En 2015, por primera vez en la historia, una mujer china lograba un Nobel: el Instituto Carolino de Estocolmo concedió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina a la farmacéutica Youyou Tu (o Tu Youyou [屠呦呦] en chino, donde la costumbre es anteponer el apellido al nombre de pila), por el descubrimiento de la artemisinina y la dihidroartemisinina. La politerapia basada en la artemisinina (medicamento esencial de la OMS) es el tratamiento antipalúdico más eficaz de que disponemos en la actualidad, y ha salvado cientos de millones de vidas en los países tropicales del tercer mundo. Posiblemente, el descubrimiento más importante del siglo XX en el ámbito de la medicina tropical.
En 1967, en plena guerra de Vietnam, el ejército chino del dictador Mao puso en marcha el «Proyecto 523», una misión secreta para encontrar un nuevo antipalúdico que ayudara a combatir los plasmodios resistentes, pues en las selvas de Vietnam el paludismo estaba causando más bajas a las tropas norvietnamitas comunistas que las balas enemigas.
Incorporada al Proyecto 523, Tu emprendió una original vía de investigación encaminada a descubrir nuevos principios activos a partir de una lista de cerca de cinco mil remedios fitoterápicos de la medicina tradicional china. Una de las plantas medicinales que atrajo pronto su atención fue el ajenjo dulce, empleado por los herboristas chinos desde hacía más de dos mil años. Pero los investigadores chinos fracasaron en su intento de aislar el principio activo mediante decocción, que es el método tradicional de elaboración de remedios en la farmacopea china. Hoy sabemos que la artemisinina es una sustancia termosensible, por lo que el calor la inactiva.
Rebuscando entre libros antiquísimos, Tu se fijó en un detalle que habían pasado por alto. El Zhouhou Beiji Fang (肘後備急方) es un recetario farmacéutico del siglo IV que enumera y describe, entre otros remedios, cuarenta y tres tratamientos antipalúdicos. Al hablar del ajenjo dulce, el autor del recetario, Hong Ge, menciona que no debe hervirse, sino ponerse a remojo en agua fría. Inspirada en ese viejo tratado del año 340, Tu ideó un procedimiento de extracción a baja temperatura: con ayuda del éter etílico, que es un disolvente de bajo punto de ebullición, logró finalmente aislar del ajenjo dulce una lactona sesquiterpénica de gran eficacia contra los plasmodios palúdicos.
Ahora bien: ¿por qué decidió llamarla ‘artemisinina’? Se lo cuento aquí mismo el viernes que viene.
Fernando A. Navarro
La politerapia basada en la artemisinina es el tratamiento antipalúdico más eficaz de que disponemos en la actualidad: ¿saben por qué se llama así? Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3tdZ7Xc
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