Un gigante sanitario de 80.000 metros cuadrados, con capacidad para albergar más de 1.000 camas, distribuidas en tres grandes pabellones, y descargar al resto de los hospitales de la Comunidad de Madrid de pacientes covid.
Se llama Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal, se ha edificado de la nada en menos de seis meses y es la cara más visible (y publicitaria, dicen sus detractores) de la gestión sanitaria de la pandemia del Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso, que hoy -flanqueda por una nutrida representación de su gobierno y por la cúpula nacional del Partido Popular, incluido su presidente, Pablo Casado- ha inaugurado el nuevo centro hospitalario. Silvia Calzón, secretaria de Estado de Sanidad, ha acudido al acto en representación del ministro Salvador Illa, que la semana pasada declinó la invitación personal que le cursó la presidenta de la Comunidad de Madrid alegando problemas de agenda. También se han sumado al acto los portavoces del PP y de Vox en la Asamblea de Madrid, Alfonso Serrano y Rocío Monasterio, respectivamente.
Más allá de los focos y los discursos oficiales, la inauguración del flamante hospital de pandemias está inevitablemente teñida de las muchas dudas que los profesionales y todos los sindicatos de la Mesa Sectorial de Sanidad han mostrado desde el anuncio de su construcción, empezando por los sobrecostes de la obra y terminando por la falta de profesionales para ponerlo en marcha.
De hecho, decenas de profesionales convocados por algunos de esos sindicatos y agrupaciones profesionales -la Asociación Madrileña de Enfermería (AME), Juntas por la Pública, el sindicato Summat, de Emergencias 112, y el sindicato Movimiento Asambleario de Trabajadoras y Trabajadores de la Salud (MATS)- han recibido hoy con silbidos y gritos de "dimisión" a Díaz Ayuso, que no ha accedido al recinto por su entrada principal -como sí han hecho el resto de las autoridades convocadas al acto- para evitar pasar por delante de las protestas.
Pese a que los seis meses que se ha invertido en la construcción suponen un tiempo objetivamente corto, lo cierto es que el Isabel Zendal se inaugura hoy con un mes de retraso sobre el tiempo inicialmente marcado por el Gobierno de Díaz Ayuso, pero, sobre todo, con un coste casi 60 millones de euros superior al inicialmente presupuestado por la comunidad: de los 40 millones previstos a los casi 100 que se ha invertido en instalaciones e infraestructura.
Julián Ezquerra, secretario general del sindicato Amyts y una de las voces más críticas con el nuevo hospital durante las últimas semanas, habla del "coste de oportunidad" que supone la puesta en marcha del centro, "porque con los cien millones invertidos en una infraestructura como ésta se podría haber reforzado el sistema sanitario madrileño con 800 médicos y 1.250 enfermeras, por ejemplo. Con este personal, de hecho, se podrían haber puesto en funcionamiento las mismas camas con las que han dotado al Isabel Zendal; es decir, unas mil, de entre las que ya están instaladas, pero no en funcionamiento, en los hospitales de Madrid".
La segunda crítica -también unánime y también muy reiterada- de los sindicatos madrileños tiene que ver con la falta de personal para poner en marcha el centro. De entrada, el hospital arranca con sólo una tercera parte de su potencial: pese a que lo hoy ha inaugurado Díaz Ayuso sea el nuevo centro sanitario en su totalidad, en puridad lo que se pone en marcha es sólo el Pabellón 2, con 240 camas, de las mil posibles del hospital, y 48 puestos UCI. De llenarse este pabellón, el 1 también podría acoger a pacientes covid, según la Consejería de Sanidad, y el 3, en teoría, quedaría libre "para responder a necesidades puntuales de la atención hospitalaria y primaria de Madrid".
Pues bien, la comunidad sólo ha conseguido resultar voluntariamente a una sexta parte (111 profesionales de los 669 necesarios) del personal sanitario necesario para poner en marcha ese Pabellón 2 y, de hecho, apenas hora y media después de la inauguración había convocado a los sindicatos a una mesa sectorial para presentarles el plan para la adscripción de los profesionales necesarios, "eso sí -matiza Ezquerra-, con traslados forzosos".
Entre el oropel de los discursos oficiales y las críticas de los sindicatos la pregunta que late en el fondo del acto que hoy han presidido mano a mano Casado y Díaz Ayuso es ¿servirá el hospital Isabel Zendal para mejorar la gestión de la pandemia en la Comunidad de Madrid? Esa pregunta, admite el secretario general de Amyts, no tiene una respuesta fácil: Este hospital no es un centro hospitalario normal. Sin urgencias, sin quirófanos, sin habitaciones individuales, con pabellones corridos... Su utilidad será mínima para ayudar con las listas de espera quirúrgicas, las pruebas complementarias y las consultas", enfatiza Ezquerra desde su cuenta de Twitter.
. Un aspecto del nuevo hospital Isabel Zendal del que nadie comenta nada. Los nuevos hospitales que se construyeron en la etapa Aguirre se caracterizaban por tener habitaciones individuales, intimidad, buena "hostelería". Este nuevo hospital es un almacen de camas con baños comunes
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Coincidiendo con la inauguración del Isabel Zendal, la
con la presentación de una demanda colectiva el próximo miércoles 2 de diciembre ante el registro del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Con dicha demanda se pretende analizar las condiciones de trabajo de l@s médic@s de atención primaria (AP), para valorar todas las cuestiones que repercuten negativamente en su salud, con especial interés sobre los métodos, la organización y la carga de trabajo soportada. Los riesgos son de doble naturaleza: Riesgo Biológico (aumentado en la actualidad) y Síndrome de “Burnout”. Nótese que nuestras carencias ya eran anteriores a la irrupción de la COVID-19, y no han hecho sino agravarse con ella.
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