan contra el nuevo coronavirus tienen a su disposición varias superestructuras y estructuras singulares como el ALBA. coronavirus On Carmen Fernández. Barcelona Profesión Off

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