Figueras, en Gerona, con 157 casos (74 hace una semana), y Amposta, en el Delta del Ebro, Tarragona, con 26 casos (8 casos hace una semana) están subiendo como puntos negros de la pandemia en Cataluña, cuando parece estabilizarse la situación en Lérida y la comarca del Segrià y en Barcelona ciudad y toda su área metropolitana, que hasta ahora concentraban los grandes focos.
Según ha explicado esta tarde en rueda de prensa Josep Maria Argimon, secretario de Salud Pública de la Generalitat, en Figueras la tasa es elevada y aún no se ha logrado que entre en fase descendente y en Amposta hay un brote en una empresa grande y se está haciendo ya un cribaje masivo para identificar a más posibles infectados.
A juicio de Argimon, la situación en Cataluña hoy es de estabilidad; el riesgo de rebrote baja en Lérida, Barcelona y el área metropolitana sur.
La R (cuántas personas puede infectar un infectado) baja en la región, pero no es el caso de Figueras aún ni el de Cornellà y Esplugues de Llobregat, en el área metropolitana sur.
“Sabemos que el confinamiento es el tratamiento pero también sabemos que es agresivo y tiene efectos secundarios”, ha declarado, ante la preocupación de vuelta a confinamiento domicliario en toda la región.
Encuesta sobre efectos del confinamiento
Argimon ha informado de que se ha hecho una encuesta a 37.810 personas mayores de 15 años, entre el 21 de abril y el 20 de mayo, que concluye que durante el confinamiento el 22,8% de los encuestados refirió depresión (7,6 antes); el 26,9 ansiedad (6,7 antes), y malestar emocional, el 74,8 (antes 26,2). El confinamiento afecta más a las mujeres, a menores de 45 años y a los que tienen situación laboral más frágil, según otros resultados de la encuesta. En los profesionales sanitarios el nivel de ansiedad es algo más elevado que en población general.
Sube la demanda asistencial
Adrià Comella, director del Servicio Catalán de la Salud, ha referido cierta presión asistencial, con incremento respecto a la semana pasada. El teléfono de sanidad 061 ha registrado un 18% de aumento de llamadas; en primaria los diagnósticos de Covid-19 pasaron de 1.318 la semana pasada a 1.180 esta última, y en urgencias se ha pasado de 1.420 a 1.320 PCR positivas en la última semana y al 4,8% de consultas sobre Covid-19, lo cual “es razonable”, según Comella.
Hay 541 ingresados, más o menos como semanas anteriores, y los pacientes críticos eran 65 la semana pasada y 87 esta.
La tendencia, ha dicho Comella, es a más consultas en primaria y hospital y a un aumento de hospitalización convencional y de críticos, pero “poco significativo”.
La consejera de Salud, Alba Vergés, por su parte, ha dicho esta mañana que casi un millar de personas trabajan en Cataluña para identificar los positivos de Covid-19 y sus contactos y ha desglosado las cifras: 568 personas contratadas en los equipos de atención primaria; 240 profesionales de los Servicios de Vigilancia Epidemiológica de Cataluña y 120 personas (servicio externo de Ferrovial) que llaman a sospechosos o positivos y realizan tareas de apoyo y de seguimiento de sus contactos. Unas cifras que, la consejera ha señalado, serán "escalables" en función de la evolución de la pandemia.
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